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domingo, 2 de marzo de 2008

REUNION DE CANTO EN EBENEZER

LA VOCACION DE PERSISTENCIA








Tal vez su característica esencial sea la vocación de persistencia. Apenas había cumplido cinco años de vida cuando la primera gran inundación, en 1899, arrasó sus paredes. Pero la furia del río, que solía llevarse cada tanto el producto de muchos esfuerzos, nunca pudo doblegar la voluntad del colono.
Y allí volvió a estar la capilla nuevamente en pie, reconstruida parcialmente con más buena voluntad que medios adecuados, para recibir a sus feligreses en los arduos domingos de un valle incipiente, donde los pedregales y las matas transmutaban poco a poco el paisaje en surcos y en mieses, merced a la dura alquimia del trabajo.

Sin embargo, en lás últimas décadas del siglo XX, la capilla volvió a conocer la ruina.


A veces nos preguntamos cómo y por qué suceden ciertas cosas. Cuándo fue el día en que alguien cerró por última vez aquella puerta, como si decidiera clausurar el destino de esos muros donde habían resonado las voces en canto, la Palabra Divina, la esperanza y el rezo. Cómo pudo filtrarse a su antojo, a partir de entonces, la insidiosa vetustez del abandono a través de los huecos propiciatorios, para dar paso a las carcomas del tiempo.

Pero la vocación de persistencia volvió a convocar voluntades. Y un buen día, hacia fines de 2007, un grupo de vecinos decidió que era hora de volver a poner la capilla en pie.

La comunidad recibió la buena nueva con gran regocijo. Y como expresión de este júbilo, el primero de marzo de 2008, en conmemoración de San David, un nutrido grupo se congregó en el solar de la capilla Ebenezer para celebrar al aire libre su Gymanfa Ganu (reunión de canto comunitario). Mientras las voces se elevaban en el maravillado silencio de la tarde, en el interior de la vieja nave retumbaban los ecos del pasado.


Entre los asistentes, Rhiannon, una hermosa criatura vestida a la usanza tradicional, simbolizaba el triunfo de la continuidad, la promesa de un futuro con memoria, donde las costumbres y los ritos heredados seguirán transmitiéndose de generación y generación, para dar testimonio de una gesta que, a lo largo de 143 años, ha sabido remontar todas las adversidades.

Con los últimos fulgores de la tarde se apagaron las voces. En el silencio del antiguo predio, aún resonaban las notas del canto esperanzado.

La capilla Ebenezer pronto volverá a erguirse entre los tamariscos como una sólida fortaleza, para seguir resguardando la Fe de los mayores.










C.D.F.

2 comentarios:

Don físico dijo...

Historia verdaderamente conmovedora. Espero que el esfuerzo finalmente de frutos y se pueda rehabilitar esa capilla.

Lucy in the Sky dijo...

La unión hace la fuerza. Qué lindo que la comunidad toda se ponga de acuerdo para una obra tan noble.