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domingo, 22 de junio de 2008

LA NOTA DE HOY

EL CUENTO DE CIENCIA FICCIÓN EN LA LITERATURA PATAGONICA

Por Jorge E. VIVES*

Las líneas que siguen, escritas por un neófito, sólo pretenden introducir el asunto; un introito escueto y difícil de desarrollar porque no existen muchos antecedentes sobre este tipo de narración en la literatura sureña.

¿Qué es la ciencia ficción?. También llamada “fantaciencia”, “ficción científica” o simplemente “cf”, es un género que admite diversas definiciones. Una de las más precisas es la de Hugo Gernsback, quien a principios de la década del 30 opinó que era “una mezcla romántica de hechos científicos y visión poética”.

Al igual que sucede con el cuento policial, algunos puristas diferencian subgéneros dentro del género; y trazan líneas divisorias respecto a otras variantes literarias. Por ejemplo, con la literatura “de terror” y la literatura “fantástica”. Entre los escritores patagónicos el terror y la fantasía han estado siempre presentes. Relatos como “El péndulo” de Olga Starzak (del volumen “En el umbral de los encuentros”) o “In loving memory” de Fernando Nelson (en “El retorno”), llevan al lector al borroso límite entre lo real y lo irreal. Sin embargo, son pocas las obras que incursionan claramente en la ciencia ficción.

Una de ellas es la novela “Viajeros del espacio” del escritor santacruceño Juan Héctor Albornoz. Si bien en este artículo apuntamos al relato breve, la obra debe ser mencionada porque constituye un hito en la historia de la fantaciencia sureña. Combinando elementos típicos del género – viajeros humanos en naves extraterrestres, la posibilidad de una guerra interplanetaria – y una dosis de lirismo, la novela de este autor que también se dedicó a la poesía, la narrativa breve y el ensayo geopolítico, ingresa de lleno en esta variante literaria.

Por su parte, Héctor Rodolfo Peña en el libro “Cartas del pueblo” incluye un cuento de la más pura “ficción científica”. Entre un conjunto de relatos costumbristas, algunos de ellos con connotaciones policiales, aparece “Ovni en el sur”. Desarrollada con una precisa técnica narrativa que genera un ambiente de incertidumbre y desasosiego, la narración de Peña presenta un imaginativo argumento que reúne el espacio exterior y el ámbito rural patagónico.

Y tal vez uno de los más notables cuentos de “cf” escrito por un autor sureño sea “Gondwana”, del rionegrino Jorge Honik, que obtuvo un premio en el Concurso del Consejo Federal de Inversiones del año 1983 y fue publicado en el volumen “Cuentos de nuestra tierra”. Su inclusión en el género puede ser discutida. Algún lector lo calificaría de “cuento fantástico”, pues abunda en logradas pinceladas oníricas; pero ciertos elementos de su estructura permiten asimilarlo a la ficción científica. El relato transcurre en un escenario patagónico cargado de imágenes del pasado, fácilmente reconocibles para el lector regional. Se desgrana durante dos días a lo largo de una típica ruta del sur donde se entrecruzan ensueño y realidad, hasta alcanzar su clímax en la segunda noche cuando el agente Fulgencio Huencuneo lanza su aullido hacia las estrellas y el mítico Bedebel regresa a su acogedor refugio en las profundidades a continuar su sueño de eones. Una gema literaria.

Menos cultivado aún que el relato policial, el cuento de ciencia ficción no es uno de los géneros preferidos por los autores patagónicos. Semeja un territorio desconocido por el que algunos escritores – entre ellos los que se mencionan en este artículo - dieron apenas los primeros pasos, como explorándolo cautelosamente. Tal vez ha llegado la hora para que, siguiendo esas huellas pioneras, la literatura patagónica otorgue un lugar a la fantaciencia.



*Escritor y poeta chubutense

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