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viernes, 5 de diciembre de 2008

LA NOTA DE HOY




La comunicación humana. Historia y presente.

Por Kayra Wicz

El origen del lenguaje representa uno de los temas más difíciles de investigación. La cantidad de hipótesis sobre el mismo nos hace pensar que estamos más cerca de la equivocación que de la realidad. Pero lo cierto es que el hombre se expresó. Como pudo, utilizando todo lo que estaba a su alrededor. La necesidad de plasmar, transmitir, limitar, querer, odiar, irrumpió en su mente, en su voz, en sus manos.
De acuerdo con una de las teorías, el lenguaje apareció como una imitación humana de los sonidos de las especies animales. La hipótesis más simple, indica que el lenguaje surgió como conjuntos de sonidos instintivos que expresaban diferentes emociones.
Otros estudios sugieren que el lenguaje es producto del canto de los hombres, ocupados en trabajos colectivos. Ese canto devino por la necesidad urgente de resolver problemas cotidianos, y de la necesidad de instruir y coordinar la labor diaria.
El lenguaje humano para los especialistas es una categoría que no es asignada a cualquier conjunto de sonidos que funcionan automáticamente a estímulos emotivos.
Hablar, utilizar el lenguaje, supone manifestar la intención consciente de comunicarse, y es algo más que un gesto irreflexivo. El dolor provoca a veces una reacción inconsciente, transmitirle al otro que tengo dolor, mostrar dónde, describir que estaba haciendo y cuales previsiones no tomé manifiesta una conducta totalmente reflexiva y consciente. Lo mismo sucede con el dibujo. Colocar mis manos en un soporte duradero, aislado de las inclemencias del tiempo, elegir el color, distribuir armónicamente las formas muestra el abismo entre lo espontáneo y la intensión de querer perdurar, mostrar, transmitir.
Acá es cuando surge la diferencia, cuando el hombre traza la maravillosa línea que nos separa del resto de los seres vivientes. Comunicarme a través del habla, la escritura o el dibujo es elegir qué decir, cuándo, cómo y a quién. Significa disponer de las alternativas para elegir la propia conducta de manera inteligente. Así surge la comunicación humana.
El Arte Pre-histórico está presente en casi todas las regiones del planeta, y constituye fuentes de información sumamente importantes sobre los comienzos artísticos, intelectuales y culturales de la humanidad. En la provincia de Santa Cruz, a unos 170 km de la localidad de Perito Moreno, en el cañadón del Río Pinturas se encuentra uno de los centros pictóricos de arte rupestre más importantes de Argentina. Las pinturas están ubicadas en una cueva bajo imponentes aleros rocosos en la margen meridional del abrupto cañadón del río. Su antigüedad data de unos 7000 años a.C. hasta el año 1000 de nuestra era. Es importante aclarar que manos en negativo y positivo como las que se encuentran en esta cueva de la Patagonia, aparecen en múltiples y antiquísimas pinturas rupestres de Europa, África y Australia.
Resulta sumamente interesante saber cómo y con qué elementos fueron realizadas estas pictografías rupestres, que más allá de su innegable valor histórico tienen también un valor plástico puesto que aún hoy nos sorprenden por su policromía y su síntesis.
En primer lugar, debemos decir que utilizaron todos los elementos naturales a su alcance para la realización de las mismas, moliendo en morteros las rocas del lugar transformándolas en polvos minerales de diferentes colores; hematites para el rojo, limonitas para el amarillo, malaquitas y azuritas para azules y verdes, fuego mezclándolas con líquidos como agua u orina o grasa de origen animal. Utilizaron también algunos pigmentos de origen vegetal, como el carbón molido para el negro y raíces trituradas para marrones y grises. Una vez preparadas las pinturas, éstas se aplicaban directamente con los dedos, con una espátula o con pincel hecho de hojas fibrosas deshilachadas, o con pelos de cerda de animales silvestres.
El arte así nace como parte de la vida del hombre, como una necesidad mágico-religiosa que tiene que ver con la fertilidad, la reproducción, la caza, la posesión y dominio de los animales y del territorio, es decir con la vida y la muerte.



La mayor parte de los investigadores y eruditos aceptan que la escritura comenzó con la contabilidad, como consecuencia directa de las apremiantes necesidades de una economía en expansión. A finales del cuarto milenio a.C., la complejidad del comercio y la administración en las primitivas comunidades mesopotámicas llegó a una tesitura en la que sobrepasó la capacidad mnemotécnica de la clase gobernante. Por este motivo, llegó a ser esencial registrar las transacciones comerciales de una manera permanente y fiable. Pero esto no explica cómo pudo surgir la escritura de un sistema mnemotécnico que no era una verdadera escritura. En esta cuestión hay mucha polémica y pocas evidencias. El origen divino de la escritura, vigente hasta el siglo XVIII, ha cedido paso a la teoría de un origen pictográfico, es decir, a representaciones pictóricas de objetos concretos. Algunos estudiosos opinan que la escritura fue resultado de la indagación deliberada de un sumerio que vivía en la ciudad de Uruk, hacia el 3000 a.C. Para otros, fue obra de un grupo de administrativos y comerciantes. Hay quien afirma que no fue un invento, sino un descubrimiento fortuito. Muchos la consideran fruto de la evolución. Sea lo que fuere, lo esencial para el desarrollo de la plena escritura, por contraposición a la escritura limitada y puramente pictográfica, fue el llamado "principio del jeroglífico", la idea revolucionaria de que un signo pictográfico podía tener un valor fonético.
El inventor místico de la escritura fue el dios egipcio Tot, que visitó al rey para pedirle que diera su aprobación a su instructivo invento. El rey dijo a Tot: "Tú, que eres el padre de las letras, te has dejado guiar por tu afecto al atribuir a éstas un poder que es el contrario del que realmente poseen (...). No has inventado el elixir de la memoria, sino del recuerdo, y ofreces a tus discípulos la apariencia de la sabiduría, porque leerán muchas cosas sin instrucción y, por consiguiente, darán la impresión de conocer muchas cosas a pesar de ser ignorantes casi todos ellos". Hoy estas palabras que Sócrates recoge en su historia sobre el dios Tot nos golpean con un eco más que evidente.
Concluyo invitando a la lectura del artículo de Catalina Buezo, que nos hace reflexionar sobre el por qué de la escritura, el placer del texto y el sentido de la memoria.

http://www.ucm.es/info/especulo/numero21/c_buezo.html
http://www.ucm.es/info/especulo/numero21/index.html
De la escritura, los medios de comunicación y otras razones de la literatura.





Recomendaciones para ir a la biblioteca:

Claire Blanche-Benveniste: Estudios lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura

Luis Díaz G. Viana y Matilde Fernández Montes (Coord.): Entre la palabra y el texto. Problemas en la interpretación de fuentes orales y escritas

Pilar Díez de Revenga y J.M. Jiménez cano (eds.): Estudios de Sociolingüística II. Diacronía y sicronía

Seamus Heany: De la emoción a las palabras

David Locke:La ciencia como escritura

Emilio Lledó: Lenguaje e historia

Sultana Wahnón: Lenguaje y Literatura

1 comentario:

Jorge Vives dijo...

Es muy interesante el artículo de Kayra. Lenguaje y literatura están íntimamente relacionados; hasta tal punto que es difícil dilucidar si es la literatura la que modifica el lenguaje o si sucede lo inverso. O ambas cosas a la vez. Parecería que la literatura también enriquece el lenguaje al transformarlo en acto. Lo explora y lo utiliza, muchas veces llevándolo a sus límites; lo conduce a la práctica; convierte las palabras de la mera definición en el diccionario en términos que adquieren un significado particular enmarcados en la situación que el escritor imagina, tomando un vuelo que las lleva más allá de su sentido original.