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domingo, 17 de enero de 2010

LA NOTA DE HOY


Puente sobre el río Chubut (Gaiman)



LA MEMORIA AFECTIVA: UN PROCESO DE RECREACIÓN LITERARIA


por Carlos Dante FERRARI


El amor a las letras suele comenzar en la más temprana juventud, al calor de las primeras lecturas. La mayoría de los grandes escritores de todos los tiempos comenzaron por ser lectores fervientes, sensibles al impacto emocional que se dispara cuando un texto cobra vida en la mente del que lo descifra a través de cada renglón, descubriendo una infinidad de sensaciones, imágenes, acciones, paisajes e historias ambientadas en los escenarios más diversos. No hay cine ni teatro -bien lo sabemos- con escenario o pantalla más dúctiles ni maravillosos que la propia imaginación, excitada a través de la palabra. Y esto bien lo saben los niños, siempre tan prontos a que les contemos o leamos un cuento.
Otra influencia poderosa para la vocación literaria suele ser la figura del profesor de lengua, casi siempre responsable de nuestras primeras lecturas estudiantiles. Los aciertos o desaciertos del docente de literatura en la guía y elección del material, en su manera de presentarlo y hasta sus propias condiciones personales, pueden ser factores decisivos para esta vocación, en una etapa en la que la lectura tiene posibilidades de convertirse en amante duradera o, por el contrario, en una obligación transitoria; para algunos, casi deleznable.
Tiempo atrás publicamos en Literasur una interesante nota de Julia Chaktoura en la que nos introdujo al escritor Robert Gurney; este último, a través de su pluma, nos ilustraba acerca de un chubutense de ascendencia galesa -Enyr Jones- quien fuera su profesor de español en Luton (Inglaterra).
Las evocaciones de Robert Gurney son deliciosas. Muchos recordarán al profesor de literatura de "La sociedad de los poetas muertos", aquel personaje inolvidable encarnado por Robin Williams que, tras ser inicialmente resistido entre sus pares por despertar confusiones y perplejidades, se convertía al fin en un ser adorable para sus alumnos. Y bien: algunas de esas características parecería haber tenido Mr. Enyr Jones, el muchacho que a los 18 años migró de la Patagonia hacia Gran Bretaña y luego pasó allí el resto de sus días, con la constante nostalgia -"hiraeth", sería tal vez la palabra galesa quizás más adecuada- por la tierra sureña natal que había quedado atrás.
El arte es, entre otras cosas, una recreación espiritual de la realidad. Podríamos asimilarlo a un proceso alquímico misterioso mediante el cual el artista toma aspectos de la vida, los "funde" en el crisol de su inspiración creadora y finalmente los vierte en un "molde estético": un poema, un relato, una tela, una obra musical, una escultura. Tras leer los recuerdos de Bob Gurney podemos advertir cómo paulatinamente, a través de la pluma del ex alumno, Mr. Enyr Jones -el hombre real- va fundiéndose dentro de la imagen idealizada de sus evocaciones. Así, en un decurso memorativo del viejo profesor que iluminó sus días juveniles con el aprendizaje del español y lo condujo por los senderos de la literatura, vemos cómo Mr. Jones termina por transformarse en un personaje literario.
Según nos cuenta Bob, cuando recibía las clases de español en la Luton Grammar School, no imaginaba que la personalidad y el carácter de su mentor le dejarían marcas tan significativas. Recuerda que aquellas clases eran "como un oasis de paz y amistad". Las lecciones tenían lugar en la biblioteca del edificio Bradgers Hill, en un pequeño recinto que -según el escritor- no le hacía adecuado mérito a una figura de la talla de Jones. Cuán especiales habrán sido esas clases inolvidables para que, en las mentes de sus alumnos, flotara la sensación de ser -en palabras de Bob- integrantes de "una élite dentro de otra élite".
En esta búsqueda discurren vivencias que luego, cada vez que Bob "visualiza" a su querido maestro en diversos episodios recreados por su imaginación artística, se van traduciendo en productos estéticos -poemas, microrrelatos, reflexiones-.
Un par de ejemplos servirá para ilustrar los frutos de este proceso creativo.
Enyr Jones curso los estudios del profesorado en Carmarthen (Caerfyrddin, en galés) a comienzos de la década del ´20, en el siglo pasado. Esta ciudad galesa es tan antigua que hasta Ptolomeo la cita en sus referencias geográficas. Es, como tantas otras localidades galesas, un hermoso enclave junto al río donde aún hoy sobrevuelan las viejas leyendas celtas, como la referida a las "brujas blancas" de Carmarthen, damas vestidas de blanco que solían ser vistas cruzando el río en dos embarcaciones y al llegar a la otra orilla se convertían en gatos negros. Bob Gurney imagina que Enyr Jones, en su paso por Carmarthen, quizás pudo haber vivido estas experiencias fantasmagóricas.
He aquí su recreación poética:

Mr Jones y las brujas de Carmarthen

Estaba en la ribera
del río Towey
en la noche.

Lejos
divisó dos barcos
llenos de mujeres
vestidas de blanco.

Cuando estuvieron
cerca de él
observó, a la luz de la luna,
que eran barcas
de mimbre y cuero

y al llegar
a la otra orilla,
vió a las mujeres
convertirse
en gatos.



Mr Jones and the White Ladies of Camarthen

He sat on the river bank.

It was night and black.

In the distance
he saw two boatloads
of women in white robes
crossing the river.

When the boats reached
the middle of the stream,
he saw in the moonlight
that they were coracles

and that when they reached
the other side,
the women
turned into black cats.

La romántica pesquisa tiene lugar entre dos planos irreversibles del tiempo y no se detiene. Llega por último hasta la misma tierra natal del viejo maestro, donde transcurrió la infancia y juventud de Enyr.
Allí está Bob nuevamente, esta vez en Gaiman, frente a otro río, el Chubut -"Camwy", para los ancestros galeses- en pos de mayores datos. Él mismo nos lo cuenta en este microrrelato:

El señor Jones

Allí estaba Gaiman, acurrucado en el valle, con sus casas bajas y planas para guarecerse del viento, construidas entre dos largas hileras de álamos plantados sobre ambas márgenes del río, a modo de cortinas protectoras.

“Estoy buscando información acerca de mi viejo maestro de español en Inglaterra, el Sr. Enyr Jones”, le dije.

“¿De qué datos dispone hasta ahora?”, me preguntó la bibliotecaria.

“Enyr Jones”, le contesté, “nacido el 11 de julio de 1901, no sé dónde. Él fue a la escuela aquí, en Gaiman, entre 1914 y 1918, a la Escuela Intermedia, según dice aquí, en Chaput o Chubut, Argentina.”

“Luego fue a Gales, al Pagefield College, en Carmarthen, a estudiar docencia, de 1914 a 1923. Estudió alemán, pienso, en el University College de Swansea, desde 1923 hasta 1927. De 1927 a 1928 viajó, no sé a dónde. Dio clases en la Grammar School, en Drax, desde abril de 1928 hasta agosto de 1930 y luego en Luton Modern School, convertida más tarde en Luton Grammar School, desde Septiembre de 1930 hasta Julio de 1966. Allí fue donde lo conocí."

“"Lo siento," me respondió ella, "Aquí no tenemos ningún registro acerca de él, y para serle honesta, no sabría decirle a dónde puede ir a buscar esa información.”



Mr Jones

There it was, Gaiman, nestling in the valley, the houses built low and flat to get away from the wind and rows and rows of poplar trees planted on either side of the river, as wind-breakers.

"I am looking for things about my old Spanish master, in England, Mr Enyr Jones," I said.

"What do you have so far?" the librarian asked.

"Enyr Jones", I said "born 11 July 1901, I don’t know where." He went to school here, in Gaiman, from 1914 to 1918, the Intermedicora Gaiman, it says here, Chaput, or Chubut, Argentina.

Then he went to Wales, to Pagefield College, Carmarthen, to learn how to teach, from 1921 to 1923. He studied German, I think, at University College, Swansea, from 1923 until 1927. From 1927 to 1928 he travelled, I don't know where. He taught at the

Grammar School, in Drax, from April 1928 to August 1930 and then at Luton Modern School, which became Luton Grammar School, from I September 1930 until July 1966. It was there that I knew him."

"I am sorry," she said, "We have no record of him here and, to be honest, I don't know where to tell you to go."

Las indagaciones de Bob prosiguen sin descanso. Quizás no terminen nunca, porque ciertas búsquedas pueden constituirse en leit motiv artístico. Por lo pronto, podemos afirmar que la llama encendida por el profesor de literatura no ha sido en vano: por estas horas Robert Gurney se encuentra en Madrid, donde presentará mañana, lunes 18 de enero de 2010, su obra "El cuarto oscuro y otros poemas" (Colección Prometeo Desencadenado, Lord Byron Ediciones, Madrid, 2008), en el Auditorio de la Asociación de Escritores Españoles.
Como podemos ver, la vocación literaria y la lengua española, dos semillas implantadas hace algunos años por el viejo maestro Enyr Jones, nativo de Gaiman, hoy están dando nobles frutos.



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