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sábado, 21 de agosto de 2010

LA NOTA DE HOY




SIERRA GRANDE




Por Jorge Eduardo Lenard VIVES



Arrebujada en la falda de la cuchilla rocosa que le da nombre, Sierra Grande sorprende al viajero como un oasis engastado en la estepa. Su verdor se percibe en las arboledas que, pintorescamente anómalas, contrastan con el paisaje circundante; y también en la pujanza mostrada por el comercio, la hotelería, el quehacer cotidiano. Aunque orgullosa de su condición de enclave humano en la meseta, tiene vocación costera: desde las transitadas calles parece percibirse el sordo ruido del mar; que runrunea al rozar las playas de arenas doradas, apenas unos kilómetros al Este.
No poca historia tiene la ciudad. Más que centenaria, pues exhibe como fecha fundacional la del establecimiento del Juzgado de Paz en 1903, su vida fue signada por el hallazgo de la valiosa hematita en el subsuelo de sus montes peñascosos; semejantes en la distancia al dorso de un saurio antediluviano. Esta circunstancia, ocurrida en 1944, la hizo notoria en el ámbito nacional. Pero Sierra Grande es mucho más que eso.
Sierra Grande tiene algo de caravanserrallo; pero es a la vez como una hurí que llama al caminante para que se aposente y repose. Es como un pionero patagónico: fuerte, decidido y tenaz. A Sierra Grande se la debe describir con una poesía mineral como sus entrañas, fragante como los jarillales que la rodean, rumorosa como el ponto cercano. Cuando llega la noche, vista de lejos, es un espejo enmarcado en la profunda obscuridad circundante: sus luces eléctricas parecen el reflejo de las estrellas del domo celeste que la cubre.
Tal ciudad, por fuerza, debe tener sus personalísimas expresiones culturales. A poco de internarse en el casco urbano, se arriba a uno de los centros donde se manifiesta la actividad literaria: la Biblioteca Popular “Manuel Novillo”, llamada así en homenaje al descubridor de la riqueza férrea. Como toda institución de ese tipo, tiene por objetivo promover la lectura; y, dado que la buena lectura trae como consecuencia la buena escritura, allí se puede tomar el primer contacto con los creadores locales. Que son muchos, y de calidad.
Uno de ellos es el fallecido Julio Sodero, autor de “Un hombre canta”; una selección de setenta y tres poemas que se refieren a la Patagonia, al trabajo, a la naturaleza humana. Minero, hijo adoptivo de la ciudad, su obra tiene un hondo contenido espiritual.
Otra escritora local es Ada Ortiz Ochoa, autora de tres obras publicadas (“Esperá que te cuento”, “Esperá que te cuento II - Sueño Patagónico” y“Palabras de Otoño”), una cuarta (“Después... será un mañana”) que se presentará próximamente; y varias en espera. Poeta y narradora; merecedora de numerosos premios y editora de dos revistas literarias (“Verbonautas” y “El Timonel”), desde las cuales difundió la creación artística regional, pero también la universal. Integra el Grupo de Escritores Independientes “Avefénix”, que conformó a partir de octubre de 2003 junto con los escritores Elisabet Sanza, Beatriz Karam, Luján Siguero y Carlos Olmedo.
Uniendo a esos nombres los de Raquel Osorio de Roldán (ya fallecida); y de Juan Galarza, José Iglesias y Miguel Ángel Palferro, se tiene un panorama, incompleto, por cierto, de lo amplio que resulta el espectro literario local. Lo que no debe llamar la atención, porque es lógico que medre la Literatura al cobijo de un paisaje inspirador como éste, donde la sierra intenta abrazar al cielo y al océano. Las obras con que, día a día, los autores vecinales enriquecen el acervo artístico de la ciudad, son los retoños de una nueva arboleda; que se agrega a las que ya luce Sierra Grande para adornarla aún más.

Nota: el autor quiere agradecer la excelente atención que recibió por parte de ese grupo de amigos que forman “Negrita” Ortiz Ochoa, Betty Karam, Luján Siguero y Carlitos Olmedo, integrantes de “Avefénix”. Su gentileza y buena predisposición permitió la redacción de esta nota. Una característica de los escritores serranos, es que hacen un provechoso uso de Internet para difundir sus obras. Se pueden visitar sus blogs:
lahijadelalagrima-eli.blogspot.com (Elisabet Sanza),
misalasalviento.blogspot.com (Beatriz Karam),
lacariciaprohibida. blogspot.com (Lujan Siguero).
Negrita Díaz Ochoa mantiene varios, con distinto contenido:
escritorapatagonica.blogspot.com,
eltimonelvirtual.blogspot.com,
cordobarionegro.blogspot.com,
sierragrandemilugar. blogspot.com y
eltallercitodeavefenix.blogspot.com



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3 comentarios:

jorge robert dijo...

Cierto tocayo, que maravilla de gente se "esconde" en esa ciudad que al pasar, muchos viajeros solo ven un caserío, muchos árboles, carga nafta, alguna comida ligera, es que vamos apurados, ¿hacia donde? no importa. Atrás quedaron las montañas que venimos viendo desde lejos. Así como tu lo haces, visitándolos, nombrándolos, alcanzan una meta muchos escritores, poetas de refinada cultura, como en este caso el extinto Julio Sodero, Ada Ortiz, Juan Galarza y otros, asi transitar su capacidad intelectual desde la pluma de Jorge E.L.Vives.
Yo conozco algo del andar cotidiano de esa ciudad, porque escucho un programa radial, donde una periodista de ahí llamada Silvia, hermosa voz que sale al aire, se comunica con L.U.17 de Pto. Madryn en un simpático intercambio de información, despues de medio día. También he visitado playas doradas en verano, un regalo de la naturaleza.

Afectuoso saludo Vives.

Jorge Vives dijo...

Gracias, tocayo y amigo, por tu comentario. Esa era la idea; mostrar como esa ciudad de pintoresco paisaje, por la que muchos viajeros pasan al transitar la Ruta 3, encierra una valiosa manifestación cultural y literaria. Así como Sierra Grande, muchas ciudades y pueblos de la Patagonia cobijan escritores que merecen ser conocidos. Eso es, un poco, lo que intento hacer con estas notas. Y así como trato de recorrer los espacios de la región, intento recorrer el tiempo: busco rescatar del pasado la figura de muchos escritores, que contribuyeron a crear la manifestación literaria que hoy disfrutamos. El tiempo y la distancia tienden a borrar sus siluetas; pero creo que es una buena empresa tratar de evitarlo: la Literatura Patagónica tiene demasiada riqueza para quedarse en unos pocos nombres, impuestos por las circunstancias.

Ada Ortiz Ochoa (Negrita) dijo...

Para Jorge Robert y Jorge Vives, gracias a personas como ustedes, pueden llegar a conocerse nuestros trabajos, nuestros sentimientos y hacer que los cantos que lanzamos al viento y se multiplican entre los riscos patagónicos cumplan con el anhelo de llegar a los demás, haciendo conocer nuestra idioscincracia e identidad.
Jorge Vives tu nota es excelente literariamente, pero también es profundamente humana y has reflejado nuestro paisaje como solo lo puede hacer un hermano patagónico. Gracias.