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sábado, 18 de septiembre de 2010

EL POEMA DE HOY




IDENTIDAD




Por Ada Ortiz Ochoa (*)

A quien quiera saberlo, se lo cuento,
soy la tierra, el silencio, la impotencia,
el suelo agreste habitado por valientes,
por el viento, la escarcha y las nevadas.
¡Soy la vida!
Latiendo la negra hondura de mis noches,
las perlas gélidas de mis mañanas,
gritando las palabras silenciosa,
vagando la mirada en las mesadas.
Soy la tierra horadada por mineros,
brindando mis entrañas generosa,
también soy parte de mi patria,
tan rica, tan grande y soberana.
Soy las costas de playas solitarias,
soy mallines, salitrales y pinares,
el ñandú, los guanacos y pilquines.
Soy la “gente”
estirpe arisca que mantiene,
tenaz lucha a la par del inmigrante.
Soy leyenda, soy misterio y lejanía,
hembra esquiva, latente y codiciada,
especulación comercial de algunos necios,
tema infaltable y necesario
en mentirosas campañas partidarias.
Soy tierra tan lejana y de trasmano,
que no llegan beneficios, privilegios, ni justicia.
Soy la herencia y la memoria,
de hombres, mujeres y sus hijos,
que en el fuego de la lucha se han templado
y hoy se abrazan en arraigo patagónico.
Ya lo sabes,
soy la tierra de mapuche y tehuelches,
soy la mapu del sur del continente,
más al sur del olvido de los torpes,
más al sur del lugar de decisiones…
Hoy mis hijos me dicen Patagonia
y me nace…
un nudo de emoción en la garganta
……………….
a quien quiera saberlo, se lo cuento…
………………




(*) “Negrita”. Escritora de Sierra Grande, Río Negro.


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó el poema. Creo que me conectó con una emoción mezcla de identidad con admiración. Nidia

Jorge Vives dijo...

Este poema de “Negrita” Ortiz Ochoa me agradó mucho. Sé que no soy muy habilidoso para opinar sobre poesía; pero cuando leo un poema, como en este caso, que coincide con mis gustos literarios, no evito decirlo. Y encuentro muchos motivos para considerar estos versos como una obra de las que me gustan. El enunciado cadenciado y musical de los rasgos que caracterizan a la Patagonia, permiten convertir a estos versos en un verdadero canto a la “Identidad”, haciendo honor a su título, de nuestra región sureña. Una identidad que se resume en la expresión “¡Soy la vida!”, dirigida “a quien quiera saberlo”. A lo mejor hay muchos que no quieren o no les interesa saberlo. A lo mejor hay otros que prefieren que la identidad patagónica se diluya. Pero siempre habrá quienes “quieran saberlo”; quienes se sientan identificados con las playas solitarias, los mallines, salitrales y pinares, con el viento, la escarcha y las nevadas; con todos los que poblaron esta tierra, con su herencia y su memoria. A ellos están dirigidos los versos de Negrita. Soy uno de esos.

Jorge Vives dijo...

Transcribo este valioso comentario que María de las Mercedes hizo al poema de Ada Ortiz Ochoa; el que por algún error técnico no apareció en la oportunidad y el lugar que correspondía. M. M. describe con certeza la esencia de la Patagonia, ese mismo espíritu que Negrita refleja en su poema "Identidad":



“A quien quiera saberlo se lo cuento”….. “Soy la tierra”,… “Soy la vida”,.. “Soy la herencia y la memoria”. “Hoy mis hijos me dicen Patagonia”.

Armonía de palabras de su autora, que transmiten como se vive en lo intenso, esa tierra sureña. De suelo agreste cierto, pero de colorido inigualable,
No hay forma de hablarle a la Patagonia, si tus ojos no están llenos de ella, si tu sangre no se alienta por las venas, si no aceptas el reto que te impone. No es querer domarla, es querer sentirla. Impregnarse de las raíces de su historia, de su esencia aborigen hombro a hombro, con quienes desafiaron océanos inmensos, trayendo su herencia y sus costumbres.

Cuando la distancia se impone, por la inevitable ausencia, la Patria es toda una y aunque no hayas nacido en ella, al nombrarla dirás “nuestra Patagonia”. Más cuando el hogar está, un poco acá y un poco allá bajo el cielo Austral. Te sientes parte de respirar sureño, es un aliento que al ausente, se le hace difícil de encontrar en otra parte. “El viento, la escarcha y las nevadas”, el azul de sus lagos y sus mares, el silencio, de sus extensas tierras, el rugido del viento, entre las imponentes rocas. Es el colorido de sus flores, la fragilidad robustecida de sus rosas. Son sus duendes, las leyendas y los mitos, Las recetas de la abuela, sus frutos rojos, el aroma a chocolate, azúcar negra y canela. La virtuosa y espumante cerveza, las tertulias de café. Es mirarte en cada rostro y encontrarte parecida, disfrutando o padeciendo, por las mismas circunstancias. Sin renuncios, ni reproches, aceptando cada día el desafío, disfrutando cada día el beneficio.

Pasó el tiempo de poblados a ciudades, del carro tirado a sangre, al moderno automotor., Del telégrafo a la tecnología de la comunicación. Llegamos y partimos en aviones. Pero nada de ello ha sido suficiente para que su esencia patagónica se altere. Disfrutaremos de los mismos silencios, de escenarios increíbles. Seguiremos luchando con el viento, la helada, las bravas nevadas, sin renunciar jamás a sentirnos parte de su suelo, agradecer el Sol que lo calienta, la luna que lo alumbra. Porque todo eso y mucho más es nuestra Patagonia.

Agradecida inmensamente a la autora, por adentrarse en ese sentimiento profundo inevitable, llamando al nuestro, en cada palabra que su pluma dirigió, sobre la tierra que debió pasar por muchas pruebas, para ser revalidada. Con circunstancias y escenarios que en un tiempo no muy lejano, debió enfrentarse con las mismas controversias y solo el fuerte espíritu del poblador, del que no se escucho ninguna queja, no ocupo ninguna plaza, ni renegó por ello, advenido a confrontar con la adversidad oponiéndole su esfuerzo, para lograr sus ideales, lo hizo posible. “No serán las guerras, con sus aires de victoria, sino el esfuerzo de los hombres buenos, los que lograrán la transformación y el progreso de las sociedades”
Identidad es estar consustanciado íntimamente con su lar, que posee en sí mismo, una identidad particular.

Mis respetos a la Autora,

M.M.

María de las Mercedes dijo...

J. Lenard Vives, Muchisimas gracias