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miércoles, 13 de octubre de 2010

EL POEMA DE HOY




SOLILOQUIO DEL OVEJERO


Por Raúl A. Entraigas (*)




“Aquí voy: arreando ovejas.
Treinta años van que mis perros
andan detrás de los piños
garroneando a los borregos...
muchos de ellos he tenido:
envejecieron... murieron...
sólo yo sigo en la brecha,
¡siempre pobre... y ahora viejo!

Aquí voy: siempre al tranquito,
del sufrido zaino overo.
En la ciudad, todos corren;
nosotros nunca corremos.
¿Para qué? si es más seguro
ir despacio que corriendo...

Aquí voy: siempre lonjeado
por este mi hermano viento
que me sigue a donde quiera
como el más fiel compañero.
Todo tiene un fin oculto
y el viento uno muy secreto:
su fin es hacernos fuertes
es el tenernos despiertos.

Aquí voy: arreando ovejas
ajenas, pero en el pecho
arreo mis amarguras
¡y de esas sí que soy dueño!

Esa es la estrella del pobre,
ese es el destino nuestro:
enriquecer a los otros
y quedar siempre... ¡ovejero!
Andar siempre zigzagueando
detrás del inquieto arreo...
Uno se hace a arrear majadas
como a comandar ejércitos.
¡Tata me dio, con la vida,
mi vocación de campero
y he seguido mi destino
sin aflojarle ni un pelo!

No me hablen a mí de luces
de ciudad y su embeleso:
a mí denme el aire puro,
a mí denme campo abierto:
yo nunca quise embretarme
en ningún departamento...
Aquí al sol o bajo nieve,
con aguacero o buen tiempo,
aquí se abaraja todo
como venido del Cielo:
para eso hemos nacido
en este suelo sureño
donde viento, nieve y frío
son nuestros tres elementos:
¿cómo vamos a quejarnos
de lo que es realmente nuestro?

El ovejero no tiene
Ni una estatua ni un recuerdo.
¡Paciencia! Yo me conformo
porque soy cristiano viejo.
No interesa tener bronce,
lo que importa es ¡merecerlo!...”

Y le dio un chirlo sonoro
a su manso zaino overo
y azuzó, con voz quebrada
por la emoción, a sus perros...




(*) El Padre Raúl A. Entraigas es un célebre escritor rionegrino; historiador y poeta. Este poema pertenece a su libro “Patagonia. Región de la aurora”, Editorial Don Bosco, Bs As, 1959.



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5 comentarios:

María de las Mercedes dijo...

Para aquellos que no tienen contacto frecuente con la Patagonia, que residen o están de paso por Bs As y se ven seducidos por la buena lectura en su habitad natural. No saldrán desilusionados al recorrer la oferta de la Biblioteca Nacional de Maestros, o la Biblioteca del Palacio del Congreso de la Nación, donde es posible consultar la fecunda obra del Rvdo Padre Raúl Entraigas. (sus obras también forman parte de otros destacados centros de estudios, de acceso mas restringido).
La Patagonia y quienes la fueron haciendo, ejercieron sobre él, una atracción particular que lo llevaron a dedicarle sus mayores afanes, desarrollando una intensa labor como investigador, historiador, biógrafo y poeta. Se convierte así, en un pródigo autor, que valida su tarea con frondosa documentación. Siendo distinguidas con numerosos premios y honores por la Academia. Será imposible sustraerse a su pluma en obras como “El Padre Dolor”. “El fuerte del Rio Negro”, “El diario del subteniente Sanchez”…Su interés por Ceferino Namuncurá, lo lleva a escribir “El Mancebo de la Tierra”. Identificado con su prov. natal, redacta la letra del “Himno de Rió Negro”.
No obstante, su importante tarea literaria, no le impide participar como relator entusiasta en diarios y revistas, abonando a los términos más sencillos para el alcance y la comprensión de todos.
Como buen discípulo de la formación cultural salesiana, se destacaba su preocupación por los niños, Le complacía organizar el mismo eventos culturales, contándolo como el participante más entusiasta, ante la posibilidad, que el intercambio comunicacional ofrecía a la niñez en formación. Aqui entraran sus poemarios en esas jornadas. El lenguaje simple y claro, ha de quedar reflejado en ellos. “Patagonia Región de la Aurora”, es parte de uno de sus tres poemarios,”Bajo el símbolo Austral” y “Polvo de Tiempo y Tiza”, son los otros dos. En “Soliloquio del ovejero”, su poesía lleva la intención de resaltar al hombre y la naturaleza que lo rodea, que lo ocupa, donde transitan juntos el sendero o lo enfrenta a la contingencia. De ese sur que los contiene. Celebrando la aceptación de su destino a modo de enseñanza.
Va a volcar en tinta, todos los intereses que lo convocan de su tierra Austral, que tanto recorrió. De él es posible decir, que no lo rindieron las penurias del camino en una tierra de “helados vientos implacables”, que no admite debilidades, que imprime su propia impronta, atrayendo a los superadores de la naturaleza.
Rvdo. Raúl Extraigas, queda en los anales de la historia, como un autor destacado, dejando como ejemplo, su austeridad de vida, su gratitud hacia ella, el empeño en difundir la tarea social y la firmeza incontrastable de su fe. Entre las debilidades humanas se declaraba un entusiasta del fútbol, siendo el club de sus afanes, “San Lorenzo”, por el tiempo que el barrio de Boedo, lo tuvo como vecino. Club al que le dedico uno de sus poemas.
La escuela pública 53 de Trelew, lleva su nombre

Jorge Vives dijo...

Es muy interesante la reseña que hace María de las Mercedes de la vida y obra literaria del Padre Entraigas. Estos valiosos datos permiten ampliar el conocimiento sobre este escritor; y hablan a las claras de su gran producción artística, actualmente un tanto olvidada. Resulta necesario, sin dudas, difundir la obra de aquellos autores que fueron construyendo esta vertiente de nuestra Literatura nacional, que es la Literatura Patagónica. En el caso particular de este poema, supongo que habrá sido del agrado de muchos de los colaboradores y lectores de Literasur, como el amigo y tocayo Jorge Robert, Gerardo Robert, Lalo Sheffield, Raúl Comes, Carlos Ferrari, María de las Mercedes; y tantos otros que buscan en nuestras tradiciones sureñas la esencia misma de esta tierra.

jorge robert dijo...

Mi comentario ha sido borrado.
nada tengo para decir.

Jorge Vives dijo...

Jorge, pude recuperar tu comentario; que está muy bueno (creo que su momentánea pérdida se debió a algún problema técnico). Lo transcribo, para solaz de los lectores:

"Si, es cierto tocayo Jorge; a mi ya me zamarrearon el corazón con el recuerdo de perros ovejeros. El Reverendo Entraigas, se nota, sabía mucho de ellos y su vena poética los estampó en un verso que lo dice todo. Y tu comentario así como el de María de las Mercedes, son la síntesis de un libro aparte. Por eso cuando la frase resentida de una cancion dice: "por su peón tiene estancia"
yo diría: " por su perro tiene estancia". En nuestra Patagonia, nadie trabaja sin estos caninos. El perro sube los cerros, entra en las cuevas, convence a las ovejas para salir al llano, arrea, ataja,
entra al corral, a los bretes, aparta y elije cuando ladrar.
Aplausos entonces al municipio de Telsen que ha creado la Fiesta Provincial del perro ovejero, donde compiten en pruebas afines los establecimentos ganaderos y sus perros son los que demuestran su habilidad. Aunque no concurren al baile de la noche donde se elije la Reina Provincial anual del perro ovejero, coronada en Acto Oficial, una hermosa joven.
Jorge Gabriel"

Interesante la iniciativa de la Fiesta del Ovejero; condice, ciertamente, con el espíritu del homenaje que el Padre Entraigas reclamaba para nuestros ovejeros.

jorge robert dijo...

Los amigos del alma aparecen siempre cuando uno los necesita; como en este caso del rescate de comentario. Gracias tocayo.