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sábado, 29 de enero de 2011

EL CUENTO DE HOY




SCANNER




Por Dora Elena Lendzian (*)




Trata de darse coraje.
Busca algo... desesperadamente... conque darse coraje.
La bandera.
¡Sí!
¡LA BANDERA!


Aquí está la bandera idolatrada
La enseña que Belgrano nos legó
Cuando triste la patria esclavizada
Con valor sus vínculos rompió.

Mira a Puerto Argentino y ve... apenas, cubiertas por la bruma del mar, las casitas de estilo inglés.
Parecen surgir de las estampas de un viejo libro de cuentos de hadas, príncipes y duendes... pero en esas casitas no hay duendes de candorosa barba... ¡Hay alcahuetes!
Achica los ojos alcanzando distinguir algo que se mueve. Observa con atención. ¡El mástil!... y en lo alto... tan querido color celeste y blanco.
Blanco y celeste. Celeste y blanco. Blanco como la camisa almidonada de la primera comunión. Pura como la mirada de mamá cuando me besa el pelo engominado bendiciéndome. No tiene, como otras... PIRATAS... el rojo de la sangre que clama la sangre. Tiene el celeste de las amarilis que cuida la abuela en el jardín. ¡Abuelita! ¡Qué ricos tus bizcochitos de miel y limón que se deshacen en mi boca...!
Busca en la mochila algo. Cualquier cosa. La lata de pate de foie aparece detrás de una caja de balas. Pate de foie. ¿Por qué pate de foie? Pate de foie debe estar ayudando al enemigo. Picadillo de hígado. Eso es, debemos decir picadillo de hígado. Pero picadillo al final. El abrelatas. ¿Dónde dejé el abrelatas? ¡La gran siete! Me olvidé el abrelatas. Otra vez me lo olvidé, como hace pocos meses atrás, en el día de los estudiantes en que me olvidé el sacacorchos y llevaba escondida una botella de vino entre los sandwiches de milanesa. ¡Maldición! ¡Otra vez! Emparedados o sanguches está mejor... los sandwiches me están amenazando y en las SANDWICHES perdí un hermano...

Con el cuchillo termina de abrir la latita. Al tragar el picadillo piensa que estaría mejor con un poco de mayonesa y una criollita. Siente la garganta áspera y seca... Desea tomar algo caliente.


_ ¡NO ENCIENDAN NADA! ¡Ni cigarrillos ni fuego! _ Ordenó el sargento antes de irse. _ Los ingleses están cerca y el fuego que ustedes enciendan lo pueden delatar! ¿Entendieron? DELATARRR TARR TARRR TARRRR TARRRRRR...

Eso se lo habían dicho temprano a la mañana. Cuando el sol levantaba la helada. Ahora la helada volvía a caer.

Siente frío, mucho frío.
Abre y cierra las manos.
Estira las piernas.
Y se vuelve a acurrucar en el pozo de zorra.
Toma el fusil entre las manos.
Lo siente extraño.
No lo sabe utilizar muy bien, más bien le infunde respeto. En lo que era un experto, de pibe claro, era con la honda. Horqueta perfecta y cámara de bici abandonada...

Era un campeón bajando cabecitas negras.

Ahora el cabecita negra era él...

¡Lo vamo a reventar!
¡Lo vamo a reventar!
Vitorea la hinchada en la bombonera...

¡Lo vamo a reventar!
¡Lo vamo a reventar!
Vitorea el pueblo convocado en Plaza de Mayo.

¡Lo vamo a reventar!
¡Lo vamo a reventar!

Lo re ven ta ron. Lo re ven tatata rroonn rrrooonnnn ronnnnn.

Era de noche y el “Scanner” registró las señales invisibles que emitían las diferencias de temperatura del cuerpo del combatiente. Así lo habían localizado. Lo vieron en la oscuridad de todos lados.
El estallido que produjo su cuerpo al explotar fue un punto blanco en la imagen Landsat tomada por el satélite de la NASA que controlaba desde el espacio.
... Siempre controlaba....




(*) Escritora nacida en San Carlos de Bariloche y radicada en Gaiman. Obtuvo el primer premio del concurso de cuentos organizado en 1988 por la Biblioteca “Ricardo Berwyn” con su obra “Scanner”. En el año 2008 fue premiada con una mención especial en el Primer Certamen Argentino Internacional de Autobiografías “Ricardo Berwyn”, por su obra “Así fue”; de la que se publicaron dos ediciones. Posteriormente, se desempeñó como integrante del jurado de este certamen.



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5 comentarios:

Jorge Vives dijo...

Es un cuento bien logrado, con imágenes certeras, un uso imaginativo del lenguaje... y conocimiento sobre el tema. Sé que Dora Lednzian tiene varios cuentos y también poemas; tal vez podamos ver otras obras suyas próximamente en el blog.

Margarita Borsella dijo...

Si bien Dora es mi amiga, no me siento condicionada para emitir un comentario.
Reconozco que es un cuento muy bien ambientado. Con lo cual el lector puede lograr sentir un nudo en la garganta, o ver correr una lágrima por su mejilla...
Felicitaciones Dora!

María de las Mercedes dijo...

Es curioso como ante situaciones muy críticas el ser humano recurre a aferrarse de “la circunstancia salvadora”. “El escape”, “el remo que lo acerca a la orilla”
Así como algunos, inician el rezo del padre nuestro, en forma compulsa, como si al escucharse, ello le deparara un escudo invisible de protección. Aquí no ha de resultar extraño que en esa circunstancia, la oración fuera a la bandera, cumple el propósito es también una oración y aparece como la indicada.

El sujeto aprende desde la escolaridad primaria, que esta bajo el amparo de su paño. Sus colores están formados en el cielo y desde lo alto lo cubren. Le jura fidelidad, con orgullosa honestidad infantil, compenetrado en el acto de honrarla hasta dar la vida y repite este juramento en diversas ocasiones, sin profundizar si realmente ha de enfrentarse en un futuro a tal eventualidad. No hay duda, su tiempo histórico transcurrió en la Paz. No tiene elementos conocidos que lo guíen para lo contrario.

Al irrumpir la guerra, la noción mas cercana del civil, circunstancialmente devenido en soldado, en una tierra usurpada, se aferra a lo poco conocido, el resto esta en ausencia. Se agolpan en su itinerario mental, todo aquello que lo conecta con la vida y lo aleja de esa realidad no elegida. “el “sanguche de milanesa” “los cánticos en la bombonera” . Esos son sus únicos escudos, “los espacios mentales que se impone”, aunque no resultaran suficiente protección ante el trágico desenlace.

Claramente la autora plasma al sujeto post-adolescente y su circunstancia, en un momento costoso de nuestra historia.

M.M.

Anónimo dijo...

Muy buen relato, me gusto la descripcion y las relaciones que habia entre el presente y los recuerdos del pasado..... Muy bueno Dora!
Mariana Nencini

Anónimo dijo...

Excelente!!! conmovedor! duele aun despues de tanto tiempo.
.Víctor Prado