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martes, 14 de junio de 2011

LA NOTA DE HOY

fotografía: Norma de Benedeti



TOURING CLUB




por Olga E. Cuenca

No por el sol, resguardado en su pereza, sí por el movimiento obligado de las gentes, se quiebra la película de escarcha.


La niebla acaricia las dos aguas del Museo Pueblo de Luis y humedece los ventanales del Feruglio.


A nadie se le ocurriría pensar que la culpa es del xilsa o del nordés. Sin embargo ...

La escarapela con la que el bicentenario distinguió al viejo hotel ondea en la puerta.


En la calle tropiezan los vacíos con la tierra removida.

Casa Thies, Ayuso, Casa Nuevo, Sudeste, la farmacia Margara, Blanco y Negro...

la quinta del jefe de estación,

cruzaron a la vereda del pasado.


Pero el Touring está allí. Encendido, tibio su interior. Despierto.

Casi un siglo abrazado a vientos que fueron, por origen,

oceánicos, itálicos, ibéricos.

Que es por junio, y el invierno aún no llega.


El reloj puntea hacia las diez de un día que no es hoy.

Es el agujero de la llave a través del cual, el tiempo resuelve ... de memorias:


El "granaíno" prepara el paladar para la copita de anís que recibirá mientras Doña Pepa elige las mejores verduras para el comedor. Se acomoda cerca del mostrador para disfrutar del trago y de la copiosa charla que dará descanso al monólogo de la pala y apilará una que otra añoranza.


El joven que ha salido temprano de su casa, espera en la confitería por el micro que lo llevará de nuevo a Gaiman. Frente a él, un pedazo de pan con dos enormes orejas, unas fetas de jamón, otras de queso y un tazón casi sopero de café con leche, son la respuesta contundente para un pedido que nunca se atrevió a hacer y que se repite cada día de clases.


Un mes atrás se habían reunido en la confitería. La profesora viajera había escuchado azorada el pedido de la alumna. ¡Y llevaba unos cuantos años ejerciendo la docencia! Mas, aquella solicitud rayaba en lo insólito.


¿¡Elegir en Buenos Aires la tela para un vestido de novia!? ¿Qué tiene que ver la Prehistoria americana con esto? Lo cierto es que se dejó convencer y ahora -casi presa de un ataque de pánico por tamaña responsabilidad- desenvuelve el paquete que contiene la pieza de encaje bordado y lo extiende sobre la cama, vigilando de reojo las reacciones de la futura novia.

Las manos del tiempo siguen inmóviles.


Entre ellas siempre habrá espacios

para claveles, narcisos y camelias.

Afuera, en la calle que quiere volver, de la mano del sol, el frío despierta.









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3 comentarios:

Jorge Vives dijo...

¡Muy buena narración! En mi opinión, la autora logró, con los trazos justos y las palabras bien elegidas, recrear el ambiente cálido del Touring; mechándolo con esos retazos de historias personales que conforman un marco de recuerdos. Pero quiero detenerme en la consideración que hace Olga Cuenca del lugar alrededor del cual rondan las historias; lugar al que hace un debido tributo. La Literatura tenía una deuda, que ahora esta evocación viene a llenar. El Touring es toda una institución, sin dudas; testigo de la historia de Trelew, pero también un referente de la historia de la Patagonia. A la par de esos bares tradicionales de la Avenida de Mayo – el Tortoni, el Iberia, el London City, donde Cortazar escribió “Los Premios” – que reflejan la esencia de Buenos Aires, el Touring, formando parte del acervo cultural trelewense, refleja la esencia patagónica; como lo entienden los numerosos visitantes de otras latitudes que diariamente recorren el café. Y cómo más aun lo entienden los parroquianos, que encuentran en sus mesas el sitio propicio para la conversación, del tema que sea, y la amistad. Lugar para la Literatura, el Touring. Creo que la escritora lo ha sentido y lo ha dicho muy bien.

Olga Ricci dijo...

Un gusto pasar por tu blog...y sobre todo recrearme con la hermosa narración que hace Olga, siempre con esa sesibilidad que la caracteriza.
Un saludo afectuoso a ambos!

jorge robert dijo...

Un poema tu narración, Olga Cuenca.
El Touring Club.-

- Se llamaba Francisco Amandi, o Samuel Walker, o Finn Olsen, o Alberto Robert o Esteban Balladares o Beinarán todos clientes del mismo hotel en Trelew, el Touring Club. Pioneros de la zona Camarones o Cabo Raso, vecinos ganaderos que al volver con sus cuentos y anécdotas en los años 30, 40 y tantos, aquel "gallego" del hotel que preguntaba: ¿a cuanto vendiste la lana? y el asombro de los contertulios cuando el "gallego" contestaba a sus respuestas: Es poco. Yo con veinte cmts. cuadrados de este mostrador, saco más que eso. Y era verdad, no lo decía por jactancioso; simple razonamiento a la española. Esos clientes ya no están, el Touring Club los guarda en los archivos de sus memorias.-