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martes, 26 de julio de 2011

EL POEMA DE HOY




TRÍPTICO PARA UNA CIUDAD SIN MONTAÑAS



Por Magda Massacese (*)




-I-

Pasó que un día juntamos caracolas
pasó que pasaron muchos días,
la caracola vacía persistió en su muerte
y la volvimos al mar, a la esperanza.


- II –

Pasó que el puente se quedó dormido,
pasó que pasaron muchos años,
y los barcos no volvieron a inquietarlo
y las gaviotas se afincaron en el puerto.


- III –

Pasó que pasan y pasaron vidas,
trajes anónimos, corbatas, guardapolvos,
pasillos rectos con sinuosos caminantes.
El viejo puente se obstinó en su amnesia
pero a su vera la ciudad crecía,
porque entre todos los que aún creían,
los que habían sido, los que estaban siendo,
fueron sembrando una vez más los sueños
y a pesar de todo persistió la vida.




(*) Escritora nacida en Esquel y radicada en el Valle desde 1986. Sus poemas han merecido premios en diversos certámenes literarios; entre ellos el Premio “Ciudad de Rawson” en 1986 por "Tríptico para una ciudad sin montañas", el Primer Premio “Donald Borsella” de la Sociedad Argentina de Escritores filial Chubut en 1990 por "Viejo Juan", el Segundo Premio del V Concurso Literario Patagónico de Santa Cruz en 1991 por "Domicilio legal", el “Gran Premio de Honor” en el Concurso Hispanoamericano de Poesía en 1995 por "Saga del Sur"; y la Corona del Poeta en el Eisteddfod del Chubut del año 1999 con su obra “Duelo Criollo”.

3 comentarios:

Ada Ortiz Ochoa (Negrita) dijo...

Me gustó. Me trajo nostalgias de otro puente.Soy de Río Cuarto, provincia de Córdoba y hay puentes sobre el Río Cuarto. En la niñez uno de los paseos preferidos, era ir al puente ferroviario y la imaginación se me llenaba de imágenes sobre las personas que pasaban ese puente, los diversos orígenes y destinos. Lo describiste muy bien y es un trabajo muy bien logrado.Besos. Negrita de Sierra Grande.

Mag del Sur dijo...

Gracias Negrita. Ese poema nace del alma y al alma llega, porque traduce el sentimiento de los migrantes del interior que cambian su pago chico y enfrentan la increible diversidad geográfica de nuestro "increible" país.
gracias y un abrazo
Magda

Jorge Vives dijo...

El poema de Magda atrae desde su título, con esa velada remembranza de la cordillera que desliza la autora. La identidad de la ciudad sin montañas se percibe en cada verso; hasta llegar a la imagen del puente que es su viva metáfora. Un puente que desde fecha reciente - 2001 - se conoce como ”del Poeta”; recordando al bardo y carpintero Gruffyd Griffiths, constructor de su antecesor de madera, arrastrado por la riada de 1899. El mismo puente que no pudo concretar su destino de abrirse para dejar pasar los barcos; como dice la autora, "los barcos no volvieron a inquietarlo". Pero “Tríptico” no necesita ser explicado ni razonado, porque, como toda buena poesía, se siente.