google5b980c9aeebc919d.html

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL POEMA DE HOY


                                             

                                        SIMPLE




                                    Por Héctor Roldán (*)



Hoy quisiera estar en un desmalezado pedazo de tierra frente al mar,
salpicado de algunos eucaliptos que perfumaran el aire
y con la pala y el pico cavar una zanja y otra zanja y otra zanja,
dibujando en el suelo la traza de mi futura casa.

Palada a palada, golpe de pico a golpe de pico.

Hoy quisiera armar los encadenados para alzar con esos hierros
el esqueleto fantástico de mi hogar, sudar bajo el sol y
encallecerme las manos escuchando el largo ronquido de las chicharras.

Hoy quisiera, si pudiera, hacer algo sencillo, simple.

Como encender la radio, preparar el mate y esperar el fraguado de los cimientos.
Como descargar los ladrillos, apilarlos en un rincón del terreno y
espantar las arañas dormidas en sus grietas.

Hoy quisiera preparar la mezcla.
Encorvado con la pala, girando alrededor del pastón como un burro en una noria.

Agua, cemento y arena.

Palada a palada mezclar los materiales, cargarlos en un balde y alzar las paredes.

Hoy quisiera tirar la plomada que atraída por la fuerza invisible del loco Isaac
apuntará el centro de la tierra, luego sostener el nivel para que la burbuja misteriosa
dibuje una tangente perfecta sobre la curvatura de esta esfera.

Hoy quisiera, si pudiera, ser solo un albañil,
o mejor, ser apenas la abeja laboriosa del viejo Karl.
Aquella que sabía sin saber.
Y oler la humedad de mi casa que crece, humedad de arena y cemento,
humedad de sudor, de rocío mañanero cuando al levantarme arrastre los ladrillos.
Uno a uno.
Uno a uno.
Mientras escucho por la radio una antigua canción.
Will you still need me, will you still feed me. When I'm sixty-four.

Silbaré, ladrillo a ladrillo, silbaré.
Y seguiré silbando trepando por el andamio,
subiendo y bajando.

Ya mis manos, para ese entonces, rasparán tu piel de tan curtidas.
Ya mis brazos, para ese entonces, serán capaces de llevarte alzada hasta la playa.




(*) Escritor santacruceño. Su blog: http://elespectrodelascosas.blogspot.com/
Bookmark and Share

2 comentarios:

jorge robert dijo...

"La imagen vale por mil palabras" No se quien escribió el adagio, Cierto o no, pero esta vez me asustó. Vi como portada del poema, un hombre joven internarse en el mar, vestido,llevando en sus brazos una joven mujer, como si fuera a arrojarla a las olas furiosas del mar. Mi imaginación retrocediendo sin querer prejuzgar, y el texto de "SIMPLE", poniendo las cosas en su lugar; aquel que construye su vida entre los mejores sueños que completa con su amada en un expléndido dia de playa. Muy bueno Héctor Roldán.

Jorge Gabriel

Jorge Vives dijo...

El poema de Héctor es un himno a la vida sencilla, simple, pero llena de riqueza espiritual. Esa misma vida a la que se refirió Antonio de Guevara en su “Menosprecio de corte y alabanza de aldea”; del cual el doctor Raúl Carman tomó parte del título para cantar a la bucólica vida de Atalaya. Tiene ritmo, el ritmo cadenciado de alzar, ladrillo tras ladrillo una pared; o el ritmo circular de remover el pastón de mezcla con la pala. Además agrega esas referencias a la ciencia (al “loco Isaac” Newton, al “viejo Karl” von Frisch), que complementan la visión de lo sencillo con lo preciso.