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jueves, 8 de diciembre de 2011

LA NOTA DE HOY






CROATAS EN LA PATAGONIA


Por Jorge Eduardo Lenard Vives





En su documentado libro “Los croatas en la Argentina”, la escritora Carmen Verlichak reseña las vivencias de numerosas familias de ese origen afincadas en nuestro país. Recorriendo sus amenas páginas descubrimos que varias de tales familias se radicaron en la Patagonia; y que muchos de sus integrantes se relacionaron con la Literatura regional.

Uno de los más destacados es Juan Benigar. Según nos informa la señora Verlichak, el que fuera luego llamado “cacique blanco” partió de Croacia en 1908; recién recibido de ingeniero civil. Llegado al país se aquerenció en Cipolletti; al tiempo se casó con Eufemia Barraza, nieta del cacique Catriel. Unido así a la Colonia Catriel, se convirtió en su infatigable defensor y en un estudioso de sus costumbres. Sus inquietudes intelectuales lo llevaron a redactar numerosas obras, entre las que se cuentan “Gramática araucana”, “Vocabulario histórico araucano - español”, “El indio araucano”, “El problema del indio y la tierra fiscal”, “Los intrusos, antecedentes del derecho de la propiedad indígena en el territorio del Neuquen” “El concepto del tiempo entre los araucanos”, “El concepto del espacio entre los araucanos”, “El concepto de la causalidad entre los araucanos”, “El calvario de una raza”, “El problema del hombre americano” y “La Patagonia piensa”. De esta última extraemos los siguientes conceptos:

“El que estas líneas escribe ha llegado a las tierras patagónicas muy poco menos de cuatro decenios atrás... Aquí en las tierras patagónicas ha formado su hogar. Digo mal. Debí haber dicho: iba encendiendo sus fogones. Porque son una ínfima minoría los patagónicos tan felices que puedan decir: “Aquí enciendo hoy mi fuego, aquí moriré”... Quizá sea esto un justo castigo para quienes, faltando a la tradición milenaria para seguir tras ilusiones de la juventud, abandonamos nuestros dioses familiares”.

Al anterior se suman otros croatas que enriquecen la Literatura Patagónica. Por ejemplo, Nicolás Matijevic, nacido en 1910 en Grospic y fallecido en 1980 en Bahía Blanca; eximio bibliotecólogo que plasmó sus estudios en textos como “Bibliografía del canal de Beagle” y “Bibliografía patagónica”. Este último, escrito junto a Olga de Matijevic, está formado por seis volúmenes con 15.000 referencias bibliográficas. Y podemos mencionar a Pedro Ostoich que, guiado por el historiador Arnoldo Canclini, describió en el libro “Un solitario en Tierra del Fuego” su vida de pionero en esa zona.

En la chilena Región de Magallanes también hay una importante colectividad croata. Algunos de sus miembros hicieron valiosos aportes a las letras regionales. Tal es el caso de Mateo Martinic Beros, autor de “Magallanes, síntesis de Tierra y Gentes”, “Crónica de las tierras al sur del canal Beagle” e “Historia del Estrecho de Magallanes”. Otro exponente es Lucas Bonacic Doric con “Historia de los yugoslavos en Magallanes”, “Resumen Histórico del Estrecho y Colonia de Magallanes” y la novela “Oro maldito”. Una figura interesante de destacar es la del doctor Mateo Bencur, cuya biografía se encuentra en la obra “Patagonia y Antártica. Personajes históricos” de Nelson Toledo. Eslovaco de nacimiento, se radica en Croacia; y de allí parte con destino a Punta Arenas, donde ejerce durante 14 años su profesión de médico. Vuelto a Europa, comienza a escribir. A su muerte, ocurrida en Lipic, deja 36 obras; entre ellas, dos dedicadas a la Patagonia: “Paseos por la Patagonia” y “La madre llama”, de 1926, que relata en cinco volúmenes la vida de los inmigrantes croatas en la región.

Los croatas también están presentes en las letras sureñas como personajes literarios. De este tema habló Kresimir Boric en el capítulo “Algunos personajes croatas en la Literatura Argentina” del libro de Carmen Verlichak. Al Marangunic en el “Lago Argentino” de Juan Goyanarte, al Benigar en la obra de teatro homónima de Alejandro Finzi y a la mención de varios croatas en el “Archipélago” de Ricardo Rojas; se puede agregar que en “Mar Austral”, Fray Mocho presenta a los “austriacos” Intronich y Kasimerich. Nos informa Verlichak que a fines del siglo XIX se conocía con el gentilicio de “austriacos” a los inmigrantes croatas, pues en esa época el país integraba el Imperio Austrohúngaro. Luego se los llamó “yugoslavos”; ya que a principios del siglo XX la nación formó parte del Reino - luego República - de Yugoslavia.

Este artículo, por fuerza breve, no permite apreciar en plenitud la riqueza de la cultura croata y su aporte al desarrollo regional; porque sólo vincula su presencia en la Patagonia con la Literatura austral. Nada se dice de la fortaleza espiritual de ese pueblo que combina el pensamiento y la acción, valora sus tradiciones y posee un acervo artístico secular que lo acompañó hasta el extremo sur de América. “Nuestra bella tierra”, llama a su patria el orgulloso lema de los croatas. Sin dudas la Patagonia fue, para muchos de ellos, también una bella tierra.




Nota: el autor agradece a la Sra Carmen Verlichak haberle permitido usar como base de este artículo su libro “Los croatas en la Argentina” (Krivodol Press, Buenos Aires, 2004); como así también toda la información adicional que sirvió para ampliar el tema. La cita de Juan Benigar es de “La Patagonia piensa”, Siringa Libros, Neuquen, 1978.
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4 comentarios:

Jorge Vives dijo...

Como es habitual, al releer las notas que envío ya “impresas” en la pantalla, me doy cuenta de algún error o algún dato que, por la premura y la brevedad, a veces se pasó por alto. Por ejemplo, en este trabajo quedó incorrecto el nombre de la ciudad donde nació Nicolás Matijevic; ya que el nombre real es “Gospic” (y no “Grospic”, como escribí). Por otro lado, no tuve espacio para aclarar un tema: los nombres croatas que enuncia Fray Mocho responden a la ficción; que tal sentido tiene su obra. “Intronich” es un apellido que existe; pero su versión correcta es “Iutronich”. En tanto el apellido “Kasimerich” sería producto de la imaginación del escritor.

Aprovecho esta “fe de erratas” para ampliar las referencias a dos personas que menciono en la nota. Con respecto a la Licenciada Carmen Verlichak, sólo hablé de su libro “Los croatas en la Argentina”. Pero Verlichak es una autora reconocida que ha escrito, entre otras obras, “María Josefa Escurra” (Sudamericana, tres ediciones), “Mujeres en la imagen” (Planeta, 1992), “Las diosas de la Belle Epoque” (Atlántida, 1996), “Croacia, cuadernos de un país” y “Edipo y sus hermanos”. Como periodista ha intervenido e interviene en diversos medios de comunicación social; actualmente escribe para el diario La Nación, entre otros aportes, en una columna sobre temas del campo llamada “Rincón Gaucho”. Dentro de esa temática rural, es autora junto con Oscar Marzol del libro de relatos “Crónicas de campo y pueblo”.

La otra persona a quien quiero volver a mencionar es al Ingeniero Kresimir Boric; profesional sumamente ligado al Valle del Chubut donde desempeñó su tarea profesional; participando, entre otras obras, en la construcción del Dique Florentino Ameghino. Es hermano del recordado Arquitecto Tomislao Boric, propietario y director de la Radio LU 20 durante muchos años (al punto que “Boric” y “LU 20” eran sinónimos). Fue muy grato para mí transcribir en el artículo el aporte del Ingeniero Boric al libro de Verlichak, porque de esa manera intenté también rendir un pequeño homenaje a una familia relacionada íntimamente con el Valle.

jorge robert dijo...

Es moralmente obligatorio despues de leer este artículo, comentar la fuerza espiritual que pone de manifiesto su autor a destacar de los inmigrantes, en este caso los Croatas, su accionar en cuanto han pisado nuestro territorio y luego de hacerles dar una recorrida con su pluma por otros puntos del país, cuando deciden afincarse en su querida Patagonia. Si la parte intelectual y prosapia que cargaron en sus mochilas antes de partir, supieron volcarla en sabia literatura, producción de libros, y si las capacidades para trabajar nuestra tierra, recompensa la hospitalidad recibida. Ahi el autor se entusiasma y quiere contar lo que sabe; le ha costado investigar, leer libros, quiere ver la "pachamama" mostrando sus frutos. Me emocionan estas cosas, tocayo.
Algo me llama a la reflexión cuando dices que Juan Benigar apodado el Cacique Blanco, recibido de Ing.Civil, partió de Croacia en 1908 con destino a la Patagonia Argentina recuerdo que mi padre, 1899/1973 contaba que siendo niño compartió asados en campamento de colonos y a uno de ellos que le decían el Indio Blanco
le brindaban un respeto especial por ser una person culta, de hablar dificultoso y refinado acento extranjero. Se me ocurre que puede ser la misma persona.

"El problema del Indio y la Tierra Fiscal" (libro escrito por ellos) lo relaciono como ejemplo con: En la estancia Santa Elena, en la bahia del mismo nombre, está todavía la tapera que fuera de un indio mapuche que intentó a principios del siglo XX construir su vivienda de colono, barrido luego por otras razas.

El paisano se llamaba Ramón Garramuño, tenía su cuerpo cribado de cicatrices de lanzas y chuzazos de flechas, había combatido en la batalla de Caseros obligado por Rosas, a los 14 años. Luego con otros jóvenes de su raza, huyó a la Patagonia.
Te brindo un abrazo cordial. Jorge Gabriel.

Jorge Vives dijo...

Se agradece la lectura del artículo y el comentario, tocayo. Tal vez sea así, tal vez Benigar y el “Indio Blanco”, de hablar chapurrado, sean la misma persona; lo cual no sería raro en la Patagonia, tapiz donde los hilos de la historia se entrecruzan una y otra vez. Decís que “el autor se entusiasma y quiere contar lo que sabe”; y es eso mismo lo que intento en mis “notas”. Alguna vez cité el dicho “no se quiere lo que no se conoce”. La Literatura Patagónica no se va a querer si no se conocen sus autores y sus obras; si no se aprecia la riqueza de sus manifestaciones. Por eso trato de difundir todos los autores que tuvieron relación con la Patagonia, como estos escritores de origen croata; algunos medianamente conocidos, otros tapados por el polvo que arrastra el viento a lo largo de los años. Vuelvo a agradecerte el tiempo que dedicaste a analizar el trabajo; lecturas como la tuya son un acicate para seguir escribiendo sobre estos temas, porque me muestran que no es en vano investigarlos y difundirlos.

Interesante referencia la de Ramón Garramuño.

Aprovecho la intervención de Jorge para agregar los datos de otro escritor de origen croata relacionado con la Patagonia, ya que se radicó en su tradicional “puerta” de entrada, Bahía Blanca: Dinko Cvitanovic (1938, Split – 2003, Bahía Blanca). Licenciado en letras de la Universidad Nacional del Sur, doctorado en la Universidad de Valladolid, miembro de la Academia Argentina de Letras e investigador del CONICET; fue autor de “Carpentier: una revisión lineal”, “De Berceo a Borges. Noches de exaltación”, “La novela sentimental española”, “La obra argentina de los exiliados gallegos”, “Tierra y literatura”, “Tradición americana y mundo global: Variaciones argentinas”, y coautor de otras tantas obras. Más de un patagónico lo habrá tenido de profesor en la Carrera de Letras de la UNS, donde ejerció la docencia

Rosanna dijo...

Tiene razón Jorge Robert cuando dice que se nota que querés contar lo que sabés y yo agrego que es mucho y es siempre interesante leerte.
Todos disfrutamos de esas historias desconocidas para la mayoría. Lamentablemente siguen teniendo poca difusión. Este tipo de trabajos deberían sobrepasar este espacio (que de por sí es importante y con muchas personas que lo comparten) para llegar también a otro público, por ej a través de un medio escrito, un programa radial, incluso televisivo.
Está claro que no es producto de una investigación del momento para esta nota en particular. Es parte de toda una vida dedicada a lo que te gusta y a lo que amás: la Patagonia y la literatura.