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jueves, 5 de abril de 2012

EL POEMA DE HOY





CANTO I


Por Sandra Pien (*)





Yo te convoco poeta
dijo Borges
al eterno retorno
urdimbre remota.
En una cama de hospital
Borges delira.
Ocurrió un accidente tonto
ascendentes escaleras temporales
ocultaron una ventana cruel
torrente cauce
rojo profundo
sangre en el calendario indiscreto
gotea 1938
es fin de diciembre.
Imágenes en filigrana
paradoja en sus tinieblas febriles
él sabe
no es el río de Heráclito
deambula dejando reposar
su cuerpo inmóvil
bastón en mano
tanteando perpetuamente el muro eterno.
Enjambre de actividad en su espíritu
electrones girando en los núcleos
billones de veces por segundo.
Borges delira
sueña el designio
de un solo poema intemporal.
Balbucea
no recibimos los hechos
sólo su reflejo en una conciencia
y la pasión
con los datos sensibles.
Invoca a Shelley
to illumine our tempestuous day
insiste en duplicarse
no sólo los sentidos
son testigos falsos
la imaginación
no alcanza a imaginar
la verdadera forma de la naturaleza.
Septicemia dicen los doctos
hipertermia y destemplanza
el tiempo es una ilusión
se declara un conflicto.
Soy un perdido espejo de mi padre
conocedor del poder del canto
dimensión existencial básica.
Borges revive en mi mente
el jardín de utopía.
El olor de los eucaliptos
en la memoria
lo transporta en mí
hacia Adrogué
simetría idónea del ocio de las tardes.
Soy peregrino repite
voz y destino de mortal.




(*) Poeta de la ciudad de Buenos Aires. Su relación emotiva con la Patagonia la llevó a dedicarle su poemario “Patagonia rumbo sur”; y a difundir, en su rol de periodista, la Literatura sureña en el ámbito nacional. Este poema pertenece a su libro “miBorges.com”, Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 1999.




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1 comentario:

Jorge Vives dijo...

Me gusta este poema de Sandra Pien. Reúne muchos elementos del universo borgiano, alrededor de ese episodio que tanto marcó al escritor; ese accidente doméstico, mínimo, que podría haberle costado la vida y que lo llevó a reflexionar sobre la existencia. La mención de conceptos típicos de sus obras, como el eterno retorno, el río de Heráclito, el muro, el espejo, el jardín, el tiempo, dan al poema un sentido de homenaje; que resume el de todos los lectores que disfrutan las creaciones de Borges.