CUANDO
Por Héctor
Roldán (*)
Cuando era niño
hablaba en lenguas, en muchas lenguas.
La del viento, la
del mar, la de la luna,
la del cielo
estrellado, la de los guanacos al galope.
Cuando era niño
sabía qué decirle al zorro
y el zorro sabía
qué decirme.
Podía leer los
ojos oscuros de los charitos,
entender los
caminos de los matuastos en la arena
y escribir con
mis pasos sobre la meseta rumbos inmensos
Inmensos,
de molle a molle,
de picadero en picadero,
y en tan intensa
caminata ver encenderse el pedernal,
refulgir los
chorrillos, saltar las liebres entre las matas.
Cuando era niño
podía dibujar las formas de todos los copos de nieve,
atrapar el aire
árido entre mis dedos azulados de frío,
calentarlo con mi
aliento y entibiar las mejillas de las niñas.
O podía volar con
los caranchos, volverme piedra,
ser hueso
blanqueado por los años, fruto morado del calafate,
o memoria de
indio en el faldeo de un cañadón.
Cuando era niño
hablaba en lenguas y era sabio en nubes,
o quizás solo
fuera un animal patagónico,
una ráfaga más
del viento,
el destello más
solitario del crepúsculo.
(*)
Escritor santacruceño.
3 comentarios:
Héctor, te felicito por tu poema. ¡Con qué ternura recuerdas cada detalle de tu amada, de nuestra amada Patagonia! Tienes razón en cada descripción, en cada recuerdo, porque es una tierra única a la que habitas porque la amas...como en mi caso.
Leo y me dejas un silencio en el corazón. Gracias. Ada Ortiz Ochoa (Negrita)
Gracias Ada. Es un gran incentivo para mi saber que alguien lee lo que escribo. Y, más aun, que se emociona y conecta con esas palabras.
Comparto con Ada el gusto por este poema de Héctor Roldán. Es difícil explicar, a veces, porque a una persona le gusta determinada poesía; tal vez porque la poesía no necesita ser explicada sino sentida. Pero igual esa persona lo intenta, para conocerse mejor a sí misma. En este caso, los versos de Roldán – al igual que los del soneto de Ugo, producto de una de las forma del recuerdo - me gustan porque recurre a elementos que pintan con marcados y reconocibles trazos el objeto de su nostalgia; y los combina en forma muy creativa.
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