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lunes, 21 de mayo de 2012

EL POEMA DE HOY

en homenaje a Lidia Ester Romero





Ha partido hacia la dimensión donde las almas retornan a su más pura esencia. Nada cuesta imaginarla fundando allí un pequeño espacio a su medida: un prado con álamos, con pinos y mutisias, para regarlo amorosamente con los reflejos de un río que aquí, en este plano de su tierra austral, espeja en sus aguas lustrales el cielo inalcanzable.  Nos ha dejado nuestra dulce Lidia Romero, una de las Voces Mayores de la poesía chubutense. Ella sabía muy bien lo dolorosas que son las despedidas. Supo expresarlo como nadie con un sencillo ramo de palabras, años atrás, cuando se fue el padre de Eryl, una de sus tan queridas amigas. Por eso creemos que tal vez ese sea el mejor poema para recordarla hoy, en nuestro homenaje a su enorme talento lírico.






DESPEDIDA (*)

Lidia E. Romero





Deshizo mil terrones día tras día
-como buscando la esencia de la vida-
estuvo atento al discurrir del agua, 
se plantó firme ante los ventarrones...
sopló sus manos por la escarcha heridas.


Dejó la chacra todos los domingos
-porque era el día de orar en la capilla-
el libro de sol-fa bajo el brazo, 
en una mano la mano de su hija
y en sus ojos el cielo y la familia.


El tiempo lo hizo enjuto muy de a poco;
su espalda fue encorvándose de a mucho;
dolores y alegrías le trazaron
un mapa irreversible en las mejillas...
si alguna vez lloró, nadie lo supo.


Dejó la tierra hoy con un suspiro
de paz y mansedumbre ante la entrega;
bajó a la tierra entre los resplandores
de un sol amable que lo despedía
y fue la tarde como muchas de su vida:


orar, cantar en paz, ¡igual que un gran poema!






(*) Primer Premio - Competencia Medalla de Plata "Asociación San David" - Eisteddfod del Chubut 1994

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2 comentarios:

Fernando Coronato dijo...

Vayan estas breves líneas para la memoria de Lidia, con quien tuve el honor de trabajar codo a codo en las actividades de la Asociación Cultural Galesa de Puerto Madryn.

Anónimo dijo...

Un muy hermoso homenaje ha hecho Carlos Ferrari a nuestra querida Lidia Romero. Sí, partió...,pero atesoramos su ejemplo de vida y su obra poética. Pude compartir con ella encuentros , el Eisteddfod, el Gorsedd. Su sonrisa y su palabra seguirán iluminando a tantos! y a uno. Graicas,Carlos!
Cecilia Glanzmann