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jueves, 31 de enero de 2013

EL RELATO DE HOY






El color



Por Juan Bautista Vallés (*)



Las nubes cargadas de gris alejan de este cielo el sol de extra tibieza que, en estos días del año, a él suele asistir. Cuando se hace presente aparecen, salidos de alguna parte, colores varios, matices nuevos y combinaciones raras.
Han estado como ángeles.
En la tierra, el color –o los colores- vive en granos de polvo, esperando ser tocado por la varita mágica del agua o del óleo y trasladarse de ese estado a otro más acuoso, más libre, dócil, dispuesto a quedarse eternamente en unas figuras nuevas que viven en el mundo de las pinturas. En él también habitan las formas paridas de maestras manos, obedientes a diseños nacidos en cabezas muy particulares.
Quizás el gris negruzco que hoy cubre el cielo sea para montar nuevos escenarios a partir de mañana.
“El color es ante todo un hecho social”. (La Nación).
Es símbolo de clases sociales, oficios, nobles enjoyados… A quién simboliza depende de cuándo y dónde se encuentre.
¿Será que el color, por su fácil presencia e identificación, ayuda a discriminar?
Cuando Dios creó al mundo, ¿lo hizo con colores?
¿Dónde los ubicó?
¿Este amarillo de hoy es el mismo amarillo de la creación?
¿Cómo se define un color?
¿Por qué los hombres van tras banderas de colores?
¿Por qué se dejan matar por defender telas impregnadas de anilinas diversas?
¿Por qué juran defender con la vida estos estandartes y no hacen lo mismo por sus mujeres y sus niños?

En una entrevista le preguntan a Borges: “¿Por qué usted usa los mismos colores: rojo, amarillo y verde?”.
Y el escritor contesta: “pero también verá el rojo tirando a rosa; y el amarillo… hay para esto (último) una explicación física. Cuando empecé a perder la vista el único color que veía, o mejor dicho que resaltaba, era el amarillo que es el color más vívido y yo vivo en un mundo gris como si fuera un mundo vedado por una cortina de plata”.
Las materias colorantes son sustancias trituradas de origen animal o mineral. Comparten la imprescindibilidad con la línea, las sombras, las luces.
Después de pasar tantos gramos, cuya cantidad roza la infinitud transformada ya en ese líquido cuya mayor propiedad es el color, se dispone a ser cuadro.
El misterio, los secretos, los ritos de iniciación, las palabras del conjuro han nacido en estas horas del parto de un nuevo color. Para ello se instala en la paleta esperando ser usada por el artista. Mientras, dentro de éste, se revuelven experiencias, recuerdos impresiones, sueños, vigilias, para parir organizados ya en una figura de mera existencia mental, el viaje al cuadro.
¿Cómo y por qué elige el pintor los colores?
¿En qué momento? ¿Al inicio?
¿Cuándo el pintor “ve” el cuadro?
¿Qué tiene que ver el amarillo de Borges, con el azul de la Madre María?
Leo el Génesis y advierto que Dios, en las tranquilas jornadas de la Creación, descubre ya llegando al final que las tinieblas todo lo cubren. Entonces crea la luz. Poco se dice del color. De este nuevo elemento. Sin duda habrá mejorado el escenario con las luces y las consiguientes e inevitables sombras, habrá paisajes más nítidos, sorprendentes, que el del tiempo anterior.
“Fuera de la tierra los pájaros del cielo y a todos los que se arrastran por el suelo les doy como alimento el pasto verde” dijo el Señor. Así que el verde parece ser el primer nombrado, lo que es igual a ser el primer creado.
Es interesante pensar que el verde, dice el Señor, se usa para crear alimento para el hombre. ¿Primera comunión?
Borges utiliza el rojo, verde y amarillo. Ha dicho más arriba que por superstición. El amarillo es la última luz de la incipiente e inexorable noche, ha dicho Borges.
¿Qué significa el rojo?
Queda en la oscuridad la aparición del color en la Creación y en la Naturaleza.
Colores y símbolos.
Cuando llegue el color en la paleta del pintor el artista se conmueve, el espíritu lo abruma y desborda y hace desaparecer lo irracional. Lo especulativo, hasta la maldad. Consciente o inconsciente brota la inspiración y sus gajos de amor distraen de cualquier otra cosa que no sea darle un sentido a la pintura, a los colores.
Colores primarios y secundarios. Son los segundos creación del hombre, pues son mezcla y ésta parece una desdeñable actividad para un Dios.
Leemos en el “Manual de pintura” que “las relaciones entre colores son tan infinitas como la serie de los números”.
Hay una disimulada asociación con las matemáticas, hijas ambas de relacionarse con la eternidad. Expresada en números.
El sol se retira de ese cielo con la extraña sensación e tibieza que tuvo al comenzar la jornada.
Cuando va desapareciendo el sol, salen de alguna paleta matices varios, nuevos colores, extrañas combinaciones. Todo es bello.
Anochece.



(*) De “Cuentos Completos”, Patagonia Contemporánea - 2010

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1 comentario:

Anónimo dijo...


Cuántas preguntas Juan, y que poco sabemos para responderlas.
Un planteo que va más allá de colores y de letras, pasando por la genialidad de Borges con su mundo a oscuras a cuestas.
Es verdad la infinidad de matices
es tanta como la variabilidad de los números. Gracias por qué con tus letras sigo buceando por un cosmos poético, siempre nuevo, revelador. Bs. Vic