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sábado, 31 de mayo de 2014

EL CUENTO DE HOY




MUSEO

Por Magdalena Pizzio (*)



Las vitrinas explotaban de objetos exóticos, escasos o ya inexistentes. Los que venían de las Galaxias descubrían  o redescubrían asombrados, la esencia de la historia, no sólo de la Humanidad sino de ellos mismos; de cada uno: de todos.
Había fantasmas, monumentos megalíticos, alambrados, probetas. canciones, armas, nubes, catedrales, fronteras, telescopios, árboles, bebés, sonrisas, espejos, frutos, lápices, flores, esperanza, plantas, lluvia, ambiciones, familias, vehículos, manantiales, besos, comida, guerras, felicidad, esqueletos, animales, bondad, miedo, luces, paz, rostros, soles e infinidad de otras cosas inapreciables o altamente peligrosas.
La cinta que los transportaba se detenía el tiempo exacto prefijado en cada uno de los exhibidores, iluminados con las efervescencias cósmicas.
El museo de este sector, en plenas tinieblas circundantes, tenía un altar especial  al final del recorrido: el poder y el dinero. Todos los “valores” del mundo antiguo ¡Hasta había monedas con un sol!
Los visitantes, al salir, sentían temblar su conciencia, ahora que la tenían…demasiado tarde.



(*) Escritora neuquina. Obra tomada de  su libro” Laberinto entre la muerte y la vida -poemas y cuentos. Su blog: www.paradojasmagdalena.blogspot.com


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