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martes, 13 de abril de 2021

EL POEMA DE HOY



 

EL BAJO DE LAS CHAQUIRAS


Por Hugo Covaro




Cuentas perdidas

en un tiempo sin tiempo

enterrado en la greda dormida.

¿Qué lejano júbilo engarzó

tu diminuta artesanía?

¿Qué manos pequeñas

de mujer de arena

te lució colgada 

a su cuerpo de viento?

¿Por qué en este sitio

de tanto desamparo escondes

tu redonda maravilla?

Cuando los ojos del caminante

se acostumbran

a la claridad del misterio

te ofreces a la paciencia

de esos ojos que si miran bien

te encuentran.

A tus pies

entre revolcaderos de guanacos

tiznadas piedras de fogones

y el hueserío blanco de lunas

parpadea un ojo de agua.

En su espejo

saben mirarse

mujeres hechas de sombras

ataviadas con collares y pulseras.




jueves, 7 de enero de 2021

EL POEMA DE HOY

 




A MI SOMBRA


Por Lidia Romero



Cuando niña, 

me encantaba

hacer rondas con mi sombra;

era a veces pequeñita bajo el sol del mediodía;

yo giraba, 

me reía,

y las aspas de mis brazos remolinos inventaban,

preguntándole a los aires

quién a quién se perseguía.

Por entonces,

tú, mi sombra, eras solo una locuela

que bajaba, que subía, y a mis piernas se enredaba;

y una alondra,

que volaba,

atadita a los anteojos de mi mente

que hoy te nombra, 

preguntando por tu magia 

que no está ya, donde estaba.

Hoy, ¿lo sabes?

me consuelas

porque aún vas a mi costado;

ya no juego y te acompasas a mi ritmo no tan nuevo.

Pero aún vuelas,

si yo vuelo.

Has crecido, eres más vieja, pues mi sol no te renueva.

Me pregunto, ¿cuándo juntas

dormiremos bajo el suelo?


Abrazadas 

para siempre, 

tejeremos comentarios.

Con tu boca algodonosa me hablarás de “aquellas horas”.

Y en setiembre,

 seré sombra

hecho ya mi aprendizaje en el terroso, tibio vientre…

¡Volveré y habrá otra niña

para bailarte mis rondas!


lunes, 21 de diciembre de 2020

EL POEMA DE HOY

 UN BELLO SONETO:






LOS VERSOS QUE ME DUELEN


Por María Julia Alemán de Brand




Y aquí vuelvo a la tierra, a mi nodriza,

a beber de su fuente inspiradora,

a escuchar de sus vientos la sonora,

la silvestre canción asustadiza.


Y vuelvo, vez a vez, porque me hechiza

su agreste soledad, su luz pintora…

Vuelvo en verso a la tierra, sabedora

que él me salva de ser solo ceniza.


Y volver. Siempre volver. Que en cada poema,

en cada verso mío que se nombre,

en él pueda volver, fiel a mi tema…


Por eso vuelvo siempre. No se asombre

que lleve tan adentro como emblema

ambos temas que canto: tierra y hombre.


martes, 3 de noviembre de 2020

EL POEMA DE HOY

 



LAS VOCES DE LA CORDILLERA

POEMA 7 (CANOA YÁMANA...)


Por Jorge Sánchez (*)




Llámala, canoero fueguino.

Luna del fin del mundo.

El camino de plata que lleva 

              al reino de las sombras,

cuando se apaga la lumbre que brilla

en el vientre de tu medio mundo.

Llámala, canoero perdido.

Un puñado de cenizas amargas,

sólo sal y mar, mar y sal,

                           luna definitiva.

Secreta corriente que te aleja del hogar,

que te acerca al universo blanco...

Llámala, pescador.

               En esta noche austral

vagas en tu mínimo refugio de corteza

y el canto de despedida acompaña

a tu mundo a la deriva.

                            Ya no hay nadie.

Otras lunas inmensas –como esta luna-

se llevaron a los otros de la raza.

Canta, canoero, la canción última.

Tu sangre y tus cenizas se entregan

                             mansamente

             a la luna yámana,

faro de los dioses, vientre antártico,

                           luna hermana.



(*) Escritor de El Bolsón.


lunes, 19 de octubre de 2020

EL POEMA DE HOY

 




VIENTO


Por Pehuén Naranjo (*)


Roza la cuna azul de la bahía,

llena de sal sus labios entreabiertos

y trepa a besos por el Monte Olivia

hasta quedar sin voz y sin aliento.


Nadie sabe qué ve desde la cima

cuando se arroja audaz, veloz y helado

peinando lengas mientras se lastima

y gime en huecos bajo algún tejado.


Vela los secretos de la sed dormida

latente en la nieve que espera al verano,

para emborracharnos con agua bendita

que baja en torrentes de Los Cinco Hermanos.


Duende de los bosques, silbando a escondidas

por entre las ramas de un sueño perdido

trae desde lejos una melodía

que pasa de largo de vuelta al olvido.




(*) Poeta y músico nacido en Zapala, actualmente radicado en Tandil. La presente poesía fue tomada de su disco “Desde el Sur”; donde el cantor la interpreta con ritmo de loncomeo.


viernes, 18 de septiembre de 2020

LOS POEMAS DE HOY

 



HOY: TRES POEMAS DE SOFIA GONZALEZ BONORINO (*)




ENIGMAS



HUMANA



Me abruman los colores. 

Demasiados duendes en el cielo,

demasiada vida.

Allá, los cuervos negros,

una canilla abierta,

olvidadas doctrinas,

amarillento polvo de trigales.

Moribunda espera hueca. 

En el sueño, se amontonan los duelos,

las sangrientas batallas,

la basura maloliente de los caños.

Un universo de espadas,

de carne enllamecida,

de almas azules congelándose en las nubes.

El secreto placer de las palabras

desgarrado por volcanes asesinos.

Aquí, siendo  cortina espesa 

                        lenguaje acorazado

acumulando años en la mente,

invadida de tiempo,

abandono el rojo, las hogueras crepitantes,

los arenosos viajes.

Aquí, siendo la cortina espesa

                          lenguaje acorazado

me abrazo al limitado espacio donde vivo,

                   al  calendario sucio,

                    al fluir inevitable del Destino.




NOSTALGIA



Suavemente

entre los dientes rotos de agonías

la nocturna muerte entre telones

grita sueños.

Y despierto.

Los colchones de botellas,

las esquinas,

cada espacio recortándose en tus huesos.

Sudoroso caballos. Empinadas piernas.

Odio, tu blanco cuerpo enamorado 

y me desbordó en cascadas,

en zumbido de mosquitos azulados,

en fronteras

en maderas piedra escarcha nochebuena.

Se me cae la tarde encima.

Me desgarra la luna con su cuerpo blanquecino.

Voy chapado con el rojo de mi sangre las ortigas.

Vientre a vientre con la espera.

Cara a cara,

soy cadáver 

y me envuelve la humedad 

                         la nostálgica humedad de tu destierro.




ADOREMOS AL SOL



Anestesiada arena.

La sal caliente de tu playa me vuelve  ocaso.

Las hogueras afiladas se van desparramando entre los 

                                                                                    médanos.

Metálicos espejos.

Se revierten las sombras.

Las llamas extasiadas descubren los rincones.

Es el mundo mi cuerpo hecho gigante.

Me reconozco en la tarde avejentado.

En cada arruga obelisco de viento y matorrales.

Son mis piernas los faros solitarios

que basados por las olas, noche a noche, se desgastan.

Idioma de cangrejos. Entre mis dedos la rocosa espera.

Vengan gitanos!

Adoremos al sol.

Una luminosa aguja de tejer le nace del ombligo.

Apresemos la noche con los dientes.

Desgarrémosla entera. Que no quede en la tierra

                                                                             su esqueleto.

Luna blanca. Novia ensangrentada:

Adoremos al sol.





(*) Narradora y poeta. Reconoce con afecto su amor por la Patagonia. Publicó la trilogía de novelas Las Cruces (2000), La Quema (2003), El escritorio (2006). En 2015 apareció su novela Mi cliente. Colaboró en diferentes medios como Artinf, Tokonoma, Diario Jornada (Trelew, Chubut),  No-retornable, Escritores del Mundo, Palabras Amarillas, Libros Peligrosos, y otros. Fue curadora de  Tolstói 100 años, realizado con el apoyo de la Universidad de San Martín  (Biblioteca Nacional, 2010), y  de la Semana Tsvietáieva (Biblioteca Nacional, 2011).

domingo, 30 de agosto de 2020

EL POEMA DE HOY


 


(Primer soneto de “Tres Sonetos del Sur”)


Por Vicente Antonio Ugo (*)





Razón de lo que canto, claro anhelo,

que se conmueve frente a mi destino;

yo voy a ti, como el mejor camino,

bajo la amplia bóveda del cielo.


A veces presiento que me inclino

con raíces frutales hacia el suelo;

(tú me comprendes, es el desconsuelo,

de saber que la tierra es mi destino).


Sur, razón del canto, en ti se asoma,

el sortilegio inmemorial del hombre,

que siente como el cielo se desploma


Sólo este verde que retrata el llanto

y este amor que comienza con tu nombre,

son las riberas que me doy y canto.






Escritor chubutense. El tríptico “Tres Sonetos del Sur”, al que pertenece este poema, fue premiado en el Certamen Literario Provincial del Chubut, año 1982.

martes, 14 de julio de 2020

EL POEMA DE HOY



        ROMANCE DEL TAMARISCO



     Por Raúl A. Entraigas (*)




A fuerza de estar con gauchos,

se ha hecho gaucho el tamarisco.


Con su tenue verde mate,

tusado como cerquillo, 

es el seto primoroso 

de la estancia de los ricos;

y crinudo y ramilargo 

junto al humilde ranchito, 

refugio de aves caseras 

y adorno agreste y sencillo.


A veces, los salitrales 

del ancho campo argentino, 

dejan yermas las llanuras

como páramos malditos; 

pero si llega a enraizarse 

nuestro arbusto campesino 

¡el páramo es un vergel, 

el desierto está vencido!


Cuando el viento patagónico 

desata su paroxismo;

¿quién protege a nuestras flores

de sus furias y silbidos?

El único buen baluarte,

el único fiel amigo 

es el modesto ramaje

de nuestro arbusto patricio, 

que las abraza en sus frondas

como una madre a sus hijos...


Ni grados ni paralelos

reconoce el tamarisco: 

tanto acompaña al labriego

que escribe el canto del trigo

con los surcos del arado.

Allá, en la patria del frío,

se acoquina tras el rancho

del ovejero fueguino 

para tenderle sus ramas

cómo quien tiende un abrigo...


A fuerza de estar con gauchos,

se ha hecho gaucho el tamarisco, 

y hoy es más criollo 

que todos los árboles argentinos.


En él templó la calandria 

los preludios de sus trinos 

y en él dejó de recuerdo

todo el calor de su nido.

Y diz que ese canto nuestro 

tajante como un gemido, 

profundo como un misterio, 

sagrado como un bautizo, 

consagrólo para siempre

como criollo al tamarisco.


Desde entonces diz que gime 

cuando gime el campesino 

bajo el látigo “e’la seca”

o al azote de un granizo.


Baila al compás del pampero

y tiembla yerto de frío, 

cuando la escarcha les corta

los pies a sus paisanitos...

Llora junto a las bordonas

y plañe tristes y estilos

cuando el viento le prodiga

sus furias y despotismos;

¡si está curtido a lo criollo, 

por la lucha contra el sino!


¡A fuerza de estar con gauchos

se ha hecho gaucho el tamarisco

y hoy es más criollo 

que todos los árboles argentinos!





(*) Escritor rionegrino (San Javier, 1901 – Buenos Aires, 1977).




miércoles, 1 de julio de 2020

LOS MICROPOEMAS DE HOY





CUATRO MICROPOEMAS DEL LIBRO “GORRIONES DE LA NOCHE”

Por Jorge Curinao (*)


Mi tristeza viene de los puentes, no de la noche.


Casi no he conocido a mi padre, pero siempre lo he extrañado. Su ausencia es un niño sin alas: dibuja un pájaro.


De noche, el viento se detiene. Un perro que ladra inventa el desierto.


El viento es nuestro amor eterno: existe para que los álamos no se olviden de cantar.



(*) Escritor de Río Gallegos. Micropoemas tomados de su libro “Gorriones de la Noche” (Trelew, Remitente Patagonia, 2020).

domingo, 10 de mayo de 2020

EL POEMA DE HOY





INTRODUCCIÓN A UN POEMA

Por Oscar Ferro (*)



Me envolveré en la soledad inmensa
donde yace la esencia del misterio
y se acunan los salmos infinitos
en brazos del silencio…

Y caminando al filo de las sierras,
quiméricas de tonos macilentos,
modular los poemas que se encienden 
al paso de los vientos.

Y trémulo de estrellas,
cubrirme del lamento
que musitan los cráneos del arauco
acortando distancias en el yermo
y ensanchando la frente soberana 
palpitante de un bárbaro progreso…

Descenderé con grávidas alforjas
sitibundo de luz y de misterios,
hasta el río que enhebra confidencias
en el largo murmullo de sus rezos…
hasta el río que muestra en la pureza
la lima milenaria de su lecho.

¡Oh, la fuerza salvaje
en el filo sajante de los vientos
y la erótica faz de los ocasos 
y la escarcha hecha yunque del invierno…!

¡Oh, la fuerza salvaje
que ahuyenta el pensamiento
de los tumbos agónicos que anuncia
la risa descarnada de los ecos…!

El hechizo del árbol y la piedra
con las noches cargadas de sosiego
y la onomatopéyica cadencia
hecha cuita sutil de parloteos…

La aurora que despunta perezosa
alisando el rubí de sus cabellos 
en la criba que muestran los sauzales
y que adora su soberbia en los reflejos…

La brisa que despierta entre las ramas
y el río que galopa hacia lo incierto
en el lomo candente de sus olas
tan fecundo en su fuerza y en su celo.

La tarde lloriqueando su cansancio
de limpio pergamino amarillento
sin huellas de trabajo ni de eras,
donde enjugan su rostro los labriegos.

¡¡¡Oh, la quietud inmensa
que guardan los ajuares en el tiempo,
y estas tierras que vibran en su entraña
bajo el tibio besar del Río Negro!!!

Me envolveré en la soledad inmensa
donde yace la esencia del misterio
y se acunan los salmos infinitos
en brazos del silencio…

Y al retumbo del cuero de las cajas,
descender los peldaños en el tiempo
y en sombras que se ahuecan en el valle
hundir mi pensamiento.

Aprender cómo riman estas sierras
con bíblica comba de los cielos,
como mueren los cantos de las aves
en las tardes silentes de lo inmenso…

Qué se cuentan los árboles del valle
cuando juntan sus frondas en un beso.
Por qué retuercen silbos las cavernas
con la brisa que presta sus alientos,
y en el grito nocturno de los búhos
descifrar los anuncios lastimeros 
a la luz de la luna adormecida
en la faz platinada de los cerros…

Detener mi premura de poeta
en leyendas de lacios cuchicheos,
las mismas que se cuentan por el valle
cuando tiemblan las hierbas en el tedio.

Y al conjuro del astro agonizante
Haciendo brasas su fulgor primero
¡¡¡medir la soledad que se estremece
en el lento llorar de nuestros cielos!!!

Y ahora alcanzar los horizontes
en el híbrido empuje de los vientos
para ver en la aurora los alumbres,
de una tibia esperanza en los anhelos.

¡Aquellos que forjaron heroísmos
en el alma purpúrea del labriego!
¡Aquellos que trajeron los colonos
trocándose en cendales de progreso!

¡¡¡Y luego, despojado de atavismos,
sentir el valle palpitante y regio
ciñendo la cintura de mi patria
con brazos de progreso
forjados con racimos,
aromas y fermentos
y hechizo de ansiedades
que columpia el grandioso Río Negro!!!




(*) Escritor rionegrino, ya fallecido. Fue docente. Integró el Centro de Escritores Patagónico, creado en 1983. Este poema se tomó del libro “Brisas del Sur” (Edición de los autores, Bahía Blanca, 1986); que escribió en coautoría con Lily de Paterson y Mónica Morris.