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miércoles, 15 de mayo de 2013

LA NOTA DE HOY







ITERACIÓN EN TORNO A LOS CIELOS PATAGONICOS


Por Jorge Eduardo Lenard Vives




           Meses atrás, publiqué en el blog una nota vinculando la Literatura regional y esa tercera dimensión del paisaje patagónico, que se suma al mar y al ámbito terrestre: el espacio aéreo. Parecía, en ese momento, concluido el tema. Sin embargo, pronto surgieron nuevos datos que me obligan a redactar estas palabras, iterando las anteriores. Es que hay mucho material escrito sobre el asunto, pues largo tiempo ha pasado desde que el primer avión surcó el cielo austral. Tal vez, incluso, esté pronto a cumplirse el centenario de tal episodio. Recuerdo una exposición de fotografías reunidas por nuestro amigo Edy Dorian Jones, que exhibía la imagen de un aeroplano aterrizado en el Valle del Chubut, fechada en la segunda década del siglo XX.

        El primer indicio de la existencia de más referencias literarias a los cielos australes, surgió de la lectura casual de un párrafo que decía que Antoine de Saint–Exupéry mencionaba estas latitudes no sólo en su obra “Vuelo nocturno”, sino también en otro de sus libros, “Tierra de hombres”; narración de sus andanzas en el desierto del Sahara. Encontré la cita en la décima edición de Troquel: el autor, en dos hojas, habla de un vuelo entre Río Gallegos y Punta Arenas. Llama su atención el campo de basalto al sur de la capital de Santa Cruz, que describe así:

El piloto que se dirige hacia el Estrecho de Magallanes sobrevuela un poco al sur de Río Gallegos una antigua vertiente de lava... Cada protuberancia de doscientos metros posee en el flanco su cráter. Nada del orgulloso Vesubio: situados en la misma planicie, bocas de obuses. Pero hoy la calma se ha producido. Se la experimenta con sorpresa en este paisaje inhóspito donde mil volcanes se respondían cuando escupían sus fuegos. Y se sobrevuela una tierra en adelante muda, adornada de negros glaciares.



Poco más tarde, una feliz circunstancia remarcó mi error de suponer agotada cuestión. Visitaba en Puán al escritor chubutense Fernando Nelson, radicado en esa ciudad bonaerense. A sus instancias recorrí el Museo local; entre cuyas vitrinas encontré una dedicada al aviador local Gustavo Numan Costabel. Se exponía allí, junto a diversas piezas de gran interés, una obra que escribiera para dar testimonio de sus aventuras aéreas. Su título era “Volando sobre la Patagonia”. El autor, nacido en Puán en 1901, fue el primer piloto oficial de la Gobernación de Santa Cruz; durante la gestión de Gregorio Gregores. El libro cuenta su vida, incluyendo una temporada como tripulante de un barco llamado, en forma premonitoria, “Patagonia”; hasta que comienza a surcar el firmamento austral en su avión “Flecha de Plata”. Así pinta el paisaje extendido a sus pies, al ingresar a la región:

En lontananza, brillante y platinado, aparece el caudaloso río Negro, y en una de sus caprichosas curvaturas (...) se destaca el pueblo de General Conesa, con las grandes instalaciones del Ingenio Azucarero “San Lorenzo” y una gran extensión de cuadriculados verdeclaros, que son los tablones de remolacha bajo riego, para la industria. ¡Nos hallamos bajo el cielo de la Patagonia! La visibilidad va disminuyendo a medida que avanzamos sobre las tierras del sur. Hay una luz extraña, pálida, mortecina (...) ¡Todo es extraño en esta Patagonia! Y más extraña aún para mí, que surcaba sus cielos por primera vez.

Otro texto que se agrega a la bibliografía aérea de la Patagonia, es el libro de Gunther Plüschow, “Sobre la Tierra del Fuego”. Describe los vuelos que, de puro aventurero, hizo ese piloto alemán sobre el extremo austral de la Patagonia hacia 1927; al que llega tripulando su propio velero. Con el hidroplano “Cóndor de Plata” recorre los escenarios naturales de Tierra del Fuego, nunca vistos hasta entonces desde el aire. Y de esta manera los dibuja:

Como un sueño indescriptible de singular belleza, totalmente libre de nubes bajo un cielo azul resplandeciente, sobre un mar azul que nada tiene que envidiar al más hermosos de los mares, se esparce por doquier que mi vista alcanza – en medio de hielos, nieve y glaciares, envuelta en verdes y brillantes bosques e imponentes selvas – la sublime Tierra del Fuego.

Aún podemos mencionar un cuarto libro, de Marcelo Augusto Conte; autor de la novela “Patagonia, entre nubes y viento”. Se trata de “Recuerdos del viento”, sus memorias como piloto de LADE. Su prosa nos deja vívidos trazos de lo que vio desde el aire:

Para mí todo era nuevo en la Patagonia, de tal manera que todos mis sentidos se vieron desbordados de sensaciones y de vivencias no experimentadas anteriormente. (...) Se me encogió un tanto el espíritu al sobrevolar la tremenda soledad y el aislamiento en que vivían los habitantes de Gobernador Gregores, (...) pero esa misma soledad resultaba magnífica e imponente al observarla desde el aire. El suelo luce de un color que abarca todas las gamas de los marrones o terracotas, salpicado de vez en cuando por una suerte de oasis verde oscuro, pertenecientes a cascos de estancias y puestos...

         Sin dudas, varios textos más habrá que rescaten los primeros vuelos por el éter sureño y las vivencias de sus pilotos. Un punto común en todos ellos, es el pasmo que despierta en los aviadores la belleza del terreno contemplado de las alturas. En esta utilitaria época de fotografías satelitales y aeronaves no tripuladas transmitiendo imágenes del suelo en tiempo real a un operador remoto; las reseñas de aquellos navegantes aéreos, que tenían mucho de poeta, sugieren que el patagónico es un paisaje para ser visto desde el cielo.


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domingo, 12 de mayo de 2013

EL POEMA DE HOY




PAÍS DE LA SAL


Por Ramón Minieri (*)



Este
es el país de la Sal
el país de la sed

la sed
es un árbol sin párpados
de cornamenta blanca

y del árbol de la sed
crecen
las varas de los rabdomantes

varas enhiestas
que despiertan manantiales
cuando piafan

este
es el país de la Sal

el comienzo
del comienzo de todas las aguas.


(*) Cordobés de nacimiento, rionegrino por elección, radicado en Río Colorado. Es bibliotecario y docente universitario; con formación y vocación de escritor. Desde hace más de 30 años escribe poesía, a la que considera la palabra misma y su forma de vida. En ese género publicó “Libro del Otro Reino y Fábulas de Mutación”, “Libro de los últimos días” (1995). La reina loca (poesía, 2012), País de la sal (poesía, 2010) “Las piedras, el agua” (poesía, 2002 - 2011), “Libro de ciudades” (poesía, 2009). Además publicó el ensayo “Ese ajeno sur”. Otra de sus obras es “Historia de Olvidos”.

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EL POEMA DE HOY




PAÍS DE LA SAL


Por Ramón Minieri (*)



Este
es el país de la Sal
el país de la sed

la sed
es un árbol sin párpados
de cornamenta blanca

y del árbol de la sed
crecen
las varas de los rabdomantes

varas enhiestas
que despiertan manantiales
cuando piafan

este
es el país de la Sal

el comienzo
del comienzo de todas las aguas.


(*) Cordobés de nacimiento, rionegrino por elección, radicado en Río Colorado. Es bibliotecario y docente universitario; con formación y vocación de escritor. Desde hace más de 30 años escribe poesía, a la que considera la palabra misma y su forma de vida. En ese género publicó “Libro del Otro Reino y Fábulas de Mutación”, “Libro de los últimos días” (1995). La reina loca (poesía, 2012), País de la sal (poesía, 2010) “Las piedras, el agua” (poesía, 2002 - 2011), “Libro de ciudades” (poesía, 2009). Además publicó el ensayo “Ese ajeno sur”. Otra de sus obras es “Historia de Olvidos”.

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miércoles, 8 de mayo de 2013

EL POEMA DE HOY





De olor a naranjos y olivos

Por Alicia Cristina



En latidos de viento llevo
la tierra algarvía de mis mayores
desde que aventurados a lomo del Atlántico
desembarcaran con ocres y azules
en mis australes anchuras su morriña.

(De olor a naranjos y olivos
-contaba mi padre-
se inundan en junio las calles angostas
y  saudades en  fados al son de acordeones
repiquetean cantares a sus santos …)

Para restar lejanía alzo mi copa
en nombre de los rostros
que habitan y  pincelan mi piel sin saberlo…
un abrazo lusitano
 se consume
en chimeneas de paredes blancas
y el asombrado naranjo
que plantara en el patio mi abuelo
 alarga sus raíces en rumorosa espera …         

        

 1  Referente a Algarve, provincia al sur de Portugal
 2  Canto popular portugués



(*) Escritora chubutense. Este poema fue presentado en el Concurso del Centro de Estudios Poéticos de Madrid, España, y quedó seleccionado para integrar la Antología "Un puñal al costado" que se editará en julio. Es un homenaje al padre de la autora y a su tierra portuguesa.

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sábado, 4 de mayo de 2013

EL RELATO DE HOY






ENCUENTRO 



Por Ada Ortiz Ochoa (*)




Quiero pensar y no puedo. 

Me siento suspendida como si el suelo se alejara raudamente, poniendo distancia entre mis plantas. Estiletes de hielo destruyen mi pensamiento, dejándome indefensa como espiral de humo a merced de corrientes imprevistas. 

Quiero llegar hasta el final y no sé cómo hacerlo. Se alertan mis sentidos y percibo voces lejanas. 

Alguien emite sonidos melodiosos que alborotan con suavidad la quietud de esta tarde. 

Gorriones anidan en los techos y embarullan sin cesar. 

Abro la puerta que da al jardín, mis dedos palpan todos los ásperos rebordes. Oscuridad y silencio. Me sorprende el ruido de pequeños guijarros que crujen bajo mi paso, que ahora menos temeroso tiene decisión. 

Me aproximo a la siguiente puerta que parece fileteada de luz. Sus contornos irregulares parecen imanes a los que mis ojos se pegan. El picaporte gira dócil a mi movimiento. 

Todo lo vivido con anterioridad parece agolparse en mis recuerdos. 

¡Qué poquita cosa somos los humanos!.., menos que un granito de arena, que un insecto, una pisada, una huella. Gotas de agua y tal vez solo la millonésima fracción de un segundo en la historia del tiempo... pero que a la vez, vivimos sacudidos bravíamente por la fuerza poderosa de nuestros sentimientos. 

¡Aquí está la fuerza! ¡En nosotros mismos! Depende de cada uno el sentir, o el quedar sin sentimientos... 

Ahí está la puerta que da a la calle y mis interrogantes tendrán respuesta. 

Me decido y abro. Ya todo está bien y con alegría digo... 

-¡Estás aquí! ¡De nuevo estás aquí! 





(*) Escritora de Sierra Grande.


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