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martes, 31 de marzo de 2015

EL POEMA DE HOY




SUR (*)


Por Lili O.P. de Patterson




Gastaré los latidos de los días y los gestos,
con la mirada gravitaré sobre el tiempo,
con verdades maduras, caminaré las señales
para hallar el ritual de los sueños
en el vuelo de las águilas que anidan
en torres de silencio.
Gastaré los silencios y los miedos
dormidos en las piedras.
Gastaré las reverencias para cubrir
los cuerpos desnudos de sus muertos.
Gastaré las palabras de los hombres
para enredar en sus barbas
las brújulas sin SUR.




(*) Poema incluido en la obra "Brisas del Sur", edición de los autores Lili Patterson, Oscar R. Ferro y Mónica Morris - Bahía Blanca, 1986.

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sábado, 28 de marzo de 2015

NUEVAS OBRAS RECIBIDAS





“SERÁS DOS”, DE ELENA PASO (*)




   Comentar una obra literaria es tarea difícil; y más cuando se trata del género poético, apto para las interpretaciones subjetivas. La prudencia indica que, en estos casos, es mejor callar y dejar que cada lector saque sus propias conclusiones. Sin embargo, hay oportunidades en que las obras que se reciben muestran tal creatividad, que merecen correr el riesgo para contribuir a hacerlas conocer.

    Tal es el caso de “Serás Dos”, el último poemario de Elena Paso; un volumen compuesto de tres entramados de versos que se enlazan unos con otros transformándose –casi– en un solo poema indiviso. Esas tres partes se llaman “Serás Dos”, “De dos cosas viento” y “Río predecible”. En todas ellas se encuentra presente, ya sea en forma sublimada, metafórica, intuida o real, la Patagonia.

   En una primera lectura, tres aspectos resaltan en la obra de Elena. El primero es una permanente referencia al desdoblamiento de la percepción, a una visión binaria de lo circundante; enunciada ya desde el inicio por la frase de Jaques Prevert elegida como lema: “De dos cosas luna / la otra es el sol”. La idea se reitera en el verso inicial de la obra (“Serás dos / sentenció el chamán”), en las reiteradas alusiones “a la otra” (“y si soy yo, mi otra?”); en la enigmática línea “neneos, chupasangre y jarillas vigilan el desierto”, que se repite aislada hasta llegar al pareado “neneos, chupasangre y jarillas vigilan el desierto / y nosotros libros y ciudades”. A lo largo del texto parece revelarse la contraposición de dos mundos; no enfrentados entre sí, sino complementarios. 

    Otro aspecto que se destaca es la apelación a todos los sentidos físicos, que transmiten sin filtro los estímulos que recibe la poeta a su ser íntimo, a través del conjunto de los órganos sensoriales –de esos órganos que se reflejan en la ilustración de la tapa de Alberto Brandi: ojo, nariz, boca, mano, oído–, para transformarse en palabra escrita. El resultado es un permanente juego de imágenes de todo tipo –visuales, táctiles, olfativas, sonoras, de sabor– que fluye de cada una de sus páginas.

   Un tercer punto de consideración, es aquel que bien expresa en la contratapa del tomo su comentarista, Federico Goldchluk: “En la escritura de la autora hay una mezcla de registros. Por momentos su poesía es más seria, de descripción detallada, y por momentos salta a un coloquialismo de expresividad intensa”. Esta gama no sólo abarca los significantes sino también los significados; porque los versos de Elena reflejan desde la descripción de sensaciones sencillas y directas, hasta hondas reflexiones que dejan pensando.

   Algunos fragmentos de su contenido permitirán apreciar la plasticidad del lenguaje:


Mar sereno que vienes a mí

todo prístino

todo llano.

Serás Atlántico en otro lado.


Mar sereno que vienes a mí.

Puro encuentro.


Caminarte la orilla de punta a punta

chapoteando olvidos.

Sentarse en la arena

jugarle carreras al viento

y tan sólo con la mirada ganar.

(De “Serás dos”)



Cuando miro las bardas

lo demás pierde sentido

transcurren silencios

minutos horas

o el mientrastanto

en que sauces llorones acarician el río

río que no vuelve

el viento tampoco.

(De “De dos cosas viento”)


   Según confiesa la autora, no guarda este volumen todas sus últimas creaciones; pues muchas de ellas tuvieron destinos varios antes de que el libro se plasmase. Entre esos destinos también se cuentan las páginas de Literasur, donde los lectores ya pudieron disfrutar anteriormente las obras de Elena. Ahora, con este poemario, podrán tener una idea más cabal de su riqueza creativa y gozarán, sin dudas, de un refrescante momento de buena poesía.


J. E. L. V.



(*) Serás Dos, de Elena Paso. Publifadecs, General Roca, 2014.


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miércoles, 25 de marzo de 2015

EL CUENTO DE HOY




EN ASUNCIÓN VENCIÓ LA NOVIA RUSA

Por Nadine Alemán (*)



Me gustan las milanesas pero desconfío de los lugares de paso desde que Avalle encontró catorce cucarachas y la cara de una laucha en el aceite usado que retiraba para hacer biodiesel. Qué vergüenza llevarme a la escuela en la catramina esa.
Marcelo prefiero ir caminando, los chicos me siguen por el olor a fritanga.
––¡Bueno, nena, pero te siguen…!
Es tan alto en volumen de la tele. No hay ISO 2001 que cambie esa costumbre en este país. Y el ministro bigotudo diciendo que las raptadas se van con algún novio, que lo sigue internacional, que pim y que pam. Buscan a las que realmente se van con algún novio, las que se pierden con aros de perlas y tienen el pelo finito; lacio.

Qué extraña paz encuentra la gente en estos lugares, a ningún camionero le caen mal los dos huevos fritos con cebolla y el tremendo pedazo de carne recalentada a las seis de la tarde. Nadie patalea porque hay una barata Raft y no la primerísima Sprite. Antes con suerte, había una Gini de pomelo, medio tibia. Y con ese medio litro aguanten hasta Neuquén, faltan trescientos kilómetros no más.
Nunca pudimos sacarle a papá la idea de que comer bien es comer mucho. Paquetón de fideos, paquetón de galletitas molidas. Vamos a La posta del camionero que ahí se come bien, chicas, pidan ciervo que acá es barato.
––Basta, Lucho, eso no es ciervo, eso es guanaco, no vayamos a enfermar a las nenas, y no me macanees a mí que yo estuve tres años en la capital y sé de comida…
–Ustedes tienen el problema de muchas, Marga: son pobres y pretenciosas.
Y seguíamos camino con los amortiguadores vencidos y la tierra insistiendo en la caja de la F100. Después claro: portazo y vómito, portazo y vómito, hasta tener la suerte de encontrar algún arroyo para enjuagarse la boca.
“Rosa M deja a José B. porque te arranco los pelo. Sandra C”. La dudosa privacidad del baño público entrena igualmente la mano de la denuncia indiscreta. Me dijo Anita que en España se avivaron y ponen publicidad en la puerta del baño, del lado de adentro, para que la gente no escriba grafitis.
Tengo granos y picaduras en las piernas, no me gusta apoyarme en los inodoros, y más al norte, hay letrinas.
(¿Por qué no me miras bien, playero?)
Una rusa flacucha se escapó de la trata en Asunción, y el ministro de bigotes dice que si no se escapaba, en la frontera con Argentina el personal se hubiese dado cuenta. ¿De qué se van a dar cuenta? Si las viejas trafican pavadas y estos no levantan un corpiño  en una valija por vergüenza. Así cualquiera. Es cuestión de poner medias y bombachas sucias arriba y abajo podés poner lo que quieras.
Lo mejor es que esta chica cuente sus historia en un libro… si, financiado por el Fondo Editorial de Cucucho para que la gente se entere y se cuide, así jamás este delito alcanza este país.

Esto no es pollo, a mí no me engañan, esto es jote, un jote cazado con el tranquilo acierto de una gomera entrenada. Pero jote. Y ese frasco no tiene jabalí a veinte pesos es chancho turístico no más.
El clavo no marca la puerta, o el barniz incoherente que no me deja escribir.
“Soy María C. me llevan a…”, dale clavo infeliz, grabá. Que la próxima sea una chica con celular por Dios, una universitaria, una con miedo, una solidaria.

Para qué el portapapel higiénico. Para qué el barniz insistente en la puerta. Por qué Sandra C pudo marcar la puerta con su mensaje inútil y yo no puedo. Por qué tengo el brazo así por Dios. Por qué no entra nadie.

Qué espera un tipo que acepta una piba raptada, drogada en una cama sucia de paso y paso y paso.
Tengo cuatro minutos.
La banderola de la libertad incierta me grita un balazo seguro. Por lo menos mi última declaración va a quedar marcada. En el paredón trasero de la estación de servicio. Rojo fuga.





(*) Escritora de Esquel. Este cuento está tomado de su libro “El cura y la sucia” (Editorial La Fábrica de Libros, Buenos Aires, 2011).
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viernes, 20 de marzo de 2015

NUEVAS OBRAS RECIBIDAS





CALEIDOSCOPIO


Poemario de Daniela Della Bruna (*)




     Recibimos con sincero regocijo esta nueva obra poética de Daniela Della Bruna, que una vez más corrobora, a lo largo de poco más de 60 páginas, su reconocido talento lírico.
     Siempre es difícil hablar sobre la poesía, del mismo modo en que cualquier descripción prosaica de la belleza tiene un dejo de parcialidad, de fría disección lingüística. Los poemas hablan por sí mismos: no necesitan intermediación alguna.
     El acertado título nos introduce, al recorrer sus páginas, en un minúsculo universo de sensaciones coloridas, profundas, cambiantes, mostrándonos de qué manera maravillosa pueden combinarse las palabras en pequeños racimos armoniosos, para conectarnos con las emociones que han inspirado a la autora.
     Elegimos, casi al azar, dos poemas a modo de anticipo.

                                        Lejanía


Tan lejos,
en la tierra que era mía,
la tenue caricia de tu mano.

Pero aquí,
entre mis dedos,
sólo un latido que se quedó temblando.



Mutación


Podría justo hoy
volverme pájaro,
saltar la astucia
del resto de la noche,
atravesar esa mitad del mundo
que separa.

Podría justo hoy
volverme planta,
hundir en la tierra
el gemido de la entraña,
esperar bañada de luna,
mojada con el alba.

O ser loba,
de nuevo,
justo hoy,
romper la noche
con el aullido
en la garganta,
beberme ciega
toda la pampa desolada.

     La contundencia de estas composiciones viene muy bien acompañada por las ilustraciones de tapa e interiores de Fernando Hugo Chandía. Una feliz combinación que, sin duda, habrá de agradar mucho al público lector.

C.D.F.



(*) ISBN 978-987-1229-64-2 Ed. Remitente Patagonia, 2014. La autora (1980) es nacida en Gral Pinto, Provincia de Buenos Aires. Radicada en Esquel, Chubut, desde 2009, ha publicado con anterioridad tres volúmenes de poesía: “Suburbio” (2001), “El desplazamiento” (2013) y “Tarde de viento” (2013).
Su blog: http://noctambulalecturasyescrituras.blogspot.com.ar/



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martes, 17 de marzo de 2015

EL POEMA DE HOY




POEMA

Por Elena Paso (*)

Es este mundo
lo mismo que una sombra
en el espejo,
que no está donde está
ni ahí deja de estar.

                                Minamoto no Sametomo  



Que mi olfato devuelva  el aroma a
té con leche y tostadas de mi abuela   
albahaca   
membrillos  
a pino recién llovido de la cordillera 
lavandas en mi almohada
¿por qué no?

Otras memorias también fueron  robadas 
que me devuelvan el nombre de las calles de Praga
o el de esa cima en Bangladesh
de mis primeros  lápices de colores 
de algunas flores.

Que vuelva a mí también 
la extraña sensación de aquel día 


cuando palabras azules 
danzaron 
en puntas de pie.




(*) Escritora de General Roca.

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