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martes, 12 de febrero de 2008

EL CUENTO DE HOY


"ETTA"


de Virgilio González*


Las lámparas de querosene aplicadas estratégicamente en las paredes del bar del hotel, ya iluminaban su interior. Velas esparcidas en las mesas sumaban su tembloroso brillo a la ambarina e intimista atmósfera. La concurrencia vestía con elegancia, especialmente las damas, y tenía buenos modales. Incluso los parroquianos acodados en el mostrador. Uno de éstos señaló la vidriera norte. A través de ella se podía advertir, perfilándose en la crepuscular claridad exterior, el arribo de tres jinetes que, reconociendo el frente del hotel, detenían sus cabalgaduras. Uno de ellos era mujer.

Los hombres se apearon con gimnástica agilidad y el más alto, galantemente, ayudó a su compañera descender de la montura mujeriega.

“Nuevos huéspedes”, dijo quien atendía el bar y por su señorío trasuntaba su condición de dueño. En efecto, el trío se dirigía hacia la puerta. Una actitud expectante se apoderó de todos.

La entrada del grupo no defraudó tanta atención. Cada uno era un notable ejemplar humano radiante de afabilidad y gallardía. Su saludo fue respondido con un eco de simpatía general.

El rubio, disculpándose por su limitado manejo del galés y el español, preguntó si había alojamiento como para ellos. Ante la respuesta afirmativa del hotelero, procedió a despojarse del gabán llevándolo al perchero de madera lustrada. Los cubrecabezas y los abrigos de los tres quedaron de inmediato colgados como un símbolo de su interés por presentarse y departir con la gente, antes de traer al interior del local algún equipaje e ir a las habitaciones. Eso sirvió para que toda la asistencia pudiera conocer sus filiaciones.

El hombre de piel y cabellos más claros, el que ya había hablado, se llamaba James Ryan. El otro, de pelo algo rojizo y bigote más rojo aún, era Harry Place. La muchacha, de rizos trenzados de color castaño claro y unos fulgurantes ojos verde mar, era la señora Place.

Venían de la Cordillera. En realidad, hacía un par de años que estaban en el país. Bajaron desde California a Chile en esos barcos que unían los puertos del Pacífico. Por amigos galeses que conocieron en su rancho de Montana tenían noticias acerca del Chubut y de la posibilidad de trabajar con ganado grande al pie de los Andes patagónicos. Así fue como compraron una estancia en Cholila y realmente les estaba yendo muy bien. Ahora querían adquirir reproductores de raza y ampliar las actividades de su cabaña. Tenían ganas de criar finos caballos de sangre pura de carrera. Les parecía que eso podía ser un buen negocio de exportación con gran porvenir.

La concurrencia celebró unánimemente tan acertados planes. El diálogo fue adquiriendo fluidez; entreverando palabras y modismos del castellano y el inglés, todos parecían entenderse. Un caballero de aspecto patriarcal se acercó a Ryan y se sentó a su lado en la silla que presta y respetuosamente le alcanzaron.

–Creo que a ustedes les conviene prepararse para la cena en este mismo lugar. Yo los invito. Todas las noches viene a tomar café con su señora el gerente del Banco, que es de ascendencia norteamericana.

Esta noticia decidió a los viajeros. Los dos hombres salieron a buscar las austeras maletas y arreglar las condiciones del cuidado de los caballos. Las damas se congregaron en torno a Etta.

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*Profesor y escritor chubutense


sábado, 9 de febrero de 2008

FRASES MEMORABLES



HOY RECORDAMOS A

ALBERT EINSTEIN*

- No sé como será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas.

- El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad.

- El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.

- Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.

- La formulación de un problema es más importante que su solución.

- El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.

- La única cosa realmente valiosa es la intuición.


* (Ulm, Alemania, 1879 - Princeton, N.J., U.S.A., 1955)

martes, 5 de febrero de 2008

LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

LA LITERATURA Y EL NIÑO EN EDAD ESCOLAR


Por Olga Starzak
A menudo, como docente de nivel terciario, indago sobre cuánto y qué leen mis alumnos, y siempre –salvo casos excepcionales- las respuestas me llevan a la misma conclusión: la lectura no es un gen que se hereda, es un hábito que se adquiere (o se pierde) en algún momento de la vida. Como todo hábito, el de la lectura se aprende, se aprende de otros; por imitación, por decisión, o por instinto (en este caso, instinto investigativo). Los niños que ven leer a sus padres, a sus hermanos, parientes u otras personas significativas en su vida, se interesan por los libros (o los textos en general) y tienen la necesidad –porque la curiosidad es intrínseca en la niñez- de saber qué dice ese escrito, qué encierra, o qué puede descubrir y tal vez sus mayores le estén ocultando. Una anécdota, que me tuvo como protagonista mientras ejercía como docente de Nivel Inicial, lo ejemplifica: uno de mis alumnos trajo de su casa una revista de dibujos animados, algo así como la de Condorito; contó que era de su tío, y quería, atraído por sugestivos dibujitos, que se la leyese, a él y a sus compañeros. Muy pronto comprendí el verdadero motivo de su interés. Por su contenido erótico le estaba vedada en su casa. La había tomado sin permiso. Como imaginarán tuve que improvisar un texto que, acorde con su edad, satisficiera las inquietudes del niño y las que había creado en su grupo de pares.
El niño de corta edad juega a leer cuando aún no ha aprendido a hacerlo, inventa el texto y hace “como si” leyera. Cuando comienza a incorporar las letras y empieza a combinarlas nos “atormenta” leyéndonos todo cuanto puede deletrear. Pero, después... poco después, si esa actividad no le provoca interés o la realiza sólo por obligación, la desecha.

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jueves, 31 de enero de 2008

EL POEMA DE HOY



HIJA DEL VIENTO

Alejandra Pizarnik*


Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

*
Poeta argentina (1936-1972)

lunes, 28 de enero de 2008

LA NOTA DE HOY



Una nota de Jorge E. Vives*

CUANDO EL NOMBRE DE LA CAPITAL DEL CHUBUT FUE CUESTIONADO


Historia y literatura van de la mano. Desde el momento que la novela histórica abreva en las fuentes del pasado, la novela contemporánea testimonia la actualidad y la ciencia ficción es un intento de “historia futura”, resulta legítimo hablar de tal maridaje. Por lo tanto no es extemporáneo traer a este espacio virtual, dedicado a la literatura en general y a la literatura patagónica en particular, un tema relacionado con la historia regional.

La historia patagónica es un poco anecdótica. Sus personajes parecen surgir de las sombras, de un extremo del escenario como en un teatro; y luego de una breve actuación hacen mutis sin que volvamos a saber de ellos. Esta forma de ver la historia le quita una de sus principales características: la de ser una cadena de sucesos que va deshilvanándose en el tiempo. Sus protagonistas tienen una vida antes y después del hecho circunstancial por el cual los conocemos; y esa trayectoria da sentido a su actuación. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el comisionado por el gobierno nacional en la fundación de la ciudad de Rawson, Julián Murga.

Mal conocido como el “Capitán Murga”, este militar tenía en el momento de participar en la fundación de la capital del Chubut el grado de Teniente Coronel; y se desempeñaba como Comandante de la Guarnición Militar de Carmen de Patagones, un puesto que ocupó por varios años. Antes de ser designado en ese lugar había estado, durante el año 1861, al mando del Regimiento de Infantería 8, cuyo asiento actual está en Comodoro Rivadavia. Por ello su fotografía está expuesta en el Museo de esa unidad.

Como todo militar, Murga tenía un legajo con los antecedentes de su vida profesional que al término de su carrera quedó en los archivos correspondientes. Y es de allí donde fue rescatado un documento de particular interés para la historia de la zona, que se aprecia que es inédito y que motiva este artículo: una nota que, luego de la fundación de la ciudad, envía el propio Guillermo Rawson, Ministro del Interior del Presidente Mitre, al titular del Ministerio de Guerra y Marina. En ella, luego de aprobar el desempeño de Murga en “la comisión que le fue encargada de poner en posesión a los inmigrantes Galenses (sic) de las tierras que le han sido concedidas por el Gobierno de la Nación, de conformidad con la ley del 8 de octubre 1862 sobre la margen izquierda del Río Chubut en la Patagonia”, le hace una reconvención: “Exceptúase de esta aprobación el nombre asignado por el Comisionado al pueblo que ha de fundarse como centro de aquella población, por cuanto es atribución exclusiva de la autoridad suprema el dar nombre a los pueblos de nueva fundación reservándose atribuir a este en oportunidad el que estimare conveniente”.

Esta nota, examinada por un experto historiador, dará más paño para cortar. Pero desde el punto de vista de un simple diletante de la historia, puede observarse que el gobierno nacional seguía de cerca el desarrollo de la Colonia. Y también que Rawson se sintió molesto al serle otorgado un honor que seguramente, con la humildad de los grandes, creería no merecer. Sin embargo, pese a haber sido cuestionado por quien era objeto mismo del homenaje, el nombre persistió... y nuestra capital se llama Rawson.

*Escritor chubutense.

Nota: el autor quiere agradecer al General de Brigada (R ) Miguel Ángel Podestá haberle hecho conocer la existencia del documento citado en este artículo.

LEER TRANSCRIPCIÓN DE LA NOTA DE GUILLERMO RAWSON