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jueves, 5 de marzo de 2009

EL CUENTO DE HOY





ORKEKE


de Enrique J.Martínez Llenas*




Suspendí todo para tomarme un breve descanso, fumar un cigarrillo, y echar de paso una mirada a los amarillentos papeles que había encontrado en uno de los baúles que había en el sótano. Es verdaderamente sorprendente la cantidad y variedad de objetos inútiles que se pueden atesorar en una casa con el paso de varias generaciones. Yo era el último de la serie, el heredero universal de toda esa porquería acumulada en esa antigua quinta de la familia, situada en las afueras de Buenos Aires y conocedora de mucho mejores épocas, en la cual estaba viviendo actualmente.

Acababa de finalizar mi residencia en Cirugía, y con ella se habían esfumado los magros aunque necesarios ingresos que la acompañaban, lo que me obligó a dejar el pequeño departamento que alquilaba en la Capital y mudarme aquí. Me mantenía con lo que sacaba de unas pocas y muy mal pagadas guardias en clínicas de los suburbios. Qué haría después, cómo, y dónde, me resultaba un misterio absoluto; por el momento prefería no pensarlo, para no amargarme antes de tiempo. Lo que sí estaba clarísimo era que debía vender cuanto antes ésta vivienda, mi única herencia, ya inhabitable por su mal estado de conservación, y utilizar ese dinero como parte de mi estrategia futura de supervivencia. No tenía ahorros y mi familia no contaba para el futuro: mis padres habían muerto y no tenía hermanos, pareja, ni hijos. Irme a otro país tampoco era solución para mí, me sentiría sólo, desarraigado, y no sirvo para eso. Confiaba en el tiempo, viejo oráculo que finalmente me daría alguna respuesta.

Desparramé sobre la mesa de la cocina los documentos que había encontrado. Algunos estaban húmedos, y olían a moho. Entre ellos destacaban unas cuantas hojas de un buen papel, bastante bien conservadas, enrolladas y sujetas por un cordel, que desaté con curiosidad infantil. Era un manuscrito, firmado por un tal Ildefonso Peñalva y fechado en 1883, que estaba acompañado por una nota de mi bisabuelo, en la que explicaba que dicho documento le había sido legado por un amigo suyo, soltero y sin hijos, a su muerte. Dicho escrito lo había redactado el tal Ildefonso, el padre de éste amigo.

Encendí otro cigarrillo y seguí leyendo la nota de mi bisabuelo. Ildefonso, a sus diecinueve años de edad, allá por 1883, había trabajado como camarero en el Hospital Militar de Buenos Aires, circunstancia que le permitió mantener un contacto estrecho y cotidiano con los militares que habían participado en la Conquista del Desierto, y con Orkeke, uno de los últimos caciques tehuelches, capturado en el sur, en Puerto Deseado y traído a Buenos Aires a bordo del buque Villarino, junto con su mujer, su hija y parte de la tribu. Los soldados relataron a nuestro joven amigo, que intentaba abrirse camino como periodista, una infinidad de anécdotas relacionadas con los combates mantenidos contra las tribus indígenas, lo que le brindó la oportunidad de recogerlas por escrito y ofrecerlas como colaboraciones en publicaciones de la época. Pero era un novato y, como la paga por sus colaboraciones era poca y a destajo, debió emplearse como camarero para poder sobrevivir.

El cacique Orkeke, por su parte, hablaba un español bastante fluido, por lo que la comunicación entre ambos era satisfactoria. Ildefonso, cautivado por la personalidad del indio fue poco a poco, así como lo había hecho con los relatos de los militares, tomando nota de los hechos de su vida diaria en el hospital y de sus pensamientos, hasta que finalmente los agrupó, condensándolos en un texto que, lamentablemente, nunca llegó a verse publicado; el periodismo lo absorbió mucho más que la literatura, y el relato, perdido entre una maraña de papeles, durmió olvidado en un baúl durante décadas.

Impaciente, dejé a un lado las explicaciones y comencé a leer el texto en voz alta, como para convencerme de que era real:

«La primavera de Buenos Aires, cálida y húmeda, era diferente a las que el viejo cacique tehuelche había conocido hasta entonces en el sur, en su entrañable y lejana tierra Tsoneka. El concepto de Patagonia no era suyo, sino de los huincas; él no conocía fronteras, con la sola excepción del mar por un lado, la montaña por el otro, y los límites que concertaban entre sí las distintas tribus para convivir en paz. Mientras caía la tarde, sentado en un banco en el jardín del Hospital Militar, con una manta del Ejército cubriéndole los hombros y la espalda, el cacique meditaba, cuando súbitamente una tos cavernosa, cargada de mucosidades, lo obligó a interrumpir el hilo de sus ideas y recuerdos. Sentía ya la cercanía de la muerte en los huesos, en los escalofríos que le recorrían la carne cada vez con más frecuencia, en el pellejo colgante de su abdomen cada día más enflaquecido.

»Últimamente los ingenuos huincas habían intentado, en contra de su voluntad, impedirle que saliera de su habitación; los médicos decían que el frío le hacía mal. Por supuesto que no les hizo caso, y salió igual ¡Pobres tontos! ¿Acaso no sabían que él, Orkeke, Cacique Tsoneka, había nacido y crecido en el frío y la nieve, allá lejos, donde Elal había hecho prosperar a su pueblo? Triste y desgraciado se sentía ahora, al no tener con él a su machi para ayudarle a echar fuera al inmundo y despiadado Gualicho que, aprovechándose de su debilidad, lo estaba devastando por dentro. Él, Orkeke, que montado en su caballo lo había espantado a grito limpio infinidad de veces, galopando y haciendo girar las boleadoras sobre su cabeza para asustarlo, ya no sabía qué hacer ni a quién recurrir, y el maldito se estaba tomando la más cruel de las venganzas: arrancarle la vida a jirones, con cada escupitajo purulento.

»Había perdido prácticamente la noción del tiempo y el espacio. Erraba ilusoriamente, entre el sueño y la vigilia, por las pampas, los cerros y los cañadones verdes de su tierra, hablando en voz alta y de igual a igual con Elal, el protector de su tribu tehuelche, o con su anciano abuelo ya muerto, también llamado Orkeke, o con sus amigos huincas Musters, Larsen y Lista. A ellos les preguntaba, balbuceando, por que habían permitido que lo llevaran a esa atemorizante ciudad de Buenos Aires para mostrarlo como si fuera un bicho raro. ¿Qué querían? ¿Ver un pobre cacique sin su pueblo, sin sus toldos, sin sus boleadoras ni su quillango, vestido sólo con ropa huinca, y divertirse a su costa? Era indigno…y mucho más tratándose de él, que siempre había sido un amigo pacífico y considerado, que había guiado sus pasos y les había hecho conocer la tierra de sus antepasados. No sólo eso, sino que, siempre buscando la paz y porque era respetado tanto entre los suyos como entre los huincas, había intercedido ante otros caciques como representante del Gobierno. Pero así le habían pagado…

»No era tan extraño lo sucedido, viéndolo a la distancia. Los huincas eran fuertes y tenían armas poderosas; eran ambiciosos, crueles y despiadados; ansiaban llegar lejos, cada vez más, y dominar todo lo que estaba a su alcance: creían tener derecho a todo y aseguraban que su dios los bendecía y los justificaba. Y los dioses saben cosas que los hombres desconocen; por algo sería que ese dios suyo hablaba, por boca de esos hombres vestidos de negro que bendecían sus armas, y los impelía a atropellar y matar a los que ya vivían en esos campos desde mucho tiempo atrás, con la excusa de que había que civilizarlos y mostrarles la verdad, sacándolos del error y la ignorancia ¡Mentiras: se les veía asomar la cola de zorro; solamente ambicionaban la tierra, y para quedarse con ella los estaban exterminando! Elal y Kooch no enseñaban eso, sino a vivir en armonía con los animales y la tierra, de la que brotaba el sustento diario: las hierbas, los frutos, los guanacos, el ñandú.

»Un más fuerte e inesperado acceso de tos lo obligó a concentrarse sólo en recuperar el resuello. Un espasmo de frío, similar al que sentía siempre antes de una pelea, le recorrió la espalda de arriba abajo. Y es que así era nomás: estaba librando su último combate, y no tenía ya la más mínima duda de que lo estaba perdiendo. Ser honrado y pacífico de poco le había servido, pero lo consolaba la idea de que todo era inevitable, de que las cosas seguirían su curso con o sin él, y tenía la absoluta certeza de que, si volviera a vivir, siempre estaría del lado de la paz y la amistad, aunque nadie viera ningún premio en ello.

»Con calma y apoyado en un nudoso bastón de cohiue, el Cacique se incorporó, miró el cielo rojizo del atardecer, y se irguió; hinchó su pecho por última vez, desafiante, haciendo frente a la enemiga adversidad con que estaba siendo castigado sin merecerlo…y lloró. Lloró en silencio: por los suyos, que morían; por los huincas, que también morirían todos a su debido tiempo; por su tierra, que cambiaría hasta ser algún día irreconocible; y por sus antepasados y sus dioses, que serían olvidados por los que vendrían.

»Suspiró, dio la vuelta y, lentamente, arrebujado en la manta que le cubría los hombros, se dirigió a su cama, la número treinta y nueve, y se acostó para dormir un rato y descansar de tantos pesares.

»No volvió a despertar: las pulmonías dobles no perdonan a nadie, grande o pequeño, débil o poderoso. No tuvo siquiera un entierro digno de un Cacique de su talla, de un amigo, de un pacífico colaborador. Fue disecado por los practicantes médicos del Hospital Militar y sus huesos puestos en exposición, para enseñar las diferencias entre indios y blancos.

»Quedó solamente su recuerdo para los pocos que lo conocimos y pudimos percibir la enorme y pacífica grandeza que se escondía detrás de su simpleza aparente».

Concluí la lectura, hondamente conmovido. Era una de las historias más tristes y con el final más absurdo que en toda mi vida hubiera podido imaginar. ¡Disecado por los practicantes! Triste e inmerecido final para un cacique amigo, guía de aquellos que transitaron por esos territorios del sur, llenos de peligros. ¿Qué podía decirse ante tamaña tropelía? ¿Cómo justificar el dolor y la desdicha producidas a ese pueblo, derrotado y sojuzgado por otro más fuerte y sin escrúpulos? Ninguna respuesta me resultaba convincente ni adecuada para permitirme comprender ciertas conductas humanas ¡Y yo que me lamentaba de mis problemas, como si fueran graves!

Dejé todo sobre la mesa y salí a la calle. Encendí un cigarrillo más; aspiré el humo profundamente. Ya era de noche; el frío comenzaba a condensar la humedad sobre el pasto del jardín. Alcé la mirada hacia el cielo. Entre las luces de la ciudad, que intentaban vanamente amortiguar su brillo, pude distinguir con total claridad las cuatro estrellas de la Cruz del Sur. Me quedé un largo rato mirándolas, pensando, hasta que entendí: estaban señalándome el camino hacia donde, intuía, me aguardaba el futuro.

Tiré la colilla y la apagué con el taco del zapato; después, tranquilamente, entré a la casa, donde aún me quedaba bastante por hacer.



*Enrique Jorge Martinez Llenas (57) es médico cardiólogo y reside actualmente en Valencia, España, con su familia. Oriundo de Buenos Aires, ha vivido en Río Grande, Comodoro Rivadavia, Mar del Plata y Neuquén-Cipolletti, por lo que -asegura- la Patagonia le resulta no sólo conocida, sino muy entrañable.








lunes, 2 de marzo de 2009

EL REPORTAJE DE HOY





Verónica García
Artista plástica


Una entrevista de Olga Starzak



Puerto Madryn, escenario de deidades patagónicas, es el lugar donde Verónica García despliega su destreza artística. Es la ciudad testigo de su crecimiento profesional, y donde ahora mismo ella nos ofrece su testimonio:


-Verónica, contanos qué momento recordás como tu despertar artístico.

A los nueve años, cuando mis padres me llevaron a un atelier. Desde ese momento no paré de pintar.

-¿Cómo o cuándo decidiste que te dedicarías a pintar?

A partir de esa misma experiencia fui encontrando diferentes posibilidades… pero nunca dudé de que ese era mi camino.

-¿Qué influencia tuvo tu formación académica en el estilo o las técnicas que adoptaste?

Mi formación académica fue fundamental para consolidar mi imagen plástica.

-Hay en tu trabajo una constante que parece pronunciarse a favor de la libertad, de la vida… ¿sos consciente de eso? ¿Por qué creés que esto ocurre?

Cuando pinto no soy consciente de eso, sin embargo trato de poner mi energía y mi cuerpo en lo que hago…. Tal vez eso se lea en mi obra como un gesto de libertad.


-Un buen número de tus obras tiene como protagonista a la mujer… Qué lugar creés que la mujer ocupa en la sociedad, y especialmente en el arte?

Las mujeres son protagonistas en muchas de mis series porque creo que son la fuerza que mueve, que lucha y que SABE, pero a la vez es frágil y vulnerable. Ese contraste es el que me conmueve.


Pasarela – Técnica Mixta – 0,40 por 0,70 cm.

-Me parece, sólo por intuición, que a partir del nacimiento de tu hijo, tu arte dio lugar a nuevas formas, colores, y texturas… ¿me equivoco? ¿Pensás que la maternidad tuvo que ver con eso, o lo ubicarías como un proceso de crecimiento en dónde se abrieron nuevas puertas, una mirada diferente…?

Sí, así es. Es una combinación de ambas, mi búsqueda en lo artístico es permanente y mi hijo es el despertar de una nueva sensación que es imposible explicar con palabras, quizás en mi pintura sí se vea.

-Sabés que sos muy reconocida en la Patagonia, que ya nadie ignora que Verónica García es una artista de prestigio. El hecho de haber traspasado las fronteras de tu propia región y el país mismo, ¿qué le exige a la pintora que sos?

El ser reconocida como artista me exige más responsabilidad y más trabajo. Por otro lado encaro cada nueva propuesta con más fuerza y alegría interior.
(O.S.: Eso se ve en cada una de sus pinturas. En cada proyecto que inicia… En cada día con sus alumnos de taller, en su atelier lleno de vida e ilusiones).

-Contamos cómo llegaste a exponer en tan importante galería de Milán, y cómo fue tu experiencia allí.

La propuesta surge a partir de una visita de turistas italianos durante su estadía en el Hotel Península Valdés (Puerto Madryn) donde tengo una muestra permanente. Al ver mis obras adquirieron una de ellas y luego de un tiempo me contactaron para invitarme a exponer en la galería The New Ars Italica de Milán, donde realicé una muestra individual en el mes de noviembre pasado. Esta muestra me dio posibilidades de concretar otras exposiciones en Roma, en la cual se está exponiendo un vestido pintado por mí junto a otros artistas plásticos y diseñadoras de moda de la vanguardia italiana.

-¿Podés adelantarnos cuáles son tus proyectos más cercanos?

Son varios y muchos de ellos se irán conociendo a lo largo del año.
(O.S.: Con el temple que la caracteriza, Verónica no arriesga respuestas que anuncien antes de tiempo…)

-Para finalizar, ¿qué le dirías a un joven que hoy, concluida su formación secundaria, decide formarse en las artes visuales?

Que siga su vocación; y que hay que trabajar muy duro en la búsqueda, porque EL ARTE ES UNA CONTINUA BÚSQUEDA.

Y así nos despedimos; renovando nuestro afecto que desde ya hace tiempo, nos nace espontáneo.
Gracias, Vero.

Olga Starzak
10.1.09









jueves, 19 de febrero de 2009

BREVE RECESO POR VACACIONES

Si bien hasta ahora no hemos interrumpido la continuidad de nuestros posts, el equipo de Literasur también necesita hacer un breve receso por vacaciones a fin de descansar, recobrar fuerzas y programar las actividades del año.
Por tal motivo, dejamos en suspenso las actividades del blog durante algunos días, para regresar muy pronto con nuestro material habitual.
¡Hasta pronto!
El equipo de LITERASUR.

lunes, 16 de febrero de 2009

LA NOTA DE HOY



PATORUZU

Por Jorge E. VIVES


Hace un tiempo Carlos Ferrari publicó en estas páginas un artículo que presentaba a la historieta como un particular género literario; que requiere no sólo un buen escritor capaz de redactar un guión ameno, sino también un fino dibujante que sepa reflejarlo en certeras viñetas, obligadamente sintéticas. En la Argentina existieron, y existen, muy buenos “historietistas”; a veces se trata del binomio formado por un escritor y un dibujante; otras veces ambos papeles se combinan en una sola persona. Tal es el caso del autor de la historieta que motiva este trabajo.

En el año 1928, Dante Quinterno presentó en su tira “Aventuras de Don Gil Contento”, que publicaba el diario Crítica, a Curugua–Curiguagüigua, “el último gigante tehuelche”. Por motivos desconocidos duró muy poco: un episodio, el 20 de octubre. En su primer cuadro, “para evitar descoyuntarse las mandíbulas”, Don Gil rebautiza al inopinado ahijado con su nombre definitivo, derivado de las - en ese momento – populares pastillas de Orozú. Pero Quinterno algo colegía del éxito al que estaba predestinado Patoruzú, porque lo resucitó el 27 de septiembre de 1930 en otra historieta, publicada por el diario La Razón: “Don Julián de Montepío”. Y en esa oportunidad el legendario tehuelche vino para quedarse.

El cacique Patoruzú es oriundo del Chubut. De allí provenía la carta que el tío de Gil Contento le envía encomendando a su protegido. Varias veces en su primera y fugaz aparición, incluso por boca del protagonista, se reafirma este origen; sin precisar una localidad exacta. Aunque de acuerdo a una versión digna de confianza, en un episodio posterior se ubicaba la estancia de Patoruzú en Tamel Ayke; en ese caso el cacique sería santacruceño, no chubutense. Pero si queremos rastrear más su prosapia sureña deberíamos indagar en sus años de infancia; reflejados en la historieta “Patoruzito” que transcurre, naturalmente, en la Patagonia.

Es evidente que más allá del desconocimiento del sur del país imperante a principios del siglo XX en Buenos Aires, Quinterno buscó reflejar en algunos detalles la pertenencia de su héroe a esta región. Las proverbiales boleadoras, el ñandú mascota que lo acompañó en los primeros tiempos, eran datos que el escritor y dibujante habría conocido al indagar sobre la zona donde había hecho nacer al cacique; y que ponía en juego para hacer que su personaje la representase. Patora, la casadera hermana de Patoruzú, llega a la Capital por primera vez proveniente de Punta Arenas; donde había estado pupila en un colegio religioso (posible referencia a los institutos salesianos). El nombre del capataz, Ñancul, tiene a todas luces un sabor patagónico. Muchos de los dibujos del paisaje de la estancia, con su peculiar mezcla de llanura y montaña, mentan un establecimiento de la precordillera austral.

La misma descendencia “egipcia” de Patoruzú, que parece una fantasía desbocada del autor, puede tener una explicación: a principios del siglo XX estaban muy en boga las teorías que hablaban de un moderno poblamiento exógeno de América; y algunas de esas hipótesis relacionaban ciertas culturas aborígenes con la civilización egipcia. Estas ideas habrán influido en Quinterno para hacer más llamativa su creación y darle una excusa para muchas andanzas.

Como sea, las características del personaje dieron lugar a lecturas muy enrevesadas. Lecturas profundas, meta lecturas, análisis de texto, que le buscan – dicho en criollo, como lo haría el mismo protagonista - la “quinta pata al gato”. Incluso algunas de estas lecturas acusan a Patoruzú –es decir, a Dante Quinterno– de intenciones ocultas, segundas intenciones, intenciones disimuladas. Pero una interpretación directa de Patoruzú, tal vez daría la verdadera clave del sentido del “último tehuelche gigante” irrumpiendo en Buenos Aires. Al describir el perfil de su personaje para instruir a los guionistas auxiliares, dice Quinterno:

“"Patoruzú es el hombre perfecto, dentro de la imperfección humana, o sea que configura el ser ideal que todos quisiéramos ser... (...) ... sale invariablemente en defensa del débil y por una causa noble se juega íntegro, sin retaceos. Impulsivo y arrollador, no mide los riesgos que pueda correr su integridad física, como tampoco repara en las trampas que puedan tenderle la serie de truhanes que le salen al paso... (...) ... es un hombre puro, simple y sencillo; sobrio, estoico, buen creyente y, aunque seguro de sí mismo, sumamente modesto...(...) ... En el fondo, su condición de imbatible no es más que un símbolo, si se quiere, esotérico y mítico. Patoruzú traspone las fronteras de lo humano para transformarse en un símbolo del bien”,

La explicación más simple es esa: Patoruzú intenta constituirse en un arquetipo del bien. Por eso, no parece nada mal que gracias a la historieta de Quinterno se identificase en el ámbito nacional a los habitantes de la Patagonia con las características patoruzescas de la bondad, la humildad, la sobriedad, la caridad y el valor físico y moral.





miércoles, 11 de febrero de 2009

CERTAMENES LITERARIOS - Biblioteca Popular “RICARDO J. BERWYN”

II Certamen Argentino de Autobiografía“Ricardo Jones Berwyn” 2009

Tema: UN FRAGMENTO DE MI VIDA

REGLAMENTO GENERAL

• 1er. Premio: $ 600 (seiscientos pesos moneda nacional argentina)
• Segundo, tercer y Cuarto premio, literatura de escritores de la Provincia del CHUBUT y Crónica de exploradores patagónicos de los siglos 18 y 19.

La Biblioteca Popular “Ricardo Jones Berwyn” convoca al II Certamen Argentino de Autobiografía “UN FRAGMENTO DE MI VIDA” bajo las siguientes

BASES:

1. Pueden participar los autobiógrafos de habla hispana de cualquier nacionalidad con un trabajo de entre quince y veinticinco páginas donde narren Un fragmento de mi vida.
2. No es necesario saber leer ni escribir, porque si este fuera el caso, el autógrafo podrá dictar a una persona alfabetizada su trabajo.
3. El jurado no considerará, poemas, cuentos, novelas o ensayos un “fragmento autobiógrafo” El trabajo tratará sobre uno o varios momentos en la vida del autobiógrafo. Recomendamos al autobiógrafo, leer en www.wikipedia.com la definición de autobiografía.
4. Los originales deberán remitirse en un solo archivo de texto ( formato Word) a la dirección de correo electrónico de la biblioteca Popular “Ricardo Jones Berwyn “
5. Presentación de las obras que se envíen por correo:Los trabajos originales deben contener el TÍTULO y el SEUDÓNIMO y se presentarán en formato tamaño carta o en su defecto A 4 a doble espacio, con Letra Arial, tamaño 12, y además el trabajo deberá incluirse en un soporte digital (CD), por un lado. El envío debe contener además un sobre cerrado (plica) en cuyo frente consta: II Certamen Argentino de autobiografía J.C. Evans 154/156 ciudad de Gaiman (9105) Provincia del Chubut – República argentina - como remitente el seudónimo de la obra, dentro delenvío: los datos personales, el número de documento de identidad, dirección, teléfono, e-mail.

6. Presentación de las obras que se envíen por e-mail:

Los trabajos originales deben contener TÍTULO y el SEUDÓNIMO (formato carta o A. 4) deben constar de dos archivos en el mismo envío. Uno con el trabajo propiamente dicho y otro con los datos del autor enviar por e-mail:
biberwyn@ar.inter.net Para mayor información visitar nuestra página: www.bibliotecaberwyn.com.ar

7. De la recepción de los trabajos:

La admisión finaliza el 31 de agosto del 2009 inclusive y se respetará el matasello del Correo.
En el mes de Enero de 2010 se darán a conocer los resultados del Certamen.

8. De la actuación del jurado:

El jurado se dará a conocer junto con el fallo del mismo. Estará integrado por escritores autobiográficos de reconocido prestigio nacional e internacional.
La organización del certamen literario designará además a dos jurados regionales para la presentación de los trabajos.
El fallo del jurado será inapelable y podrá declarar algún premio desierto (el primer premio no podrá ser declarado desierto) si a su juicio, ninguna obra posee calidad suficiente para obtenerlo.
El jurado podrá declarar menciones de interés.
No se otorgarán premios compartidos. El veredicto del Jurado se publicará a través de los medios de información pertinente.

9. De los Premios a Otorgar:

Consistirá para el primer premio $ 600 (seiscientos pesos moneda nacional argentina) descontando de esta cantidad los gastos de envío
Segundo, tercer y Cuarto Premio literatura de escritores de la Provincia del Chubut y Crónica de exploradores patagónicos de los siglos 18 y 19.

El premio Ricardo Jones Berwyn, en caso de no estar presente el autor, será enviado por correo certificado.

Las obras ganadores serán difundidas en la página web de la biblioteca Popular “Ricardo Jones Berwyn” y los link de organizaciones culturales.

10. Autorización del Ganador:

El ganador autoriza la utilización de su nombre con fines publicitarios y se compromete a participar si esto le es posible, personalmente a la presentación y promoción de su obra en aquellos actos que la Biblioteca Popular Ricardo Jones Berwyn considere adecuados, cómo actividades culturales de la Feria Provincial del Libro del Chubut y Feria Patagónica del Libro, ambas de la ciudad de Gaiman.

11. No es requisito que el ganador viaje a la ciudad de Gaiman, Provincia del Chubut para recibir el premio.
12. Los originales no serán devueltos.
13. La Comisión Directiva y Organizadora de este certamen, se reserva el derecho de decidir sobre cualquier imprevisto en este Reglamento.

Consultas:

054 - 02965-491212
054 - 02965-491128
biberwyn@ar.inter.net
bipopberwyn@gmail.com


Bases, página web de la BIBLIOTECA:

www.bibliotecaberwyn.com.ar


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XXIV Certamen Literario Nacional “GONZALO DELFINO” 2009

REGLAMENTO GENERAL

La Biblioteca Popular “RICARDO J. BERWYN” de ciudad GAIMAN, Provincia del CHUBUT- Región Patagónica República Argentina, convoca a participar del Certamen Literario Nacional e Internacional Premio "GONZALO DELFINO”.

Reglamento y modalidad de participación:

1. Consideraciones Generales:

La participación en el certamen literario está abierta a cualquier persona que lo desee, residentes en la República Argentina y ciudadanos argentinos (mayores de 19 años) y menores de 18 años: jóvenes e infantiles, residentes en el exterior.

2. De las categorías:

Infantil (para participantes de 8 a 13 años)
Juvenil (para Participantes de14 a 18 años)
Libre (Para participantes de 19 años en adelante)

3. De los géneros:

a) Cuento: uno (1) por autor, tamaño Carta o A4, hasta cinco (5) carillas, tipiado a doble espacio, en computadora (fuente: Arial , tamaño 12) . Insertar el número de página
b) Poesía: Hasta Tres (3) poesías por autor, extensión máxima cuarenta (40) versos c/una.-


4. De la presentación de los trabajos por e-mail:

Los trabajos destinados al premio “Gonzalo Delfino” 2009 deberán ser inéditos y no haber sido premiados en ningún otro evento.
Los concursantes podrán enviarán los trabajos (insertados los número de páginas) por e-mail en dos archivos y en el mismo envío: UNO: el trabajo propiamente dicho que debe contener el TÍTULO de la obra a continuación el SEUDÓNIMO y LA CATEGORIA, y el OTRO con los datos del autor, en los que se hagan constar número de documentos de identidad (acompañarán fotocopia del mismo de la primera y segunda hoja) dirección, teléfono, y dirección de e-mail. Antecedentes literarios si los hubiera (no más de 10 renglones).
La organización del certamen se ocupará de la tarea administrativa de ingresar y numerar los trabajos, copiar y colocarlos en un soporte digital; CD. El material preparado se enviará para la evaluación de los jurados.
Los concursantes enviarán una copia vía e-mail a la siguiente dirección: biberwyn@ar.inter.net , visiten para mayor información nuestra página Web www.bibliotecaberwyn.com.ar

5. De la presentación de los trabajos por correo:


Los concursantes que lo deseen pueden enviar los trabajos por correo. Los trabajos se presentarán titulados y con el seudónimo correspondiente.
Los requisitos son los siguientes:
Se adjuntará los trabajos (insertado los número de páginas) por cuadruplicados y acompañados en un soporte digital, señalizado. En un sobre cerrado en cuyo exterior deberá figurar el TÍTULO de la obra y a continuación el SEUDÓNIMO, LA CATEGORÍA, y en su interior los datos del autor: nombre y apellido, tipo y número de documento, dirección, teléfono, categoría, género y antecedentes literarios si los hubiere (no más de 10 renglones).

6. De la recepción de los trabajos ( e-mail y correo postal)

Las obras destinadas al Premio “Gonzalo Delfino” 2009, se reciben en la Biblioteca Popular Ricardo Jones Berwyn, sito en Calle Juan C. Evans 154 (9105) de la ciudad de Gaiman, Provincia del Chubut - Región Patagónica - República Argentina. En representación de la Biblioteca Popular Ricardo Jones Berwyn, la Comisión Directiva de extensión cultural es la organizadora del certamen.
Los trabajos se reciben hasta el día: 31 de Agosto de 2009 inclusive y se respetará el matasello del correo.
En el mes de Enero de 2010 se darán a conocer los resultados del Certamen.


7. De la NO-ADMISIÓN de los trabajos:

No serán admitidos los siguientes trabajos:

a) los trabajos que lleguen deteriorados, incompletos y/o fuera de término.
b) los trabajos que no se ajusten a lo establecido en el presente Reglamento
c) Los trabajos para la categoría Infantil y Juvenil escrita por adultos.

8. De la actuación del jurado

El Jurado estará integrado por miembros de reconocida trayectoria a nivel Nacional e Internacional y designados por la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular “R. J. Berwyn”.
La decisión del jurado será inapelable e irrevocable, en un todo de acuerdo con el presente Reglamento, labrándose un acta donde se dejará constancia de la adjudicación de premios y conceptos que el Jurado estime consignar.
El jurado quedará facultado para declarar desierto algún premio como así también declarar menciones si las hubiera. No se otorgarán premios compartidos. El veredicto del Jurado se publicará a través de los medios de información pertinente.

9. De los Premios a Otorgar

Con todos los trabajos premiados se imprimirá una antología de 300(trescientos) ejemplares y serán entregados de la siguiente manera:


1er. Premio: 10 ejemplares, plaqueta y certificado de participación
2do. Premio: 7 ejemplares, plaqueta y certificado de participación
3er. Premio: 5 ejemplares, plaqueta y certificado de participación

De las antologías restantes, las mismas serán distribuidas entre las Bibliotecas Populares del País.
Las plaquetas serán donadas por distintas Instituciones Intermedias, por lo que esta Biblioteca no se hace responsable por la característica de las mismas.
Los premiados, se publicarán en la página Web de la biblioteca Berwyn.

10. De la entrega de premios

Los premios se entregaran durante el desarrollo de la Feria Provincial del Libro del Chubut y Patagónica del libro (EDICIÓN 2010) en la ciudad de GAIMAN (Chubut) Patagonia. República Argentina. En caso de no asistencia a la misma, se enviarán los premios por Correo Postal Argentino.

11. De la Institución Organizadora

Cualquier situación no prevista en este Certamen, será subsanada por la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular “Ricardo J: Berwyn”
Participar en el Certamen Literario supone la aceptación de sus reglas y condiciones, cuya interpretación final quedará a juicio de la Comisión Directiva.

12. De la Biblioteca Popular “Ricardo J. Berwyn”

Dirección: Juan C. Evans 154 – (9105) – Gaiman –Provincia. Del Chubut.
Tel. 054 - 02965-491128 – Tele- Fax 054- 02965-491212
e-mail: biberwyn@ ar.inter.net Página web: www.bibliotecaberwyn.com.ar

Organizadores: Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Ricardo Jones Berwyn de la ciudad de GAIMAN – CHUBUT- Patagonia – República Argentina -