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martes, 2 de noviembre de 2010

EL POEMA DE HOY


El último Pulpero


por Gerardo Robert


Dedicado a la memoria de Cacho Di Catarina, de la Pulpería de Mercedes.






Se fue…medio de golpe.
Tal vez habrá querido no andar perdiendo el tiempo
en esas tonterías de envejecer de a poco.
Total, ya había cumplido el rol maravilloso
que le confió el destino…o que él buscó de adrede,
para dejar su estampa cabal, de gaucho entero,
tan solo distraída en aquellas picardías
de gambetear la 5 con alma de potrero...
Por ay andará el Cacho, como él lo había soñado,
sobre un criollo azulejo de tuse bien prolijo,
emprendado de estrellas y escarceando impaciente,
hasta encontrar de nuevo
el palenque amigable de alguna pulpería .

Ya gastada la noche en la tertulia amena y la caña bermeja,
repuntará sus sueños hacia otras madrugadas tarareando una huella;
Y en un galopo corto, abrazará un lucero igual al de Mercedes
por ese cielo pampa que abrió la gauchería.



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EL POEMA DE HOY


El último Pulpero


por Gerardo Robert


Dedicado a la memoria de Cacho Di Catarina, de la Pulpería de Mercedes.






Se fue…medio de golpe.
Tal vez habrá querido no andar perdiendo el tiempo
en esas tonterías de envejecer de a poco.
Total, ya había cumplido el rol maravilloso
que le confió el destino…o que él buscó de adrede,
para dejar su estampa cabal, de gaucho entero,
tan solo distraída en aquellas picardías
de gambetear la 5 con alma de potrero...
Por ay andará el Cacho, como él lo había soñado,
sobre un criollo azulejo de tuse bien prolijo,
emprendado de estrellas y escarceando impaciente,
hasta encontrar de nuevo
el palenque amigable de alguna pulpería .

Ya gastada la noche en la tertulia amena y la caña bermeja,
repuntará sus sueños hacia otras madrugadas tarareando una huella;
Y en un galopo corto, abrazará un lucero igual al de Mercedes
por ese cielo pampa que abrió la gauchería.



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sábado, 30 de octubre de 2010

EL CUENTO DE HOY





PARAJE LAS ARAÑAS


Por Nadine Aleman (1)





Por favor, sea breve, dijo la científica que ya no daba más de calor en esa zona perdida de la meseta patagónica. Mara le apretó el brazo a su padre, trató así de convencerlo. No soportaba ya que siguiera hablando locuras. Sin obtener resultado alguno, la niña optó por desautorizar el relato clavándole la mirada a la joven que la ignoró decididamente.
El padre de Mara, exasperado, pretendía convencer a la científica de que eso que había traído, y que estaba ahora sobre el escritorio, era, efectivamente, una mano de alguien, que por magia de la machi* se había convertido en una araña y que había paseado por el pueblo, aterradora y mortífera, hasta que él la había encontrado en el campo.
El rebote de miradas era de una tensión tal que los tres se olvidaron, por varios segundos, del calor agobiante que insertaba más rareza en ese lugar, y en esa época del año, y que por momentos había servido de argumento para que el padre avanzara en sus explicaciones del caso de la mano- araña.
Mara no soportó más, ni el relato del padre, ni el calor, ni la soberbia de la científica y se fue a su casa, levantando tierra, como se hace cuando uno está enojado y no tiene con quien pelear.
A lo lejos, la suave brisa traía la voz del padre de Mara, que insistía e insistía. Hasta que el viento cambió su sentido y se ahogaron las declaraciones, y también la vergüenza de Mara, que ya llegaba a la humilde casa.
La adolescente se tiró en la cama, como había visto que hacían las chicas de la ciudad en la novela de la tarde. Una ráfaga abrió la ventana y pudo leer el cartel de bienvenida del lugar: BIENVENIDO AL PARAJE LAS ARAÑAS; ofuscada se levantó, cerró la ventana y volvió a acostarse. – Qué arañas ni arañas…este papá también…! si sabe bien que no tiene que tomar vino…ahora todos se van a enterar de las locuras que anda diciendo de la mano de muerto esa…
La machi caminaba lento allá en la meseta, buscando hierbas para sus conjuros. Iba con el perro negro, güilo, que siempre la acompañaba.
Mara renegaba y soñaba con sonarse los mocos en pañuelos de seda, con marcas con números, como las chicas de la novela de güenosaire.
La mano derecha de la chismosa del pueblo, comenzaba a paralizarse.

*Machi: bruja


(1) Escritora chubutense.
Su blog: http://nadinealeman.blogspot.com/



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EL CUENTO DE HOY





PARAJE LAS ARAÑAS


Por Nadine Aleman (1)





Por favor, sea breve, dijo la científica que ya no daba más de calor en esa zona perdida de la meseta patagónica. Mara le apretó el brazo a su padre, trató así de convencerlo. No soportaba ya que siguiera hablando locuras. Sin obtener resultado alguno, la niña optó por desautorizar el relato clavándole la mirada a la joven que la ignoró decididamente.
El padre de Mara, exasperado, pretendía convencer a la científica de que eso que había traído, y que estaba ahora sobre el escritorio, era, efectivamente, una mano de alguien, que por magia de la machi* se había convertido en una araña y que había paseado por el pueblo, aterradora y mortífera, hasta que él la había encontrado en el campo.
El rebote de miradas era de una tensión tal que los tres se olvidaron, por varios segundos, del calor agobiante que insertaba más rareza en ese lugar, y en esa época del año, y que por momentos había servido de argumento para que el padre avanzara en sus explicaciones del caso de la mano- araña.
Mara no soportó más, ni el relato del padre, ni el calor, ni la soberbia de la científica y se fue a su casa, levantando tierra, como se hace cuando uno está enojado y no tiene con quien pelear.
A lo lejos, la suave brisa traía la voz del padre de Mara, que insistía e insistía. Hasta que el viento cambió su sentido y se ahogaron las declaraciones, y también la vergüenza de Mara, que ya llegaba a la humilde casa.
La adolescente se tiró en la cama, como había visto que hacían las chicas de la ciudad en la novela de la tarde. Una ráfaga abrió la ventana y pudo leer el cartel de bienvenida del lugar: BIENVENIDO AL PARAJE LAS ARAÑAS; ofuscada se levantó, cerró la ventana y volvió a acostarse. – Qué arañas ni arañas…este papá también…! si sabe bien que no tiene que tomar vino…ahora todos se van a enterar de las locuras que anda diciendo de la mano de muerto esa…
La machi caminaba lento allá en la meseta, buscando hierbas para sus conjuros. Iba con el perro negro, güilo, que siempre la acompañaba.
Mara renegaba y soñaba con sonarse los mocos en pañuelos de seda, con marcas con números, como las chicas de la novela de güenosaire.
La mano derecha de la chismosa del pueblo, comenzaba a paralizarse.

*Machi: bruja


(1) Escritora chubutense.
Su blog: http://nadinealeman.blogspot.com/



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martes, 26 de octubre de 2010

PRESENTACIÓN DE UN NUEVO LIBRO









NO TE ATREVAS A CONTARLO


Cuentos cortos

Luis Alberto Jones




El día 1° de octubre, en los Altos del San David de la Ciudad de Trelew, el escritor Luis Alberto Jones presentó su nueva obra literaria; una selección de cuentos cortos que narran, de manera dinámica, la cotidianeidad de sus protagonistas. Relatos que se suceden en escenarios comunes, en un espacio real… En el prólogo del libro el licenciado y doctor en Letras, Marco Antonio Ramos Velásquez, dice: “No te atrevas a contarlo nos conmueve, a veces por su crudeza literaria en el que la cinta narrativa nos conduce por laberintos que son propios de nuestra vida doméstica. La pluma de Luis Alberto Jones se muestra con evocaciones muy queridas de un hombre vivido, de alguien que en el registro de su existencia de los años más añorados, rememora con sencillez y una intuitiva agilidad narrativa, los pasajes más relevantes de la vida, de tu vida, de su vida, de mi vida… Jones es un escritor de la vida que escribe para contar la vida, sin desmedrar su universalidad, ya que tras de cada párrafo lo ampara una sutileza e inteligencia, un amor profundo y sincero por cada trozo de vida, por cada temblor humano”. Tuve en gusto de acompañar a Luis aquella tarde del 1° de Octubre, en un salón colmado de público y con la presencia del Trío Cantasur que nos deleitó con algunos temas de su repertorio. Compartimos con los presentes el diálogo que a continuación se transcribe:



1 - Luis, yo podría comenzar diciendo, para quienes no te conocen tanto, o para los muy jóvenes, que tus actividades han girado siempre alrededor del arte, la comunicación, la locución, la oratoria, la expresión corporal. ¿Querés compartir con nosotros cuándo comienzan estas actividades a conjugarse y en todo caso qué sentís que te ha llevado a ellas?

Desde que cursaba el secundario con diversas actividades culturales y artísticas. Expresiones que se fueron conjugando con el tiempo. Siento que he sido impulsado por la necesidad de compartir lo que sentía.

2- Ya me ha pasado otras veces al leer tus cuentos, y es sentir que podés tomar espacio del narrador, es decir alejarte de Luis Jones, y convertir a aquél en un personaje más de la historia. ¿Sos consciente de eso? O en todo caso ¿buscás ese resultado?

Yo lo tomo como algo natural o espontáneo y pienso que surge desde mi ejercicio del periodismo, es decir ver y contar, tomando algo de distancia para ser más objetivo.

3- En este volumen en particular se narran historias cotidianas, pasibles de credibilidad… La duda que tengo es, y seguramente a tus lectores se les va a presentar también, ¿cuánto de real hay en los relatos de “No te atrevas a contarlo”, cuánto de tu imaginación, o de invención…?

Son historias que surgen de vivencias cotidianas observadas, ya contadas. Nada ajeno a la realidad que se nos acerca a todos. Están salpicadas, claro, de nombres, lugares y personajes cercanos o que han cruzado mi vida. Naturalmente interviene la imaginación para darles cuerpo y hacerlas más atractivas.

4- Hay un escenario que se repite y es el ambiente de los cafés, de los bares, de esos sitios propicios para encontrarse con uno mismo, solo frente al papel, inmersos en nuestro mundo mientras la vida sigue andando… Quienes te conocemos sabemos de algunos de tus gustos, y ese hábito es precisamente uno de ello. ¿Cuáles son los lugares donde te gusta escribir?

En el cuento “Un lugar para pensar” se describe al hombre que busca un lugar público, las condiciones para pintar con letras al semejante y sus circunstancias. De hecho el bar o una cafetería es el sitio por excelencia donde se encuentran la mayor diversidad de personas portadoras de infinitas historias de tal forma que es el ámbito que nutre los relatos.

5- Seguramente sos muy buen lector. ¿Qué te gusta leer?

Leo como escribo. Corto. Me cuesta embarcarme en las lecturas maratónicas. Me asocio al escritor español Baltazar García cuando dijo “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Si una obra literaria es demasiado larga para ser leída de una vez, preciso es resignarme a perder el importantísimo efecto que se deriva de la unidad de impresión, ya que si la lectura se hace en dos veces, las actividades mundana interfieren destruyendo al punto la totalidad. Mis cuentos son acordes a la premura que vivimos en estos tiempos, para leer en la sala de espera, el colectivo o la cola del banco. De todas formas el cuento corto no es un género menor: Edgar Allan Poe fue pionero en el estilo y luego lo siguieron Chejov, Quiroga, Borges, Cortazar, etc.

6– Refiriéndonos a esta obra en particular que hoy nos reúne… ¿cómo surge?, ¿qué te gustaría compartir con nosotros? ¿Cuál es el relato más querido, o de tu preferencia… y en todo caso –si podés contarnos- por qué?

Creo que surge cuando tenés un mínimo de trabajos que van creciendo con el tiempo, cuando te fijas una meta de agruparlos para publicar. Luego viene el proceso más difícil, el espíritu selectivo. En el uno busca ubicarse como lector para que las historias le atraigan y puedan sentirse identificados por sí mismo o conocidos en tal sentido siempre me he esmerado en que el final sea inesperado y en algunos contrapuesto al comienzo. Como vos bien señalaste en el prólogo de mi anterior libro, “Informales”: desatar los nudos que he ido construyendo. Respecto de mi favorito podría ser “En espera” porque siento que me ha surgido con fluidez una situación que se da habitualmente con un final de desencanto irreversible…



Al concluir el evento, el contacto del público con el autor y su obra propiciaron una grata reunión de amigos, una cita con los amantes de la literatura.


Olga Starzak





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