
INSOMNIO OTOÑAL (*)
por Griselda Jones de Redondo
Nuevamente es otoño y atardece mi alma.
¡Cómo acallar este loco borboteo de cigarras
que se ha instalado en la repisa azul de los recuerdos!
Quisiera fundirme en la llovizna que besa los cristales,
resbalar por las sábanas del tiempo, detenerme
una y otra vez... ¡Sí! Detenerme en el silencio y
ahogarme en su tibio murmullo de jazmines.
Es otoño y atardece mi alma y se deshojan las horas
sobre la piel anochecida. Nada es igual.
Es inútil dibujar el canto de los grillos cuando
las rayuelas han perdido sus contornos... o atrapar
con la mirada
las voces que se fueron más allá del horizonte.
¡Cómo acallar ese loco borboteo de palabras
que se anuda al fuego de este río interior que me
abreva y me profana!
Los espejos del insomnio multiplican las imágenes.
Las paredes huyen despavoridas por el hueco de la noche.
La llovizna se detiene en la curva de mi voz.
Bebo otro sorbo de soledad
y me consumo y me río y me desintegro en un redondel
de cigarras y jazmines.
Nuevamente es otoño y amanece mi alma.
(*) Este poema obtuvo mención especial en el Eisteddfod del Chubut - año 1998.
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