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viernes, 26 de septiembre de 2008

NUESTRO MÁS SINCERO AGRADECIMIENTO




El equipo de Literasur desea expresar su agradecimiento a Raúl Horacio Comes, un hombre sencillamente fuera de lo común, que de manera totalmente desinteresada, con su reconocida pasión por todas las expresiones culturales de la Patagonia, puso al servicio de nuestro proyecto -y por ende, de nuestros lectores- no tan sólo sus conocimientos técnicos, sino también su sentido de la estética, su capacidad intelectual y su criterio práctico para el rediseño de nuestra página web Literasur.

Con reconocida vocación y un esfuerzo meritorio y constante, Raúl Comes viene brindándole al país y al mundo entero un sitio web – Vistas del Valle - que realza y difunde las bellezas naturales de nuestra región, matizando su enorme panoplia de imágenes con la más variada información acerca del quehacer cultural de nuestro medio.

No conforme con eso, nuestro querido amigo restó horas a su propio quehacer para ayudarnos a mejorar la calidad estética de la página que estamos edificando, en nuestro intento de brindar desde la red una muestra actualizada de la literatura patagónica y de sus hacedores.

Nuestro más sincero agradecimiento a Raúl, en la seguridad de que juntos seguiremos transitando el camino del arte en sus múltiples manifestaciones, desde este lugar austral que acorta sus distancias con el mundo a través del excitante entramado de Internet.

El equipo de Literasur

*Raúl Comes es autor de Vistas del valle

jueves, 25 de septiembre de 2008

NOTICIAS CULTURALES


LA ASOCIACION SAN DAVID de TRELEW nos anuncia:

Ciclo de Conciertos

Prosiguiendo con el CICLO DE CONCIERTOS organizados por nuestra Institución informamos que el próximo Viernes 26 de Septiembre a las 19,30hs. podremos disfrutar de la CAMERATA PATAGONIA.

Interpretarán obras clásicas y del barroco de A. Vivaldi, G. P. Telemann , E. Grieg y Fischer. La presentación se llevará a cabo en nuestras instalaciones de San Martín y Belgrano-1er.Piso- de TRELEW.

La CAMERATA PATAGONIA, integrada por Ana Pomar y Susana Quilaqueo (violín), Javier Murillo (viola y violín), Darío Del Falco (violonchelo) y Paula Caviglia (flauta traversa) iniciaron sus actuaciones a principios del año 2006, en un concierto llevado a cabo en nuestra Asociación. Con posterioridad efectuaron diversas presentaciones en la zona con singular éxito. Es de destacar que sus integrantes son profesores de las Orquestas Infanto Junveniles de Trelew y Puerto Madryn.

Invitamos cordialmente a esta nueva presentación de la CAMERATA PATAGONIA.

martes, 23 de septiembre de 2008

DESDE SARMIENTO

Nos escribe: Mirta Jodor




EL DÍA DESPUÉS

La 9º Feria del libro y la Cultura y II Binacional



Desde el 12 al 14 de Setiembre vivimos nuestra 9ª Feria organizada por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Sarmiento y el apoyo incondicional de poetas y escritores sarmientinos: Andrés Gómez, Juan Carlos Moisés, Eva Gómez, Ida Chaura, Ida Oporto, Inés Luna Torres, Lorenzo Sánchez, Luis Coronado, Gustavo Calderón y Mercedes Britos.
Y la gran ausencia de la poetisa y amiga IRIS LIGO, quien no estuvo fisicamente, se nos adelantó camino a la eternidad, pero quedó en sus poemas iluminados de paz, generosidad y simpleza tierna, y en el corazón de sus pares.
Un cartel rezaba IRIS PRESENTE y nuestras lágrimas descubrían su presencia en el aire.

Este escrito se aleja de un informe institucional, ya que circunstancialmente me desempeño en la Dirección de Cultura y formo parte de la organización, es simplemente un escrito desde el corazón de alguien que escribe y vive la Feria con deleite, apuro, horas de insomnio, y felicidad.

Y este año agregué a esos sentimientos la tristeza que oprime el corazón al perderla a Ud, querida Iris, querida amiga, querida segunda mamá...querida poetisa...
Cuántos momentos compartidos, tardes nubladas de invierno iluminadas por el sol de su presencia....cuántas conversaciones, confidencias, música y esos poemas mágicos que leíamos....Mi orfandad... el día después de la feria me acorrala, a quién le cuento hoy las perlitas de la feria, quién me pone la oreja y se ríe de mis comentarios, a quién escucho diciéndome Mirta, vos podés...! y vas a salir adelante...
Me quedaron sus piedras, los libros, sus infinitos regalos, pequeños grandes tesoros....
Sus miedos aferrándose de mi terquedad para seguir caminando.
Iris, la Dama de la Poesía, según Rodolfo Montenegro, escritor de Río Mayo. Y las lágrimas de emoción.
Iris, la señora que cambiaba cada lugar al que asistía, desde esa bondad sincera.
Iris mi norte, mi pedacito de infancia, mi corazón quebrado....y ese sentimiento único de sentirla en el aire rodeándome con sus increíbles abrazos.
Hasta luego. dulce hada de la poesía. Un último deseo: por favor venga a mis sueños, necesito contarle aún muchas cosas.
Mirta Jodor.

HOY SE HA IDO

PERO NO ES ASI



LA SIENTO EN EL AIRE TIBIO

DE LA FUTURA PRIMAVERA



EN EL CANTO DE LOS PAJAROS

EN SUS PLANTAS

EN SUS PIEDRAS

EN SUS POEMAS QUE LEO Y RELEO

EN CADA VERSO ACARICIADO

DE LAGRIMAS,



EN MI CORAZON QUE LLORA

EN EL PERFUME SUAVE

DE ESA VOZ QUE AMABA TANTO….



FUE MI AMIGA DEL ALMA

MI CONFIDENTE

EL GENEROSO ABRAZO QUE ME

HACIA SENTIRME NIÑA DE NUEVO,



EL REFUGIO DE MIS POESIAS

LA MUSICA QUE AMBAS DISFRUTABAMOS

AHORA EN UNA ORFANDAD

QUE AUN NO DIMENSIONO VAGO RUMBO

A OTRO DIA,

EXTRAÑANDO A UN ANGEL

QUE DIOS PUSO EN MI CAMINO

PARA LLENAR DE AMOR A MIS HIJOS

A MI MISMA….

SIENTO QUE UD NO SE HA IDO

AHORA ME ACARICIA EL PELO

HABLANDOME AL OIDO.


Mirta Jodor
Sarmiento
(Chubut)




domingo, 21 de septiembre de 2008

¡FELIZ DÍA DE LA PRIMAVERA!



Primavera de 2008


Para quienes vivimos en la Patagonia, la primavera -aunque a veces caprichosa y tardía- tiene un significado particular. Responde a una espera y a una necesidad, a una época del año que nuestra mente y nuestro cuerpo reclaman, y al fin de otra que marca la despedida de días largos y fríos. Personalmente ambas me atraen, por causas diferentes e iguales motivos: vivir cada día junto a mis afectos más caros, aceptando lo que la naturaleza, sin pedirme nada a cambio, me regala. Pero la primavera, claro, tiene sus urgencias… ese “no sé qué” que hace que nuestras energías tengan esa carga adicional que nos posibilita SENTIR de modo diferente.

En primavera el sol del mediodía es el amigo fiel que se hace presente cada día pero pronto nos abandona, dejándonos un resabio de nostalgia y la esperanza de un próximo encuentro que, además -estamos seguros- acontecerá. Es ese amanecer de luz intensa y gorriones en nuestras ventanas… de brotes muy verdes en los rosales y flores diminutas en los frutales.

La primavera en Patagonia nos trae atardeceres que a veces presagian algunas mañanas con heladas tardías.

Septiembre es el mes que nos seduce y a la vez se muestra un tanto egoísta, que nos busca y buscamos, del que presumimos apropiarnos pero pronto nos desafía a una prolongación del invierno terco y afanoso, que penetra en nuestras pieles y parece querer perpetuarse.

La primavera es un amor eterno que nada puede hacer para que lo olvidemos.

Nuestro clima pocas veces nos permite, como en el norte del país, ocupar plazas y parques, chacras y campos en este día de septiembre. El aire fresco nos invita aún al calor artificial, y la primavera llega entre mangas largas y piyamas, ventanas cerradas y mantas.

Desde aquel picnic de estudiantes de la década del ochenta hasta estos encuentros de los adolescentes de hoy, que se suceden entre cuatro paredes y unas cuántas cervezas, han pasado muchas décadas. Mucho ha cambiado, inclusive las condiciones atmosféricas, pero el fervor de la sangre es el mismo, siempre. Y lo que nuestras ansias proclaman es el advenimiento de una estación que, más cálida, nos invite a vivenciar los escenarios más atractivos de nuestra existencia. Los colores y las formas se alteran, los aromas y los sentidos se intensifican. ¡Somos nosotros, pero a la vez somos otros! Somos aquellos que potenciados por la fuerza divina del sol que nos alumbra desde otra faz, que nos calienta desde otro ángulo, se insinúa con su fuerza descomunal… Descubrimos año a año el sentido más excitante y maravilloso de la vida; conjugados por dos fuerzas tan reales como poderosas: la de la naturaleza y la de las emociones humanas. Ambas parecen haber sido creadas con idénticos fines. Una al servicio de la otra… Coexistiendo en el espacio y en el tiempo que les ha tocado vivir. Entonces, colores y alegrías se entrelazan, formas y emociones se compensan, sentidos y sentimientos se acoplan en un devenir que hemos de llamar vivencias. Es entonces cuando es posible preguntarse: ¿Hay algo más gratificante a nuestro olfato que el aroma a rosas?, ¿más luminoso a los ojos que la luz del sol?, ¿más provocativo que un pétalo en el mundo de las texturas?¿Puede el murmullo del viento apagar los trinos de una calandria?¿Cómo olvidar el tiempo sin gustar el aroma al presente?

La primavera es y será siempre una pasión que tiene protagonismo en todos los actos de amor… porque se perciben mágicos e imaginarios violines, las rosas emanan su aroma más intenso, los sauces lloran el canto más prolongado y los cerezos descubren los tonos más rosados.

Más allá del calendario, la primavera es HOY.

¡Feliz día!

A todos.

Olga Starzak

21 de septiembre de 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

LA NOTA DE HOY



AMARGA PATAGONIA

Por Jorge E. VIVES*


En un reportaje que recientemente realizó Sandra Pien a Alejandro Winograd, autor de “Patagonia. Mitos y realidades”, el escritor define su obra como “un libro feliz”; por contraposición a otros textos que, en su opinión, tienen una visión “melancólica” de la región patagónica. La presencia de estos dos puntos de vista diferentes en la literatura del sur merece una breve reflexión.

La densidad y la profundidad emocional del ambiente sureño – su paisaje y su gente -, hizo que muchos escritores, sobre todo en las épocas iniciales de la literatura patagónica, se volcasen a pintarlo con trazos trágicos, ásperos. Varios de esos autores no habían nacido en la región; la conocían por referencias o circunstanciales viajes. A los rasgos románticos que confería la lejanía se agregaban la rigurosidad del clima, la devastadora soledad de los enormes y yermos espacios; y la personalidad férrea que los seres humanos que la poblaban debían tener para enfrentar esas condiciones extremas.

Entre la frondosa bibliografía patagónica, muchas veces olvidada pese a su indudable valor literario, se pueden rescatar dos novelas que se insertan en esa imagen acerba de la Patagonia: “Lago Argentino”, de Juan Goyanarte, y “La amargura de la Patagonia”, de Rubén Darío hijo.

Al prologar la novela de Goyanarte, Ezequiel Martínez Estrada dice que es “una historia cuyos protagonistas no son los hombres, sino las fuerzas naturales de un pedazo inhabitable del mundo que resiste a la invasión de seres, de edades y climas más recientes”. A lo largo de la obra se desgrana la vida de pionero de Martín Arteche; de sus venturas, que son pocas; y de sus desventuras, que son muchas; y que al finalizar la novela se amontonan como los témpanos del lago y se precipitan con el ruido de un glaciar que rompe. Durante el tiempo que transcurre en su estancia al fondo del Lago Argentino soporta penurias de todo tipo para llevar adelante su emprendimiento, lidiando con la naturaleza y con las pasiones de los seres humanos que lo acompañan.

Por su parte, Rubén Darío y Contreras, hijo del “príncipe de la letras castellanas” y su primera mujer, Rafaela Contreras, obtuvo los datos para su novela en forma personal, radicándose por un tiempo en el sur de nuestro país a principios del siglo veinte. Allí cuenta una dramática historia ambientada en el imaginario puerto santacruceño de Poncial, dominado por el caudillo local Damián Trejo a quien se enfrenta Olaf Felstad, un médico noruego. Al igual que en el caso de “Lago Argentino”, el final es duro e implacable; y la descripción del paisaje, tanto del natural como el humano, refuerzan la cualidad que el autor atribuye en su título a la región. Por ejemplo, describiendo los sentimientos de un recién llegado a la Patagonia dice “El viajero experimentaba una creciente e inexplicable desazón, una tristeza que lo obligaba a recordar que poco a poco iba alejándose de la civilización para internarse en un terreno desconocido y muy escasamente habitado”.

En ambas obras existen puntos en común: paisajes desolados, climas rigurosos, seres humanos rudos y decididos, situaciones violentas donde rige la ley del más fuerte. Esta visión es entendible. Un espectador que años atrás observara la región con ánimos de artista, no podía dejar de sentirse subyugado tanto por lo inexorable de la meteorología y del terreno como por la firmeza de los personajes que se movían en ese escenario; una implacabilidad que los hermanaba con las fuerzas naturales de las que eran parte y que podía ser fácilmente interpretada, en muchos casos, como crueldad. Pese a que los tiempos han cambiado y las condiciones de vida se suavizaron, dicha manera de entender la Patagonia se prolonga en la actualidad. En el recuerdo inconsciente del literato queda como un regusto esa vaga sensación de tragedia y desazón.

Pero también es comprensible que otros autores busquen una imagen más amable de la región, sin hacerle perder sus rasgos característicos. Una lectura de la realidad que, basada en las cualidades humanas de los habitantes y en la belleza de los escenarios naturales, intente mostrar un rostro “agraciado” de la zona.

Es la existencia de ambas visiones, tan válida una como la otra, la que dará riqueza y variedad a la literatura sureña. Por eso resulta positivo que los dos puntos de vista, el “feliz” y el “melancólico”, el “dulce” y el “amargo”, coexistan y tengan escritores que los representen... y lectores que los disfruten.



*Escritor chubutense