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jueves, 27 de septiembre de 2012

PRESENTACIÓN DE UNA NUEVA NOVELA





   Ritual de siesta (*)

Carlos Dante Ferrari


   En la quietud de un pueblo anclado en el Valle del Río Chubut, en la Patagonia Argentina, la familia Bermúdez despliega sus fantasmas.  

   La muerte de Aurora deja desamparados a Álvaro y sus cuatro hijos. A partir de la ausencia sus vidas pugnan, entre el dolor y la soledad, por mantener intacto el sentido familiar; y no sucumbir en el vacío que la pérdida les impuso.

   Así, transitan sus días en Gaiman, paraje donde la naturaleza se despliega esbelta en todas sus estaciones y, como dijera John Steinbeck en "La perla", las noticias se escurren en 'un misterio nada fácil de resolver... Parecen tardar menos de lo que tardan los niños en correr a contarlas, menos de lo que tardan las mujeres en comunicárselas por encima de las cercas'.

   Sin embargo el mundo de los Bermúdez está atravesado por un pacto de silencio, y aunque mucho se murmure, poco se sabe. 
 
   El autor nos lleva de la mano, con armónico ritmo y una narrativa impecable, a descubrir las miserias y debilidades de unos personajes, a confiar en el amor desmedido de otros. 

   Convertido en testigo de las emociones que produce la inocencia, la sorpresa ante el estupor, la vergüenza del descubrimiento,  el dolor que provoca la violencia, el lector luchará por no sentirse reflejado en alguna de las actitudes de sus personajes.

   Ese es el talento de Ferrari: lograr que nos olvidemos que estamos frente a una novela.


Olga Starzak
Setiembre de 2012



La primera presentación de la obra se llevará a cabo en el Mini Auditorio de la Ferifiesta del Libro y la Lectura – Sociedad Rural del Este del Chubut, Trelew –el día sábado 29 de septiembre de 2012 a las 20 horas, con la conducción de la escritora Olga Starzak.



(*) Novela – 188 páginas – Tela de Rayón (Grupo Jornada), Buenos Aires, 2012



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martes, 25 de septiembre de 2012

EL POEMA DE HOY




COLOSO
(Glaciar Perito Moreno)

Por Pablo Lautaro (*)




Este rayo de luz
que surge vigoroso
recala en el espejo antártico.
Fulgor de colores albos
en vertiente cancionera
riegan el frondoso bosque
bajando lejanías al océano.
Collage que posas quieto
en un marco sin precedentes
extasiando al unísono
los ojos que observan alucinados.
Historias guardadas en hielo
de un tiempo añoso
Romance de antiguas criaturas
cubiertas en perenne blanco.
Espejo prismático
acunando este confín…
Esperando otros amantes
para ser testigo taciturno
y no morir.




(*) Escritor neuquino. De su poemario “Huellas”.



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sábado, 22 de septiembre de 2012

EL POEMA DE HOY






EL MAR Y NO LA TIERRA


   Por Ana María Junyent


(Homenaje a los Tripulantes que no volvieron)






Sobre el salado espejo azul verde
surcaba dejando huella
de blanca espuma,
escoltaba su trajinar, bandada
de alegres gaviotas;
Se acunaba el “barco amarillo”
(no importa su nombre, fueron
muchos los que no retornaron)
Sus tripulantes esperaban
divisar el puerto,
el reencuentro con su familia,
el beso de sus pequeños hijos.
De pronto la mar, se hizo
dueña  de sus cuerpos.
Si entre oleajes dejaron
el sudor de su trabajo,
quiso el océano mecer
sus sueños eternos .
Entendió acaso
que él y no la tierra
debía atesorar sus cuerpos
de los que surcan sus aguas.
Nutrieron su alma y su mirada
con el color penetrante de ese mar
embravecidos  o calmos,
y quedaron sumergidos
en algún jardín especial
crecido en el fondo del abismo.
Hasta allí llegarán como único
y apenado consuelo, las flores que
desde la orilla arrojan
los quebrantados familiares,
llevando en sus pétalos los besos…
…que ya no podrán ser…



De la Flota Amarilla de Puerto Rawson (Chubut)

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miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL RELATO DE HOY






LA NOCHE DICE...


Por Ada Ortiz Ochoa (*)







Vengo desde las profundidades de la nada... o del todo absoluto.
Sólo sé que traigo mi mensaje para mover conciencias, para sacudir las telarañas del entendimiento.
Para obligarte a ti a que vuelvas tus ojos hacia adentro, a la esencia misma de tu ser y tomes nota de tu debilidad o de tu fuerza...
Recuerda que todos necesitamos conocernos para luego reacomodar los pasos, corregir senderos o realizar nuevos planes.
Recuerda qué pasó con tu amigo. ¿Necesito refrescarlo? ¡Bueno, lo haré!

Puedo comenzar por decir que Luca había muerto.
La soledad le había acompañado en la vida y ella le había fiel hasta la muerte. Mientras su cuerpo adquiría la frialdad del duro invierno..., sin primaveras por delante, el viento comenzó a aullar amenazador y trágico.
Los pocos amigos que tenía no se hicieron presentes. La soledad lo invadía por dentro y por fuera. ¿Cuánto de bueno había tenido su existencia?
Era muy pequeño cuando la vida se ensañó con él, luego todo había sido una cadena de amargos desencantos, con algún otro momento de felicidad.
Fue un mozo arrogante y peleador, que parecía disputarle al diario vivir unas migajas de comprensión.
Ahora, ya rígido, su rostro se notaba surcado de infinitas arrugas, pero tenía aspecto de sosiego, de calma...
El tiempo podría haberse detenido allí, en ese mismo instante que parecía... ¡tanta era la quietud del cuadro!... algo intemporal e intangible.
De pronto la puerta se abrió.
Una alargada silueta se dibujó a contraluz... Era una mujer. Caminó como en trance. Parecía débil e insegura.
Un rayo de luz dejó, momentáneamente, apreciar su rostro.
Una expresión de incredulidad dejó paso a otra de dolor, de aterradora lucidez.
¡Luca estaba muerto!..., se sentía vacía y ella misma invadida de mortal desgano.

¿Recuerdas ahora? Ese fue el final de Luca.
He querido que hoy me escucharas, para que la reflexión llegue a tu enloquecida cabeza.
No quieras saber mi nombre, ni ver mi rostro.
Nadie me conoce, yo soy la profundidad de la noche.



(*) Escritora de Sierra Grande.

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domingo, 16 de septiembre de 2012

LOS RELATOS DE HOY




DOS RELATOS BREVES 


Por PASCUAL MARRAZZO (*)








Estoy


   Siempre estoy, aunque me apoye en el silencio de un teclado perezoso o presione los números mudos de tu teléfono. Como una llama solitaria,  temerosa, ahogándose en sus cenizas, al acecho de otra lengua de fuego que baile excitada y chispeen de alegría con la mía. Acorazando el corazón con el aire frío de esta noche, acuchillando tu ventana con las voces azules que cantan los jacarandaes. Bajo los palos borrachos que lucen las flores y las espinas del enamoramiento. Aferrado a tu nombre, entre todos los colores que dejan las sombras escondidas en las plazas. A la espera de que elijas un trozo de tu vida, un tiempo de tu mejor leño, mi corazón incandescente quiere arder contigo.






Extraño mi corazón



Es de la ceguera del amor que me ha curado el matrimonio, pero ahora que divorciado y desnudo me atrapan los harapos de la vida. Es mi razón que corre mientras el corazón sólo late y viaja en pequeñas jornadas. Ha quedado en libertad, es libre y no hay nada para festejar. Es lo peor que le puede haber pasado. Un corazón en libertad es la jaula del hombre que habita y ese hombre soy yo, más la tortura de no existir. Hubiese preferido un corazón a la deriva, aunque éste fuera el camino del sufrimiento. El corazón roto del desenlace o el corazón silencioso de la muerte. Quisiera volver a mi corazón sangrante, ese que soportaba las pasiones en toda su intensidad cuando no existía la razón ni el presentimiento y tenía la arrogante felicidad de ser soltero. Ahora vestido de años y cargado de experiencias que pesan, busco nuevamente la ceguera, el abandono de la razón y un corazón que vuele. Busco desesperadamente a esa mujer, que me lo pueda encarcelar.



(*) Escritor de Neuquén.

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