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jueves, 4 de agosto de 2016

LA NOTA DE HOY




LA CIUDAD FRENTE AL GOLFO ENCRESPADO


Por Jorge Eduardo Lenard Vives




     En el panorama de la Literatura Patagónica se destaca, como uno de los centros culturales de la región, esa ciudad frente al golfo -que no es inmóvil como el río de Eduardo Mallea, sino que se encrespa con el sempiterno viento del oeste- y al pie del Chenque, culminación de la estepa, esfinge mesetaria adentrándose en el Atlántico,
     espinazo de algún saurio dormitando por el sur,
     arrullado por el viento del desierto sideral,
al decir del poeta Mario Cabezas.

     Comodoro Rivadavia muestra a lo largo de su vida una pléyade de escritores que se remonta a sus orígenes, allá por 1901. Uno de los primeros nombres es el de Ramón Gorraíz Beloqui, que en 1914 se desempeñaba como periodista local. Si bien su estadía aquí fue corta, pues luego volvió a Buenos Aires, su terruño natal, dejó muchos escritos sobre estas latitudes. Entre ellos, el folleto “Comodoro Rivadavia”, ganador de un concurso literario nacional en 1918; donde describe el naciente villorrio. Hacia esa época, la zona también recibe la atención de Jorge Luis Borges. En el verano de 1921 a 1922, acompañando a su familia el eximio visitante recorre los “Yacimientos del Chubut”, según sus palabras; y allí escribe el poema “Jardín”, incluido en el volumen “Fervor de Buenos Aires”:
     En un declive está el jardín.
     Cada arbolito es una selva de hojas.
     Lo asedian vanamente
     los estériles cerros silenciosos
     que apresuran la noche con su sombra…

     Con el tiempo se agregan nuevas figuras, algunas de ellas temporarias; tal el caso de Dalmiro Sáenz; que en los años cincuenta aprovecha sus experiencias australes para escribir su tomo de cuentos “Setenta Veces Siete”. Antes, a mediados de la década del 40 y proveniente del Valle del Chubut, Aurelio Salesky Ulibarri se había radicado en el barrio Astra para trabajar en la firma homónima. Desarrolló su actividad literaria durante varios años en la comarca, aunque más tarde se asentó en la provincia de Córdoba. Entre sus muchas obras escritas en el sur, se cuentan los poemarios “Prisioneros” (1958) y “Patagonia poética” (1965), el ensayo filosófico “Trasuntos de la Vida” (1961) y la novela “Rincones de Odio” (1963). No debe dejar de mencionarse la presencia de Carmen Escalada, hija del doctor Federico Escalada, investigador que redactó “El complejo Tehuelche”. A esta escritora pertenecen los volúmenes de poesía “De la tierra al corazón” y “Transparencias del tiempo”; tras permanecer varios años en la zona, la dejó para ir a vivir a la Capital Federal.

     Uno de los principales artistas vernáculos es Asencio Abeijón. Nacido en Tandil en 1901, cuando tenía tres años sus padres se radicaron en este territorio. Fue una de las primeras plumas sureñas que superaron la barrera del Río Colorado. Dejó diversas obras de tinte costumbrista; entre ellas “Memorias de un carrero patagónico”, “El guanaco vencido” y “Recuerdos de mi primer arreo”. Con el tiempo surgieron otros creadores, como David Aracena (“Las palabras y los días” y “Papá botas altas”), Anita Pescha de Aracena (“Cómo son de azules las palabras”), Tadeo Blas Cáceres (“Narrador narrado. La fuga del cuentista”); y Raquel Aloyz de Simonatto (“Raigambres sureñas”).

     En la actualidad se destacan muchos autores. Por ejemplo, Hugo Covaro y Ángel Uranga, en narrativa; y Cristian Aliaga, Rubén González, Felipe Alarcón, Alfredo Lamas y el ya citado Mario Cabezas, en poesía. El ensayo también está presente, en especial el histórico, a través trabajos como el de Liliana Esther Peralta y María Laura Morón sobre la inmigración boer y las numerosas obras de Alejandro Aguado. El listado es por fuerza incompleto, y no refleja la totalidad de la riqueza literaria del lugar. Pero el espacio de la nota es tirano; y permite sólo, por ahora, una escueta nómina.

     Un aspecto que revela el nivel cultural de la urbe, es la presencia, en distintos momentos de su existencia, de publicaciones de crítica y difusión literaria. Una de las precursoras fue “Trépano Celeste”, órgano de la Peña Literaria de Comodoro Rivadavia fundada por Eduardo Gallegos, otro de los literatos autóctonos. Con el tiempo llegó “Crónica Literaria”, que dirige Marcelino Alvarado. Cuando en algún momento este blog dedique una nota a los suplementos y revistas literarios de la Patagonia, estos dos magazines tendrán un sitio de privilegio en la reseña.

     No se puede terminar este artículo sin mencionar la presencia cercana de Rada Tilly, población independiente aunque compañera inseparable de Comodoro, donde vive Angelina Coicaud de Covalschi, reconocida artífice de numerosas novelas. También podemos mencionar allí a Iván Covalschi, que incursionó en las letras con “La decisión de Irina” y Oscar García Molina, arqueólogo aficionado cuyas peripecias originaron su libro “Por los picaderos de la Patagonia”.

     Comodoro Rivadavia, suma geográfica donde el mar se engarza con la meseta y se une a la lejana cordillera por la cadena invisible del viento, es una síntesis de los factores que caracterizan a la Patagonia. Resulta un medio ideal para ambientar una novela; pero también para inspirar el cuento corto y la poesía. Porque Comodoro es esencialmente literaria. Lo literario rezuma en sus calles empinadas y tortuosas, en la visión permanente del golfo a veces calmo, casi siempre enojado, en sus múltiples y pintorescos barrios, en esos inesperados rinconcitos arbolados, acogedores y en ocasiones misteriosos, como el que encontró Borges en su tour...

     Pero la belleza de Comodoro no es para cualquiera. Es para el observador inquieto que conozca en profundidad esta metrópolis petrolera, sepa de su historia y su acervo cultural y haya recorrido sus pintorescos vericuetos con el espíritu pronto a absorber las sensaciones que el paisaje casi indómito le brinda. Quien la comprenda de tal manera, no podrá dejar de reconocer que Comodoro Rivadavia es una ciudad donde habita la Literatura.



sábado, 30 de julio de 2016

EL POEMA DE HOY




LLUVIA

Por Carlos Sacamata (*)



Martilla la lluvia sobre los techos
como si quisiera clavarles la tarde,
en cada gota que cae y se diluye
su forma en la forma de los charcos.

Y danza en las paredes, de canales
y de grietas con la música del viento
y en las tos de barítonos desagües
recorre las encías del asfalto.
Turbia del sarro callejero y fluctúa 
el color-olor de rancios papeles
que yacen como las flores sin quereres
póstumos. Llueve y la tarde con su púa
en mi alma grita: Diario… diario. Llueve
infinitamente amor, pan y lluvia.




(*) Escritor santacruceño. Este poema fue tomado de la Antología de poesía y narrativa “Santa Cruz. Sus escritores de fin de siglo”. (Cultura Santa Cruz Ediciones, Río Gallegos, 2005).


lunes, 25 de julio de 2016

EL POEMA DE HOY




EL UMBRAL DE LAS MONTAÑAS

Por María Rita Drisaldi (*)




Te esperaré en el umbral de las montañas
para ver la Cordillera desde lejos
allá… donde el río se retuerce
y el Chaltén se viste con espejos.

Te esperaré en la Cuesta de los Míguez
allá, cuando el lago se dibuja
con tinta milenaria de glaciares,
al pie de un horizonte con agujas.

Te esperaré en la piedra solitaria
un mediodía cualquiera del invierno,
te esperaré con nubes y sin viento
con escarcha, coirón y mata negra.

No te olvides del umbral de las montañas,
porque allí están guardados nuestros sueños…
No te olvides de la piedra solitaria,
de la cuesta, del río y del silencio.
No renuncies, no claudiques, no te rindas
porque allá están guardados nuestros sueños.





(*) Escritora de Río Gallegos. Es autora de los libros “Verde luna de otoño” (1986), “Viento de octubre” (1990) y “Sueños Persistentes” (2001). Obtuvo numerosos premios provinciales, nacionales e internacionales. Fue reconocida con la Mención de Honor de la Asociación de Escritoras Católicas. Integra varias asociaciones literarias, entre ellas la Fundación para la Poesía Argentina; y participó de diversos foros culturales, como el Primer Congreso de Poesía Abierta de la Argentina (1993), organizado por la SADE. Este poema fue tomado de la Antología de poesía y narrativa “Santa Cruz. Sus escritores de fin de siglo”. (Cultura Santa Cruz Ediciones, Río Gallegos, 2005).
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miércoles, 20 de julio de 2016

EL POEMA DE HOY




A TU ABUELO, EL PREDICADOR

Por María Julia Alemán de Brand (*)





Quiero evocarlo, ascético y valiente
aquel predicador que fue tu abuelo;
corazón de galés, místico anhelo,
una cruz en el sur y otra en la frente.

Predicaba el sermón, o simplemente
empuñaba el arado (tierra y cielo).
Consolaba a los tristes en su duelo
su palabra y el trigo: igual simiente.

Fue la paz del trabajo su doctrina
y doblado en el surco, azada en mano
lo encontraba la estrella matutina…

… su barba patriarcal, el pelo cano
en su mundo de biblia y disciplina
fue labriego, pastor, samaritano…



(*) Poeta chubutense. Este poema fue tomado de su libro “De mi tierra paisana” (Subsecretaría de Cultura y Educación, Esquel, 2008).



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viernes, 15 de julio de 2016

EL POEMA DE HOY




Zorzales en los árboles

Por Juan Carlos Moisés (*)



Hay zorzales en los árboles.
Están menos ocupados en buscar
lombrices para alimentarse que en llamar
la atención de los que habitamos el vecindario.
Es posible que la llovizna de Santa Rosa
los haya puesto en vena para hacer
el contrapunto. Lo justo es decir que esas
voces con procedencia pero sin nombre
propio se encuentran a unos pocos metros
de distancia y que ignoramos si sólo
cantan para ellos, por placer, o el macho
para atraer a la hembra, o si también,
por algún motivo, cantan para nosotros,
o para otros que no pueden oír porque están
lejos y no saben, nunca sabrán, que alguien,
en algún lugar, canta para ellos.


                                                                      (A Leopoldo “Teuco” Castilla)





(*) Juan Carlos Moisés (Sarmiento, Chubut, 1954), publicó Poemas encontrados en un huevo (1977), Ese otro buen poema (1983), Querido mundo (1988), Animal Teórico (2004), Palabras en juego (2006), Museo de varias artes (2006) y Esta boca es nuestra (2009). En narrativa: La velocidad de la infancia (2010) y Baile del artista rengo (2012). En dramaturgia: Desesperando (2008) y Pintura viva, El tragaluz, La oscuridad (2013). De 1990 a 1998 dirigió el grupo de teatro Los comedidosmediante. El presente poema está incluido en su volumen más reciente, El jugador de fútbol (2015).
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