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jueves, 28 de noviembre de 2013

EL POEMA DE HOY





VOLVER

Por Mirta Jodor (*)



Volver del frío
a la casa de una,
volver dejando 
en la memoria de otros
los recuerdos que duelen,
volverse de la aridez infame,
del viento que asusta,
cobijarse, acunarse,
volver, volviendo sin mirar atrás,
huir como un pájaro
del anochecer que asola,
que ensombrece el cielo
y oculta soles,
de eso se trata de volverse
siempre, cuando la hora termina
a la casa de una.  



(*) Escritora de Sarmiento.

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lunes, 25 de noviembre de 2013

EL CUENTO DE HOY





CENIZAS

Por Ana Elisa Medina (*)



Un olor a azufre golpeaba las narices. El sol estaba quieto. Algunas nubes lo tapaban de vez en cuando. El suelo empezó a temblar. Había una revolución. Puja de poderes y desplazamientos de las placas tectónicas del Pacífico y Atlántico. Anónimamente, en silencio, se mueven en las profundidades. Así, como en el cielo, esporádicas y fugaces escaramuzas nos juegan los astros. Así los volcanes liberan sus energías cuando algunas de estas placas le hacen "cosquillas" a sus bolsas magmáticas, y se ponen "eróticos", escupiendo su "semen".
El hombre de Los Antiguos abrió la puerta y entró la ceniza deslizándose como serpiente.
Salió al campo a ver el ganado. Todo era un manto uniforme. En el horizonte nubes azules, grises y blanquecinas venían enroscándose por el oeste. Eran nubes de tormentas.
Las ovejas estaban muertas, algunas boqueaban tapadas por la ceniza, apenas algún hocico asomaba a la superficie.
Sus pasos se hundían hasta las rodillas. Los bebederos ya no existían. Casi no se divisaban los alambrados semisepultados.
Volvía hacia el casco de la estancia cuando un remolino de cenizas lo envolvió. Sacó su pañuelo y cubrió la mitad de su rostro para poder avanzar. Era difícil respirar.
Todo a su paso estaba muerto: avutardas, liebres, zorros, pájaros, teros, guanacos, avestruces...
Había escuchado que las erupciones volcánicas ocurren en etapas de glaciación o desglaciación.
Escuchó cómo repercutía en la columna vertebral rocosa el trueno apagado y vio un enorme cono que se elevaba desde el volcán Hudson.
El penacho de partículas era transportado por los vientos dispersando la lluvia de cenizas por todas partes.
El vómito de la tierra tapaba todo ser viviente.
El hombre se había alejado mucho. Su caballo pisó un hoyo y quedó quebrado. Alivió el dolor del animal pegándole un tiro en la cabeza.
Cada paso que daba le costaba más y más. Llegó casi sin aliento a su casa y llamó a su mujer.
Le respondió el silencio. El piso, sillas, mesas, todo cubierto de cenizas.
La boca reseca, sus labios quebrados pronunciaron un nombre, casi un grito.
La mujer yacía muerta en el piso de la cocina con un sudario de cenizas.
El hombre quiso respirar, apenas llegó a tocar la mano de su esposa y su corazón dejó de latir.
Afuera, las cenizas embretadas seguían lloviendo sobre los campos.


(*) Escritora nacida en Resistencia, Chaco; radicada desde 1979 en Río Gallegos. Socia Fundadora de la SADE Filial Río Gallegos en 1984; a la que luego presidió, entre 1989 y 1995. Ha tenido una destacada actuación en el campo de la cultura, tanto a nivel provincial como nacional e internacional. Es autora, entre otras obras, de los poemarios “Versos del Pueblo”, “Ansiedad” y “Ser con...”; de los volúmenes de cuentos “Cuentos del Norte y del Sur”, “Otros cuentos”, “Ansiedad de hombre” y “Santa Cruz en Llamas” (de donde se tomó el cuento publicado en el blog el día de hoy); la novela “Ana de Resi”; y los ensayos “Vida y obra del Dr Mario Cástulo Paradelo”, “Historia del Poder Judicial de Santa Cruz. Territorio y Provincia” y “Breve Historia del Chaco. También publicó notas en periódicos y revistas. Realizó varios programas radiales y un de televisión de carácter cultural. Obtuvo numerosos premios literarios y participó como jurado en varios concursos. Fue funcionaria provincial en el área de la cultura en dos oportunidades (la última vez, como Secretaria de Cultura).



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jueves, 21 de noviembre de 2013

EL POEMA DE HOY




EQUILIBRIO

Por Daniel Montoya



El equilibrio no es un punto exacto en el universo
ni una manifestación de la azarosa naturaleza.
No es la primera gota de lluvia que suena en el entretecho
ni que la primavera fuerce a una flor a que florezca.

El equilibrio es estar con esa otra alma y compartir,
esa que nos complementa y enseña el valor de amar.
El equilibrio puede ser inclinar la balanza para ser feliz,
jugarse por sentir, dejarse de lado el pensar.

El equilibrio no es mantenerse sobre la cuerda,
pensando cada paso, sin dejarse caer.
El equilibrio es disfrutar esa caída, con la satisfacción de vértigo,
extendiendo las alas, dejándose caer.

El equilibrio puede ser estar estancado en la vida,
un punto inmóvil del universo.
La felicidad son los torbellinos de cada día,
esos que a veces llegan ocultos en versos.





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lunes, 18 de noviembre de 2013

EL CUENTO DE HOY





LA FRANCISCA

Por Edmundo Daniel Jios (*)



A la final la castigué al pedo noma a la pobre Francisca me parece carajo. Y bueno, que joder, la culpa también la tiene ella, porque no porque el chico tuesa un poco en la noche no me va a tener veinte o castorce dia aguantando sin dejarse quichutiar. Si no pa que soy su concubino, ¿ah?
Pero igual no se merecía semejante garrotiada la pobre paisana. Conmigo jue siempre cariñosa. Cuando se componga le via a hacer un regalo, el perjume que vide en el boliche del Turco Elias le via comprar, y si me alcanza la plata lo zoquete colorao que le gustan tanto también.
Pueda ser que no le haiga quebrao el brazo carajo, se me jue la mano con el rebenque, y no se si no le rompí una costiya también. Puta que indio bruto me pongo cuando ando alzao ¡pior que perro rabioso me pongo! Que lo parió… ¡Seguro salí al agüelo Secundino, viejo bruto que degoyó al padre porque le pegó un chirlo cuando tenía 16 año. Y cuando ya tenia treinta y pico yegó en pedo a las casas, se acordó y ahí noma lo paso pal cuadro e las mochas. Por eso salí asi seguro.
Que lo parió carajo, ta haciendo frio y ya empezó a nevar juerte, y yo que le prometí al Primitivo que le iba a campiar su tordillo pa que lo muente cuando se componga de la tos, si no es tos con bulsa lo que le dentro, como dijo la curandera, aunque esa vieja no sabe nada, lo único que hace es sacarle plata o vicios a la pobre gente inorante. A mi me va a sacar un cordero si lo cura al chico, pero no me importa mucho, total le carneo uno a lo Beneton mañana y listo, pa eso son rico esos turco de mierda que joder.
Pa la pucha que se largó fiera la nevada, ya no lo via poder seguir campiando al tordiyo, mejor pego la guelta, ya anduve como tre legua fácil. Valgale que alce el poncho Castilla. Y meno mal que junte bastante leña en las casas y que el viejo Cheuqueta me pasó esa chivada a media. Ya con eso y algún tejido que haga la Francisca, si se le compone el brazo, podemo aguantar bien el invierno, y más si nos dan los vicios que nos prometió el Intendente de Maitén cuando le echamo el voto, aunque saben ser bastante fayuto esos políticos dicen.
Que viento frío se largó ¡y de yapa me está dentrando a doler el triperio!, debe ser la grasa del peludo sancochao que comí fiambre añoche, si ya esta mañana tenia retorcijone fiero. Y la pobre Francisca todavía despue de la garrotiada me preparo un te de ñancolaguen pa que me conponga. No si es buena la pobre paisana.
Me via tener que bajar un rato, me toy calambrando la panza y tengo gana de gomitar.
Que lo parió, nunca tuve tan jodido, no se si no via clavar la guampa noma. Mejor desensillo y me hecho un rato en el recao.

Cuando el hijo del vecino Calfiqueo apareció al galope y con cara de asustao, la Francisca lo miró por la ventanita del rancho y se sonrió, después fue a la pieza, le dio un beso en la frente a su hijito que ya no tenía fiebre ni tos y le abrió la puerta al Secundino con cara de susto ella también, pero no se le movió un pelo cuando el chico le contó que lo habían encontrado al Paulino “tirao entre los moyes”, y que se ve que sufrió mucho decían los que lo encontraron, porque se había revolcado bastante entre la nieve. Ni una palabra, ni una lágrima soltó la Francisca, le sirvió una taza de mate cocido al chico y mientras él lo tomaba, ella se fue hasta el escusado, detrás de la casa, tiró el frasco de veneno para las ratas vacío y riéndose lo revolvió con un palo.
Después sí, cuando el Abelardo Calfunao llegó con el cuerpo del Paulino enhorquetado en su caballo, y le dijeron los vecinos que lo acompañaban que estaba muerto, entonces sí soltó un llanto desgarrador y cayó en los brazos de las vecinas que iban llegando. No era tan dura la Francisca después de todo.




(*) Escritor de El Maitén, nacido en 1938 en Río Chico (Río Negro). Descendiente de griegos y autodidacta; es autor del libro “El Baúl de los Recuerdos”, un emotivo volumen que reúne sus recuerdos familiares y desarrolla en forma amena y detallada la historia de El Maitén.
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jueves, 14 de noviembre de 2013

EL POEMA DE HOY



Con sueños de poeta

Por Ester Faride Matar




Cansada de buscar soluciones generales
me adormecí en el profundo escenario de los hechos.
                     Sin escrúpulos 
                          Sin miedos.
Por simple curiosidad o confusión me vestí de peregrina
desatando nudos en las gotas ambiciosas de la lluvia.
                      Promoviendo pareceres.
                           Sentires...
Esta vez, le gané silencios a la noche, 
me sentí dueña del pergamino de la vida.
                      Me decreté diva.
                            Me decreté reina.
Con aire de poeta llegué justo a tiempo con presencia
de un encuentro inesperado.
                       Dejó de sufrir la última hija en blanco.
                             Escribí la historia pendiente del ayer.
Caminé.
Después de tanto tiempo comprendí que las palabras
se fraguaron con los besos,
                             sobre el polvo gris de mis zapatos. 




(*) Del volumen “Aquel horizonte... Aquí... “ - Ester Faride Matar - Cen Ediciones - Centro escritoras/es nacionales - Córdoba - Segunda edición, 2009



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