RUISEÑOR
Por Pascual Marrazzo (*)
El señor
Ruiz bailaba como un trompo con su traje de payaso. Su compañera de danza lo
hacía vestida de oveja y adornaba su pecho con una campanita que hacía sonar en
cada giro.
Don Ruiz tenía fama de picaflor y atraía
las miradas festivas y maliciosas de los invitados.
Todos querían saber cual sería su nueva
conquista ya que cuando éste echaba el ojo, entre bromas y chanzas,
difícilmente perdía la pieza.
Lo que las otras mascaritas no sabían era
que él estaba trabajando a ciegas, inspirado por el misterio ovejuno.
La
fiesta de disfraces era una comedia perfecta. El salón del palacio campestre se
engalanaba con los mismos invitados: Era el marco adecuado para que la
felicidad venza al cansancio y el amor se empareje con la alegría. El baile
continuó hasta el amanecer. La claridad del día dijo basta y la música se
acabó. Nadie perdía de vista a la pareja, todos estaban pendientes. El señor
Ruiz, más que un payaso parecía un lobo.
De pronto resonó un cascabeleo traído por un corderito.
La acompañante de don Ruiz salió
presurosa a su encuentro y los dos se perdieron en el campo.
(*) Escritor de Cipolletti,
nacido en Olivos. En 1969 se radicó en Cipolletti. Actual Presidente y Socio
Fundador del Centro de Escritores Ingeniero “César Cipolletti”. Participó en
más de diez Antologías y ganó varios Premios Nacionales e Internacionales.
Libros Editados: Palabras para mis hijos (Cipolletti, 1988), Los Cuentos de
Pascual (Nosotros El Sur, 1993), Amansando Ironías (La Casa del Escritor. 1994,
de donde se tomó este cuento), Prosa y Poesía del Centro de Escritores
(co-autor. La Casa del Escritor, 2003), Los Ojos de la Cerradura (Novela. De
Los Cuatro Vientos, 2005) y Rayes (Ediciones AQL, 2009, con prólogo de Jorge
Castañeda y Epílogo de Luis Alberto García). Correspondencia con el autor pascual@moviman.com.ar
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