“CARTA ENCONTRADA EN PLAZA IRLANDA” (*)
El 23 de septiembre del
2011 fue presentado en el Centro
Cultural “El Mercado”
de Puan, el libro de cuentos “Carta encontrada en Plaza Irlanda”, del escritor
patagónico Fernando Nelson. Tarde llegó la noticia a nuestro blog; pero por
varios motivos no queremos dejarla pasar sin hacer un comentario. En principio,
porque el autor, pese a haber nacido en Tucumán y a residir actualmente en la
provincia de Buenos Aires, desarrolló gran parte de su actividad literaria
mientras se encontraba radicado en el Valle del Chubut; por lo que puede
considéraselo un representante de las letras de la Patagonia. Hacia esa época
obtuvo por sus relatos numerosos reconocimientos provinciales
y nacionales; entre ellos el primer premio del concurso de la Universidad del
Sur de 1980, los premios en la categoría correspondiente del Eisteddfod de los
años 1981 y 1983; y varios premios en los certámenes provinciales de la
Dirección de Cultura del Chubut. Una de sus narraciones, “El manuscrito de
Sheffield”, figura en la antología “Cuentos de nuestra tierra”, publicada por
el Consejo Federal de Inversiones en 1982. También en el Valle publicó su
primer libro: “El retorno”, de 1984.
El volumen que presentó
recientemente, dedicado a sus padres, es un recorrido por su obra que reúne
algunos de sus creaciones iniciales, entre ellas la que da nombre a la
recopilación; y otras de reciente composición, como “El último galope”, con el
que obtuvo el segundo premio en el concurso de la Biblioteca Berwyn de Gaiman
en el año 2010. A lo largo de un total de dieciocho historias cortas, Nelson
desarrolla una serie de argumentos sólidos y eficaces,
cuyos finales abruptos se desploman sin piedad sobre los protagonistas. El estilo particular del autor es
el hilo conductor del texto, a lo largo del cual, sin embargo, desarrolla
diversos géneros; desde relatos fantásticos (“La isla”) e intimistas (“La otra,
la futura”), hasta policiales (“La última cita”) y costumbristas (“El indio”).
También se vislumbran en el libro distintas corrientes literarias que han
influido de alguna manera sobre el escritor. Por ejemplo, en “La noche de las
alimañas” pinta un imaginativo bestiario que denota un cierto aire de realismo
mágico.
Un párrafo aparte requiere el relato llamado “Nadieshda”,
que describe la azarosa vida del coronel de Húsares Deriabin a través de una
serie de variados y sorprendentes hechos; como los que ocurren a los
protagonistas de las novelas rusas. Pero lo que en ellas se despliega
morosamente a lo largo de varias páginas, Nelson lo hace en unos pocos párrafos;
y genera un trepidante y atractivo ritmo de los sucesos referidos.
Un rasgo particular de
la obra son sus cuentos apareados; como si uno de ellos fuera el objeto y el
otro su imagen especular. Ello sucede, por ejemplo, con los relatos “Noches de
insomnio” y “Tantos gatos”; y “Karen, mi amor” y “El perdón”. También se
advierte una relación similar entre
“Carta encontrada en Plaza Irlanda” y “El otro mendigo”. Buscar esas claves
ocultas se agrega a los desafíos que el escritor plantea a quien lee sus
palabras.
En la contratapa del libro se asegura que “los
cuentos de Nelson son inconcebibles sin Poe, sin Hofffman, sin Kafka, sin
Rulfo, sin Cortázar... sin Borges”. Indudablemente, la presencia de éste último
es la más visible; y se hace explícita en el cuento “Una lápida para Aarón
Loewenthal”, ingenioso colofón de “Emma Zunz”. Sin embargo, no por eso deja
Nelson de mostrar una forma de escribir personal, reconocible, única; que
adapta a las características de los ambientes que delinea en sus narraciones.
Delia Martí de
D´Andres, la prologuista, manifiesta que en los cuentos “está presente lo
fantástico para evocar la inseguridad o inquietud que se produce en lo real”. Y
al hablar de los personajes, dice que “insisten en una visión de hombres grises, enfrentados a situaciones que los superan: muertes violentas,
desconocimientos de identidad, mundos caóticos, soledad, pesadillas, conductas
instintivas, persecuciones, desengaños”. Sus aserciones se confirman con la
lectura de la obra de Nelson. Sin dudas, la fantasía es un escape de la
realidad para quienes pueblan sus páginas; que son seres que deberían
preguntarse continuamente “¿por qué me pasa esto a mí?”. Pero no lo hacen, sino
que sufren en forma estoica – o resignada - su destino de incertidumbre,
desamparo y, a veces, también de muerte.
La portada del volumen,
diseñada por Cristina Jáuregui, muestra una foto tomada por el autor; quién es
fotógrafo por partida doble, profesional y aficionado. Esta pasión es
compartida con varios escritores; por lo que parecería haber un nexo oculto
entre ambas artes. Algunos privilegiados alcanzan a percibir tal relación; y se
convierten en fotógrafos que con una imagen logran resumir mil palabras y, a la
vez, en escritores que con mil palabras recrean en la mente del lector un
universo de imágenes. Como sin dudas lo hace Fernando Nelson en los
recomendables cuentos de su “Carta encontrada en Plaza Irlanda”.
J.E.L.V.
(*) “Carta
encontrada en Plaza Irlanda”, Ediciones de las Tres Lagunas, Junín, 2011. Para
contacto con el autor: literaturaspuan@hotmail.com
1 comentario:
¡Qué interesante! Por eso es importante descubrir a escritores,y tener acceso a la literatura en forma más abundante. El Ingeniero Héctor Delmás del Círculo de Escritores del Comahue,luchador incansable de la cultura literaria, a quien admiro intensamente, opinó que más importante que editar es organizar la difusión de las obras editadas. Desde mi humildad, le agregaría que no hay una cosa sin la otra. Puedo difundir si está editado, de lo contrario no. Lo que pasa es que los que amamos la palabra escrita y defendemos la literatura regional y la literatura en general como medio cultural- educacional, queremos y necesitamos que se dé a esta actividad la importancia que merece. ¿Cómo lograr que se entienda que esta vocación, esta actividad de escritores, no es solamente un borronear de hojas y de vez en cuando juntarlas y editar el 1º libro, luego el 2º y seguir así metódicamente un ritmo simplemente acumulativo. ¡NO! El escritor es voz de su pueblo, de sus aciertos de sus errores, pero también es espíritu creador elevado a millonésima potencia, sin límites, y es quien "sabe" que está cumpliendo una misión y la cumple a conciencia, dignamente....como el autor de esta nota- Mis respetos a todos los escritores y a Literasur. Ada Ortiz Ochoa (Negrita)
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