TE EXTRAÑO
Por Pascual Marrazo (*)
Ella había faltado varias semanas, por eso encontraron la sorpresa en sus miradas limpias. Él le dijo que, en su ausencia habían pasado cosas increíbles y frente a la pregunta de sus ojos, le comentó que no sabía si era correcto decirlo.
-Decime que pasó –dijo ella autoritariamente–.
-Te extrañé –dijo él–.
-¿Cómo?
-Te extrañé, mientras vos no estabas, te extrañé.
-Me estás cargando.
-No, me fui cargando, de días, de pensamientos, de melancolías. Así de simple, te extrañé.
Entonces ella creyó el momento de aflojar un poco y rodeándole el cuello con sus brazos le dio un beso.
-Y ¿Qué es lo que más extrañaste de mí?
Le hubiese gustado no tener que contestar esa pregunta y con la timidez que lo caracterizaba, volvió a comentarle que no sabía si era correcto. Pero ahora ella necesitaba una contestación armónica con lo que estaba sucediendo. Lo había dejado por su personalidad ausente y ahora se encontraba con un hombre que la extrañaba
-Por favor –se lo pidió con una voz mimosa–.
-Los mates –contestó él, con seriedad.
(*) Escritor de Cipolletti
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