EL ORIGEN
Por Daniela Della Bruna (*)
Traza un círculo,
redondo, acariciante,
cerrado, completo.
Coloca dentro del círculo,
un par de aduladores,
para tu pobre vanidad.
Agrega un cerco,
compra palabras grandes,
pronúncialas.
Aplasta cuadrados,
triángulos y sobre todo
a las esferas.
Quédate con tu círculo,
cerrado, inmune, perfecto,
y sobre todo, unidimensional.
Cuando termines,
serás, por fin,
el dibujo de un hombre.
(*) Escritora de Esquel. Este poema pertenece al volumen titulado "Tarde de Viento" (Ed. De los Cuatro Vientos, Buenos Aires, 2013). circulo aduladores vanidad cerco cuadrado triangulos esferas cerrado unidimensional dibujo hombre
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