EL LADO ESPESO
Por Cristian Aliaga (*)
De los trastos parte, porque estás,
una hendija de vapor blanco
como la imagen de la ropa que lucís por la noche.
Un poema es una desazón, pero una desazón alada.
Y porque estás, puede ser una amenaza
de eternidad.
El poder es tu alma pero tu cuerpo
es el lado espeso del espíritu.
Hasta rendidos a la evidencia
es posible recuperar el habla.
El cortinaje es deslumbrante
pero suele sofocarnos.
Aún así, preferimos las telas de alcurnia,
densas de terciopelo y tragedias antiguas.
En la misma función
somos amados y destruidos:
la tristeza termina cuando se acaba la alegría.
(*) Escritor comodorense. Tomado de su obra “No es el aura de Kant”, incluido en “Estrellas en el vidrio. Antología personal” (Editorial Colihue, Buenos Aires, 2002).
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