“IMITACIÓN DE LA
FÁBULA” (*)
De Antonio Dal Masetto
Uno de los rasgos distintivos de esta encantadora
novela es el recurso a la representación alegórica y a la prosa poética. Vito
es el hombre maduro que reflexiona acerca de su lugar actual en el mundo,
cuando la propia historia personal empieza a desdibujarse en los laberintos
insondables de una memoria que parece flaquear. La ciudad y las prietas
paredes del departamento se han vuelto estrechas, asfixiantes. Siente que “el
espejo estalla”: es la antesala de un peregrinaje destinado a combatir esa
angustia repentina. En un arresto juvenil, el protagonista añora la posibilidad
de tener “su propia roca”, que parece “remota e invisible”. Solo puede salvarlo
su imaginación. Entonces, ¿por qué no salir a buscarla?
De
tal manera, la travesía por el bosque patagónico y el propósito de trepar hasta
la cumbre del cerro se convierten en fecundas metáforas de la existencia humana.
Internarse
en la floresta –símbolo enmarañado de los misterios, las encrucijadas, los
miedos infantiles– plantea retos permanentes: allí es muy fácil perder el rumbo,
y la tarea de reencontrarlo, azarosa. El camino está sembrado de situaciones
sorpresivas, a veces desconcertantes. Cada una de ellas implica una prueba a
superar. Ante estas disyuntivas, la madurez recurrirá a la prudencia; la
juventud, en cambio, encarnada en una niña precozmente endurecida por las
circunstancias, actuará a fuerza de impulsos intuitivos y toques de rebeldía. Al
unir sus senderos, la experiencia y la vitalidad conjugan una combinación
eficaz para ir venciendo todos los obstáculos.
Con el correr de las horas, el regreso al bosque del pasado se va perfilando como una experiencia sanadora. La
memoria –aquella que en las primeras páginas anunciaba estar en retirada– ahora es
el hilo de Ariadna que alumbra el camino del viajero y, al evocar los nombres
sonoros de la flora austral (“coihue, lenga, maitén, ñire, radal, canelo,
mutisia, amancay, notro, pehuén, taique, raulí”), recobra toda su fuerza. Esa
misma memoria sabrá orientar los pasos de Vito hasta el anhelado refugio de la
cumbre, donde aún lo aguarda un desafío inesperado.
Un tono de indisimulada nostalgia recorre
estas páginas. Detrás del fascinante discurso del narrador, el autor no tiene
reparos en traslucir su propia voz. No olvidemos que Dal Masetto transitó una etapa de su vida en
Bariloche. Quizás por eso esta obra sea la que en mayor medida nos revela la
interioridad del escritor, las marcas de un éxodo iniciado en Italia, en plena
infancia; ese periplo que, en el plano espiritual, parecería insinuarse como un
viaje inconcluso.
Y como toda fábula encierra una moraleja,
hay aquí una invitación a meditar en “los compromisos no asumidos, tantos
compromisos dejados atrás”, dejándonos una saludable enseñanza: nunca es tarde
para afrontar las nuevas responsabilidades que el destino nos plantea.
C.D.F.
(*) Novela –
139 páginas – 1era. Edición - ISBN
978-950-07-4971-8 – Ed. Sudamericana, Bs. As., 2014.