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martes, 16 de octubre de 2007

EL CUENTO DE HOY

"EN

EL

UMBRAL"




por Mía Sanz


Ahora

en esta hora incesante

yo y la que fuimos nos sentamos

en el umbral de mi mirada*



-¿Qué hacés ahí? -me escucho preguntar. No me contesta y vuelvo a intentarlo:
-¡Eh!, ¿qué hacés ahí arriba?
Me mira con ese rostro angelical que pone solamente cuando quiere enternecer.
-Bajate, podés caerte -insisto.

La estoy mirando desde la puerta. ¿Qué puerta? Nada la sostiene, parece en el aire; sin embargo estoy segura de estar apoyada en el marco derecho de una amplia abertura.

A Marianita la conozco bien. No tiene más de cuatro años y una dulzura peculiar; es del grupo de chicos del Jardín que diariamente concurren a jugar a la plaza del barrio; hoy está sola, no hay nadie a su alrededor. La veo sentada en el borde del paredón que rodea al parque; el muro mide unos dos metros y está sin terminar; sus ladrillos irregulares y mal colocados dejan entrever la luz del otro lado; un revoque grueso y desparejo lo recubre en parte.

- ¿Qué hace esta nena allí? -me pregunto.

Sigo apoyada, sin moverme. No es ahora Mariana quien me mira, molesta por haberla descubierto: soy yo... frágil, malhumorada, escapando de alguna travesura. Rulos apretados y oscuros casi no dejan ver mi carita.

La niña mira fijo hacia abajo, me provoca moviéndose arriba de esa pared, variando su posición; encoge las piernas, apoya los pies en el borde y con los bracitos envuelve sus rodillas; antes, toma la amplia falda de su vestido amarillo y tapa, prácticamente, todo su cuerpo. Desafiante, ahora me sonríe. Quiero hablarle, pero mi voz no responde. De pronto desaparece y desespero: quiero encontrar otra vez el rostro de Mariana. Por momentos lo veo. ¡Ahí está! ¡Ahora sí!

No le ha sido difícil llegar hasta allí; hay muchos y frondosos árboles que hicieron posible la trepada. Son aromos, en su mayoría florecidos, que han crecido lo suficiente hasta formar un pequeño bosque. Puedo oler sus pequeñas y rosadas flores; es una sensación nueva y agradable; toda la plaza parece impregnada de su fragancia.

Me olvido, por un momento, de la chiquita.

Absorbe mi atención el verde que predomina en el lugar; los rosales están en flor; los hay blancos, amarillos y rojos por docenas. Abundantes plantas de diversos tamaños completan la escena: lavandas, verbenas, margaritas, rayitos de sol...

Las hamacas, la calesita y el tobogán, desgastados por el paso del tiempo, me resultan ampliamente conocidos.

Esta plaza es aquella plaza. Mi plaza.

Una niña corre entre los caminitos de piedra laja que dibujan los canteros; se ríe con ganas y emite palabras que no entiendo. Una mujer la sigue, la toma en sus brazos, la mima... Es la mamá de Mariana. ¿Lo es? Recuerdo, nuevamente, a la nena del paredón; la busco con la mirada. Ya no está.

-Mariana, Marianita... -la llamo una y otra vez, elevando mi voz.

Debo haber gritado demasiado fuerte. ¡Qué insensatez! Acabo de despertarme.


*Alejandra Pizarnik


miércoles, 10 de octubre de 2007

LA NOTA DE HOY



El interrogante planteado por el columnista ha espoleado frecuentes discusiones, no sólo en la región austral sino también en otros foros literarios, suscitando disímiles posturas. Jorge Vives pone aquí de manifiesto su criterio concreto sobre este tópico, desarrollando interesantes argumentos para sustentarlo. ¿Qué piensa el lector acerca del mismo tema? Háganos conocer su opinión a través del enlace al pie del artículo (“Comentarios”) a fin de enriquecer un debate que aún admite muy variadas respuestas.


¿EXISTE UNA LITERATURA PATAGÓNICA?

Por Jorge Eduardo Vives*

¿Puede hablarse de la existencia de una literatura auténticamente patagónica? Antes de opinar sobre el tema, y dado lo escueto que pretende ser este artículo, debemos acotarlo un poco. Es demasiado ambicioso desarrollar la temática de toda la “literatura patagónica” en estas escasas líneas. Será más cauto y prudente hablar sólo de un género: el de la “narrativa patagónica”, de la novela y el cuento; y dejar la poesía, el teatro y la ensayística para quien quiera, seguramente con más conocimientos, desarrollar esos asuntos en otra oportunidad.

Reducido entonces nuestro campo de estudio, deberíamos precisar que entendemos por “narrativa patagónica”. En principio, es una narrativa cuyas ficciones transcurren en la Patagonia. Luego, es una narrativa escrita por autores patagónicos, por “nacimiento o adopción”. En tercer lugar, es una narrativa que tiene temática patagónica; y recurre a elementos comunes que forman parte del acervo geográfico y humano de la región. Creo conveniente aclarar que cuando pongo como condición que los autores sean locales, no es por chauvinismo ni mucho menos. Pero entiendo que para reflejar adecuadamente la realidad patagónica, quien escriba deberá conocerla con cierta profundidad; conocimiento que sólo da el haberla vivido. Imaginemos un escritor argentino tratando de escribir un cuento ambientado en la Francia decimonónica; resultaría, probablemente, artificial, sin alma.

Teniendo en cuenta esos tres principios, ¿podemos decir que existe una narrativa patagónica, así como existe una narrativa rusa? En principio tendríamos que adelantar una respuesta afirmativa. Existen cuentos y novelas de temas decididamente patagónicos, desarrollados por escritores patagónicos, que revelan un estilo sobrio y realista matizado por elementos constitutivos del paisaje físico –el mar, la meseta, la cordillera, la nieve, el viento, los soles quemantes, los horizontes distantes, los espacios enormes, los cielos brillantes y coloridos–, y también del paisaje humano –los pobladores rurales, los colonos, los habitantes originales.

Sin embargo, en opinión de quien escribe estas discutibles líneas, aún no podemos hablar de una narrativa patagónica. Todavía los relatos están dispersos y sus autores son poco conocidos, aún no existen estudiosos que analicen y comenten los textos. Para hablar de una narrativa patagónica debe existir una cuarta condición: la exégesis; a cargo de críticos literarios que reúnan, sistematicen y comenten la obra existente; rescaten la producción de los autores antiguos y actuales, y la den a conocer, enriquecida con sus propias ideas.

Por eso la respuesta que estimo más correcta a la pregunta inicial es que la “narrativa patagónica” no existe... todavía. Pero va a existir a medida que se afiance a través de sus eventuales exegetas.

*Escritor y poeta chubutense.



lunes, 8 de octubre de 2007

PRESENTACIÓN DE UN NUEVO LIBRO




"EL LENGUAJE DEL SILENCIO"
OLGA STARZAK

VINCIGUERRA (2007)


El viernes 5 de octubre pasado se presentó en el auditorio del Museo Egidio Feruglio (MEF) el tercer volumen de cuentos de la prolífica escritora trelewense Olga Starzak. Con la excelente conducción de Silvia Sánchez, acompañaron a la autora en la oportunidad los escritores Luis Alberto Jones y Carlos Dante Ferrari, quienes se refirieron a diversos aspectos de la obra.

(Para ver imágenes, cliquee aquí).

Este libro contiene once cuentos en los que el silencio, como un hilo conductor invisible, adquiere un acendrado protagonismo. El texto de contratapa nos introduce de lleno en ese plano donde se acalla el lenguaje, cuando expresa: “A veces por decisión, otras por temor y muchas más por necesidad, los seres humanos transitan la vida guardando algún secreto, algo muy íntimo que les pertenece y que, por razones diversas, no debe manifestarse. Eclipsado en una zona reservada de la mente, quizás sea preferible no pronunciarlo jamás.”

Al referirse a esta producción, Luis A. Jones señaló, entre otros conceptos: “Ya el título anuncia la parte medular que diera impulso al trabajo: el trato, a través de los relatos, de una problemática enraizada en el tiempo por el silencio.” Más adelante anticipó: “Brotan las miserias humanas: el sometimiento, la impiedad, la cobardía, la denostación...”, para agregar de inmediato: “Afortunadamente se respira con las caras contrapuestas cuando asoman la nobleza, la mano sosteniendo la esperanza ajena, los solidarios pactos que evitan que el protagonista acabe en el picadero público; realidades todas que la autora corporiza en fantasmas conformados por el temor.” Luego, al referirse a las calidades literarias de la autora, Jones señaló: “No es la primera vez que Olga con sus escritos manifiesta su compromiso con situaciones que apuntan a lo más profundo del ser: los dolores, las tristezas o convicciones. Intenta descorsetar lo que se soslaya consciente o inconscientemente. Va sembrando volcanes cuyas erupciones son impredecibles. Se convierte así en un francotirador: ese que nos tiene en la mira y permanece oculto con el dedo en el gatillo”, para advertir finalmente, con tono afectuoso y humorístico: “De manera que al terminar de leer este libro yo me permitiría aconsejarles que no se adormilen; deberían estar atentos, pues cuando menos lo esperemos, Olga nos disparará con “El lenguaje del silencio”.

A su turno, Carlos Ferrari se refirió al silencio expresando que: “aunque no siempre, suele estar asociado con frecuencia a algún secreto. A veces, en cambio, es un simple escudo de defensa; otras, un arma eficaz para la venganza. También puede ser una desmayada manifestación de impotencia, o de un dolor inexpresable. Sea como fuere, desde que la humanidad se comunica a través del lenguaje, el silencio –por oposición a la palabra– siempre tiene algún significado oculto. Esto lo saben mejor que nadie quienes estudian la psicología, que encuentran en ciertos silencios muchas claves de ingreso para ahondar en la mente humana.” Aludió más tarde a su utilización como un recurso eficaz en las diversas ramas del arte (entre ellas la música, el cine y teatro) y particularmente en la literatura. Hizo referencia, a modo de ejemplo, a significativos pasajes de la obra poética de Atahualpa Yupanqui y a renglón seguido efectuó una sinopsis de los diversos modos en que el silencio manifiesta toda su elocuencia en los once títulos que integran el libro. Concluyó diciendo: “Como verán, una cualidad casi inseparable del silencio es la intriga y la curiosidad que nos provoca y nos tienta a interpelarlo. Una intriga que a veces llega a exasperar, y que sin embargo –o quizás, justamente por eso– se convierte en una herramienta magnífica para el escritor. Olga Starzak ha sabido manejarla con notable maestría. Sé que esta breve reseña ha dejado muchos más interrogantes que respuestas, pero ustedes las encontrarán en la expresividad de los silencios que habitan en cada cuento, al leer la obra, que es su modo de consumación auténtica.”

Es importante tener presente la concepción de la propia autora al referirse a esta temática. En el prólogo, Olga Starzak nos advierte: “La palabra, con su elocuencia, con su multiplicidad expresiva, a veces es reacia a la hora de las emociones intensas. Se vuelve huidiza, juega a las escondidas, presume de ingrata o se oculta en los pliegues más recónditos del alma. Y es entonces silencio. Aún así, el silencio tiene su voz, un lenguaje lleno de significados, un latido con ritmo propio”.

Después de leer la obra, podemos afirmar que la destreza artística de esta apreciada escritora –en constante crecimiento– ha conseguido hacer realidad estos postulados en cada uno de sus cuentos.





sábado, 6 de octubre de 2007

EL CUENTO DE HOY:


DECIDIR

De Osian Hughes*




Olegario era un buen hachador, picaba leña con un ritmo casi mecánico.

Esa mañana era muy fría y lluviosa para trabajar expuesto a la intemperie.

El patrón, luego de observarlo un momento, consideró oportuno ofrecerle una tarea más cómoda.

–Olegario –le dijo–, vení al galpón a clasificar papas.

–Sí, señor –contestó Olegario, y lo siguió.

–Mirá qué fácil es esto: las papas grandes las embolsás para el consumo, las medianas para la venta, las de tamaño del huevo de gallina para semilla y las chiquitas, las cortadas y las podridas las ponés en aquel cajón grande, para los chanchos.

–Bueno, señor –murmuró Olegario por lo bajo, y comenzó a manosear las papas entre pensativo y dudoso.

No había transcurrido ni una hora, cuando el patrón volvió a escuchar los golpes rítmicos del hacha.

–No puede ser –se dijo, y salió para averiguar las causas.

–¿Qué te pasó, Olegario, que dejaste de clasificar?

–Es que me cansa mucho, señor, el tener que decidir a cada rato.

*Escritor y poeta chubutense.

miércoles, 3 de octubre de 2007

ACTIVIDADES CULTURALES

La Asociación San David de Trelew informa las actividades culturales a desarrollar durante el mes de Octubre del corriente año:

Sábado 6 de Octubre- l9 hs.-
Lugar: Salón 1er.piso Asociación San David-San Martín esq. Belgrano-Trelew:
En el marco del ciclo de difusión de nuestra historia regional que auspicia nuestra entidad se proyectará la Película RAWSON-CAER ANTUR o FUERTE AVENTURA que produjo la Municipalidad de Rawson. La película está narrada desde las vivencias del primer colono, Don Edwin Roberts.

Sábado 20 de Octubre- l6hs.-Lugar: Capilla Galesa GLAN ALAW-Zona de Bethesda-ubicada en la margen norte del Río Chubut, en las cercanías de la localidad de DOLAVON
Reunión de Canto Congregacional- Cymanfa Ganu.
Es de destacar que esta Capilla, una de las más pequeñas del Valle del Chubut, se construyó en el año 1887.

A partir del 1º de Octubre se ha habilitado un nuevo horario de verano para la atención al público de nuestra Oficina de Informes y Biblioteca (Belgrano y San Martín de Trelew) es de Lunes a Viernes de 16 a 20hs.