REMOLINO
DEL ALMA
Por Gladis Naranjo (*)
Voy andando la
estepa milenaria
y el viento se
agazapa
trayéndome memoria de unas rucas
y unas chuzas
lejanas.
A fuerza de
coirones se mantiene
esta tierra arrasada
resguardando el fantasma de Sayhueque
detrás de las montañas.
Infinito paisaje desolado
prisionero de escarcha
cuando el invierno sopla sobre el río
y sobre las
majadas.
Los jotes, los charitos, los pilpiles
saludan la mañana.
Llevan su libertad
bajo las plumas
y tiemblan con la
helada.
El Chubut abandona
los radales
y es una pincelada
cuando en azul se queda
en un recodo
reclamando torcazas.
En las nacientes mismas de ese río
encuentro la nevada
que me lleva de nuevo hasta mi infancia:
remolino del alma.
(*) Escritora nacida en Zapala (Neuquen)
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1 comentario:
A la distancia en el tiempo y el espacio, Gladis Naranjo recuerda su Patagonia natal la de su infancia. Fuertes son las impresiones que deja la Patagonia, sin dudas, para que de la rememoración surjan unos versos tan sentidos como los "Remolino del Alma". Esa es la mejor denominación, y a la vez metáfora, del sentimiento que genera ese recuerdo: "remolino del alma".
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