ROMANCE DEL TAMARISCO
Por Raúl A. Entraigas (*)
A fuerza de estar con gauchos,
se ha hecho gaucho el tamarisco.
Con su tenue verde mate,
tusado como cerquillo,
es el seto primoroso
de la estancia de los ricos;
y crinudo y ramilargo
junto al humilde ranchito,
refugio de aves caseras
y adorno agreste y sencillo.
A veces, los salitrales
del ancho campo argentino,
dejan yermas las llanuras
como páramos malditos;
pero si llega a enraizarse
nuestro arbusto campesino
¡el páramo es un vergel,
el desierto está vencido!
Cuando el viento patagónico
desata su paroxismo;
¿quién protege a nuestras flores
de sus furias y silbidos?
El único buen baluarte,
el único fiel amigo
es el modesto ramaje
de nuestro arbusto patricio,
que las abraza en sus frondas
como una madre a sus hijos...
Ni grados ni paralelos
reconoce el tamarisco:
tanto acompaña al labriego
que escribe el canto del trigo
con los surcos del arado.
Allá, en la patria del frío,
se acoquina tras el rancho
del ovejero fueguino
para tenderle sus ramas
cómo quien tiende un abrigo...
A fuerza de estar con gauchos,
se ha hecho gaucho el tamarisco,
y hoy es más criollo
que todos los árboles argentinos.
En él templó la calandria
los preludios de sus trinos
y en él dejó de recuerdo
todo el calor de su nido.
Y diz que ese canto nuestro
tajante como un gemido,
profundo como un misterio,
sagrado como un bautizo,
consagrólo para siempre
como criollo al tamarisco.
Desde entonces diz que gime
cuando gime el campesino
bajo el látigo “e’la seca”
o al azote de un granizo.
Baila al compás del pampero
y tiembla yerto de frío,
cuando la escarcha les corta
los pies a sus paisanitos...
Llora junto a las bordonas
y plañe tristes y estilos
cuando el viento le prodiga
sus furias y despotismos;
¡si está curtido a lo criollo,
por la lucha contra el sino!
¡A fuerza de estar con gauchos
se ha hecho gaucho el tamarisco
y hoy es más criollo
que todos los árboles argentinos!
(*) Escritor rionegrino (San Javier, 1901 – Buenos Aires, 1977).
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