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sábado, 2 de agosto de 2014

LA NOTA DE HOY

  



LIBROS DE FOTOGRAFÍAS EN EL VALLE DEL CHUBUT



Por Jorge Eduardo Lenard Vives





     Desde el inicio, la Colonia Galesa del Valle del Chubut contó entre sus integrantes con fotógrafos, tanto aficionados como profesionales. Con el correr del tiempo, su labor dejó una importante cantidad de material gráfico archivado en cajas, latas, cartapacios y álbumes; que fueron conservados en cómodas, roperos y bargueños, arrumbados a su vez en el “cuarto del fondo” o en el “galponcito de atrás” de los hogares de los descendientes de los colonos. Más tarde, al valorarse su riqueza cultural, se vio la posibilidad de reunir el disperso acervo y acercarlo a un público más amplio, trascendiendo el ámbito familiar. Surge así la idea de incluirlo en “libros de fotografías”; esas obras que combinan la Literatura con la plástica, a mitad de camino entre el texto ilustrado con algunas imágenes y el “libro de artista” que, a veces, constituye una imagen en sí mismo.

     Un antecedente remoto de tales libros en el Valle, es el álbum que hacia 1925 se confeccionó con motivo de la visita de Eduardo de Windsor, príncipe de Gales, a Buenos Aires. Varias páginas de instantáneas de escenas valletanas y sus protagonistas, estaban acompañados de textos aclaratorios; a los que se sumó, a modo de prefacio, un esbozo de la historia de la Colonia.



    Pero es tiempo más tarde, en 1988, cuando se publican dos libros que reúnen colecciones de fotografías de excelente calidad documental. Uno de ellos es "Gaiman. H. E. Bowman. Fotografías”. Con prefacio de Ester de Izaguirre y texto de Stella Maris Dodd, muestra parte de la obra de Henry Edward Bowman; uno de los artistas de la cámara más conocidos en la historia de Camwy, que nació en Inglaterra el año en que el Mimosa llegaba a Puerto Madryn y falleció en Telsen, en 1956. La selección es de Stella Maris Dodd y Albino González.



     El otro es "Los galeses en Chubut". El texto de A. Becquer Caraballe acompaña las ilustraciones obtenidas a fines del siglo XIX y principios del XX por John Murray Thomas, H. E. Bowman, Morris Owen, Carlos Foresti, Fernández de Cabrero, Edward John Jones, Egryn Evans y R. E. Theobald; clasificadas por Tegai Roberts, Albina Jones de Zampini y Stella Maris Dodd.



    En la zona se han publicado, además, volúmenes que no compilan reproducciones antiguas, sino tomas realizadas “ex profeso” para conservar testimonios del pasado. Por ejemplo, “Un sillón para el bardo en la Patagonia”, de Enriqueta Florencia Davies de Johnson; que reúne las fotos de los sillones bárdicos de las diversas ediciones del Eisteiddfod del Chubut. También "Capilla Galesas en Chubut", de Edi Dorian Jones; con introducción de Gustavo Miguel Rodríguez y textos e imágenes de las capillas del mismo Edi. Su expresiva prosa da lugar a pasajes como éste:

     "Recuerdo en mi infancia los preparativos para asistir a un culto dominical en la capilla. Era un ritual que finalizaba con la transformación de aquellos labriegos de rústico aspecto en elegantes caballeros vestidos con sus mejores ropas obscuras. Luego del viaje en coche - caballo hasta la capilla, las riendas eran reemplazadas por la Biblia y el himnario. En mi niñez observaba asombrado como esas manos nudosas, toscas y agrietadas podrían tocar con suavidad y sensibilidad las teclas del órgano para alabar a Dios, agradeciendo aun por el arduo trabajo y los frutos que la magra tierra patagónica daba en el Valle del Chubut - descanso de mesetas escalonadas y ripiosas."

     Se puede mencionar todavía un tercer libro de este jaez; aunque no se trata de fotografías, sino de dibujos basados en ellas: “Cien atuendos y un sombrero”, de Albina Jones de Zampini.





     Hablar de imágenes y palabras trae a la memoria una manida frase, citada habitualmente en forma un tanto ligera con carácter de axioma: "Una imagen vale por mil palabras". Esta afirmación, que parece novedoso fruto del embeleso por las modernas técnicas de representación visual, fue en realidad enunciada por Ivan Turgueniev en una fecha tan lejana como 1860, en su novela "Padres e hijos". Anna y Bazarov, dos de sus personajes, dialogan de esta manera:

      "- … Estaba mirando las tarjetas de la Suiza alemana en su álbum, y usted me hace la observación de que eso no puede interesarme. (…) Esas tarjetas podrían interesarme desde el punto de vista geológico, desde el punto de vista de la formación de las montañas, por ejemplo.
- Perdone, como geólogo consultaría antes un libro especializado que un dibujo.
- El dibujo me ofrece en una imagen lo que en un libro se desarrolla en diez páginas completas.”

     La aserción es discutible. Sin dudas, es cierta en el caso de un analfabeto, para quien una imagen no vale mil palabras, sino infinitas; ya que, al no saber leer, de nada valdrá para él un texto escrito. Por el contrario, aquel que no pueda distinguir figuras dará más valor que a cualquier estampa, por explicativa que sea, su conversión en vocablos transmitidos en forma oral o percibidos por el tacto.




     La frase en cuestión pretende fijar cierto juicio de valor. Pero es en vano “polemizar” - ese verbo tan estéril con el que en muchas veces se quiere reemplazar al fructífero diálogo - respecto a la primacía de la imagen sobre la palabra o de la palabra sobre la imagen. Ambas expresiones no se enfrentan, se complementan; y, tomadas por la mano del virtuoso, las dos se transforman en esa sublime creación del ser humano que se llama Arte.




Nota del autor: dedico esa nota in memorian de Edi Dorian Jones. Y agrego además un recuerdo para mis amigos escritores – fotógrafos, que tan bien saben combinar sus dos vocaciones.



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martes, 29 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY




PATAGONIA

Por Silvia Angélica Sánchez (*)



Estas quimeras
encallan en los triángulos.

Patagonia es triangular
tierra de zozobra
navegada.
Montón calcáreo.
Tanto desierto
artimañoso
recovequeado.
Los límites encrespados de espuma
babean la tierra milenaria
-reverenda Diosa
del fin del mundo-.
Hay tanta piedra
tanto frío
metidito
en los surcos de su viento.
Angustia fósil.
Y tanto plano.
Desierto de jarillas bajas
y coirón rodante
(pelotero de arrumacos helados).
Tan poca gente
enterrada en el jolgorio del silencio.
Patagonia es Pata Ancha
cobertizo de náufragos.
Continente.
Contenido de Quijotes
piloteando a cuatro aires.





(*) Escritora nacida en General Roca. Profesora de enseñanza primaria. Trabajó en el Proyecto de Educación por el Arte y coordinó talleres literarios. Licenciada en Comunicación Social. Posgrado en Gestión Cultural de la FLACSO. Participó activamente en diversos grupos literarios. Publicó los libros “Molino de Tierra”, Poemario y “No se, amos”, narrativa. En el 2010 publica el libro de cuentos “Reflejos del Hambre”, reconocido por la crítica. Participó en diversas antologías. Realizó investigaciones periodísticas, publicó en medios de nacionales y provinciales y presentó distintas ponencias académicas. Coordinó actividades del Centro de Escritores de General Roca donde editó la revista “Desde el Andén” (formato analógico y digital) y organizó varias muestras interdisciplinarias en la región. Su blog: http://sanchez-silvia.blogspot.com.ar/



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viernes, 25 de julio de 2014

NUEVA OBRA RECIBIDA



VIAJE AL PLANETA DRAIG GOCH

Leyenda Celta (*)

Donald Thomas





Esta es una leyenda que se remonta a las viejas tradiciones celtas, traídas por los galeses a la Patagonia.

Encierra la aventura de poblar un nuevo planeta, con los personajes más increíbles. Es un extraño paraíso al que bautizaron Draig Goch.



Hay una computadora insobornable que acepta o rechaza a los viajeros que ingresarán, cuyo objetivo es preserva la buena convivencia.



Roy es el personaje principal que recurre a la ayuda de los druidas para realizar su sueño. el mago Merlín le allanará el camino. Lo acompañan tres amigos de la tierra: uno ha sido militante político e inventor, otro humorista y el tercero cantante, ingenioso y picapedrero. La característica que los une es la decadencia.



En este lugar encuentran muchos placeres, pero también vicisitudes a resolver. Las acciones suceden tanto en la tierra como en el nuevo planeta, lo que vuelve entretenido el relato, donde los opuestos como el bien y el mal, tierra y planeta, realidad e irrealidad, están siempre presentes.



Construyen lo que ellos llaman: Plaza del Gorsedd, lugar de conciertos, recitales poéticos y otras actividades culturales, con conocidos músicos y poetas chubutenses.



La trama de esta obra se va desgranando de manera fluida, ágil, con un lenguaje claro y también divertido en ciertos pasajes. Hay un entretejido que se da de manera natural entre la familia del narrador y los personajes literarios que actúan en este libro, lo que transforma a la leyenda en algo absolutamente real.



Stella Maris Dodd





(*) ISBN 978-987-26103-7-1 - Ediciones El Regional, 2014 - 142 páginas . 24 x 17 cm.
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miércoles, 23 de julio de 2014

LA NOTA DE HOY




FRAGMENTOS


Por Jorge Curinao (*)



Dicen que la nieve es neutra, que la noche canta como un niño ahogado y escucho mi nombre en un sueño que cae al pensamiento, al suelo. Y qué es un hombre entrando al sueño. Es la nada, la pregunta, pañuelos perdidos en el viento de antaño. Y repito mi nombre, mi llanto, como un idiota. Repito mi nombre. Lejos el sol de los ojos cerrados, de las máscaras que ríen. Lejos mi nombre, mi llanto, el alimento de mi luz.

* * *

Cada tarde abríamos las ventanas para darle paso al tiempo. La casa tenía el rumor de los grillos perdidos. A veces el color era el mismo. Descubrir uno distinto era toda nuestra aventura.

* * *

El horror del silencio. Nadie recuerda lo que vendrá. Nadie recuerda lo que no vendrá: visiones pasivas convertidas en lágrimas. Soy la visión del absurdo, del hueso en la noche.

* * *

Y camino solo por grandes laberintos y me persigno. Y un gusano se mete en la alcantarilla. Y luego nos vamos al río. Y, a veces, en el río no hay nadie. Y otro gusano me consuela: “Sólo quienes han llegado a la orilla, saben abrigarse con frío”.



(*) Escritor de Río Gallegos. De su libro inédito “Otros Animales”.


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domingo, 20 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY



TARDE QUE SE INCLINA

                     Por Alfredo Ismael Lama (*)




Esta es una tarde que se inclina
como si desmayada, sin sangre
por mis gritos, discurre.

Pero la soledad, partida indómita
no me permite apreciar la claridad del sol.

Es la hora del recuerdo…
En los héroes, rotos de silencio

la castidad de las palabras no se altera.
Se declaran incólumes ante el paso de las horas.

Y en el verde peregrinar de los vergeles
la raíz nueva solicita calor a soles nuevos.

Iré hacia ellos, cuidando que en el vuelo
pueda salvar mis alas, y si no puedo
pediré  ayuda.



(*) Escritor de Comodoro Rivadavia.


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miércoles, 16 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY




           QUIETUD


Por Aurelio Salesky Ulibarri (*)




Todo estaba quieto, sin trajín los llanos...
Las grises montañas,
que al andar del día,
después de las lluvias,
mojados los montes,
tornáronse oscuras,
apenas se veían entre las tinieblas
que sumido en sueños
desprendió el crepúsculo.


Todo estaba quieto...
La voz del chingolo,
que entre la segura morada espinosa
de los matorrales
acunaba en silbos
los primeros sueños de las avecillas,
quedóse en silencio, mostróse dormida...
En el sur lejano, a velar sus sueños,
pronto aparecieron algunas estrellas.

Todo estaba quieto...
Por la senda opaca donde caminaba,
serpenteando arbusto, oliendo el tomillo,
tropezando a veces con las pedrezuelas,
me abrazó de pronto la quietud aquella.
Y miré hacia el cielo,
Me sentí más bueno,
Y sentí que amaba,
Que amaba a la vida
¡que amaba a mi tierra!




(*) Escritor chubutense.


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sábado, 12 de julio de 2014

EL CUENTO DE HOY



LA PILA


Por Pascual Marrazo (*)



Todas las veces que tuve la oportunidad de mirarte se encendieron mis ojos. Es una energía que proviene de una pila caprichosa que sólo ha respondido a tu mirada. Cuando te escribí la poesía, ella le puso música a las letras con el tambor de mi corazón. Debo admitir que sus caprichos enlutan mis hazañas, me retacea la fuerza si vos no estás presente. Me hace fracasar en los intentos de alivio que busco en otra mujer. Ayer, cuando tuve la oportunidad de retener tu cuerpo unos segundos, un grito de calor invadió el silencio de mis venas.

Hoy puedo todavía, retener la nostalgia de haberte puesto mi mano en la cintura con el brazo rodeándote la espalda. Pero esta pila que sólo funciona si te invoco, me arde y quema hasta en tus ausencias. Los sueños de mis noches agitan las sombras para encontrarte, inventan destellos y entre un sinuoso silencio buscan el gozo del amor bajo tus faldas. La brisa arremolina tu cabello en mi pecho estremeciéndome la piel, mientras la fiesta comienza con el primer silbido acrobático que sube al cielo y explota en mil colores. A partir de ahí, la picardía del amor entona su festín y no para hasta la madrugada.

No me importa si funciona por tus milagros o si este amor es  sólo brujería, que obediente y loco llega a tiritar mis dientes. Despierta la emoción y  coincidencia, dejando huellas que no se borran con la primera lluvia. Se celebra y estremece sin evadir la pasión. Es una ternura que enamora a su modo, sin pedir prestado nada a nadie, una música clandestina, un secreto compartido entre los dos.

No me hace falta un paraíso donde esté prohibido morder una manzana, porque el fruto prohibido, es el paraíso. Nuestra locura necesita el lugar de todo lo posible, donde los límites sean tan tímidos que se acerquen sólo al amanecer. Es una pila con ruido de galope desbocado que no da cuenta a su dueño y exige correr, sólo sobre la piel elegida.  
  Se hamaca, suspira conmovida ante tanta belleza y entre tanto temor a que se acabe.




(*) Escritor de Cipolletti.
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martes, 8 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY



RESIGNACIÓN



Por Antonio Vicente Ugo (*)




Volveré al sur, la tierra prometida
para hallarte, tal vez, como motivo,
disimular, en fin, que muerto o vivo
para siempre serás la más querida.

Ese rasgo cruel yo no lo esquivo,
pero también es cierto que lo mida,
y con serena decisión, decida
volver otra vez a ser cautivo.

No retornes al sur, algo me dice,
no es lo mismo volver que haber partido,
no encontraré las cosas que deshice.

Que la tierra tendrá el mismo carisma
pero a ella ya la habré perdido.
Y mejor será así, para ella misma.





(*) Poeta chubutense, por opción. De su poemario “La tierra que me diste”.
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sábado, 5 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY



NADA

Por Jorge Curinao (*)




Todo y nada es Historia:
el sol partido,
la triste crónica del pájaro atropellado,
el mozo sin idioma,
las piedras del sueño,
el oleaje del vaso lavado,
las nubes sobre los muros,
las sombras que pueblan los días,
el zumbido del cansancio,
el mudo enojado con el mundo,
el azar del sepulturero,
el testimonio desamparado de las madres sin techo,
el florista de las mañanas,
el recolector de vestigios,
los mensajes para nadie.
Sin embargo,
en la piel de las estatuas todo es mentira:
gloria perversa que corre sobre los calendarios ciegos del tiempo.




(*) Escritor de Río Gallegos. De su libro Plegarias del Humo (2009)

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martes, 1 de julio de 2014

EL POEMA DE HOY



ENSALMO DEL FAROLITO


Por Ramón Minieri (*)




Este farolito solo
en la esquina de dos calles
en qué piensa
madre

ese farolito fiel
para quién se esmera
para quién
para nadie

los portones de hierro negro
nunca se abren

para qué encienden faroles
quién apaga las ciudades
quién sabe

y este de la luz lisiada
mitad
renqueando en el viento

pero adónde
aunque pudiera

adónde
iba a marcharse.




(*) Escritor de Río Colorado. De su poemario “Libro de ciudades”, Río Colorado, 2009.

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jueves, 26 de junio de 2014

EL CUENTO DE HOY



LUEGO... HAY UN DESPUÉS

Por Ada Ortiz Ochoa (*)



La casa tiene un techo de brillante chapa acanalada, que sobresale con un reborde de pestañas onduladas.
Dejo deslizar mi mirada por las ásperas paredes. Las ventanas cerradas dan un aire de indiferencia al aspecto general de la imponente construcción.
La verja llena de filigranas metálicas, contiene la tupida mata multicolor, que descuidada, crece sin control. Yuyos y plantas de jardín se encuentran entreverados, así como el bien y el mal, se deslizan amalgamados en toda existencia humana.
Tengo la sensación de ser un escombro de la vida, desesperadamente necesitado del apoyo solidario de una mano fraterna, o del beso de Dios para limpiar mi frente. Pero aquí estoy, conquistador sin conquistas, guerrero sin luchas, vencedor sin triunfos...
Titubeo atribulado, sin poder dar un paso. Llagas en mi alma muerden sin asco.
Un temblor recorre mi cuerpo y casi sin sentirlos mis pies avanzan, uno y el otro, más adelante en esa dirección. Hacia puerta la principal.
El golpe seco del llamador, no parece ser el resultado del impulso de mi mano.
Siento corridas y voces en el interior...
Cuando la puerta se abre, me quedo contemplando el rostro flaco de la mujer y los ojos asombrados de los pequeños.
Simplemente digo:
-He vuelto.
Como un eco me llegan las voces animadas y debo afirmarme ante el abrazo de mi mujer y de mis hijos...
No puedo recobrar la voz, en mi interior acepto:
-Es el destino.


(*) Escritora de Sierra Grande
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lunes, 23 de junio de 2014

LA NOTA DE HOY



DINOSAURIOS

Por Jorge Eduardo Lenard Vives





El reciente hallazgo en la provincia del Chubut de los fósiles del dinosaurio más grande descubierto hasta el momento en el mundo, trajo de vuelta al ruedo el interés por estas maravillosas creaturas que poblaron el orbe unas decenas de millones de años atrás. Parte de la fascinación por tales animales prehistóricos, proviene de la “dinosauriomanía” que generó hace más de dos décadas la película “Parque Jurásico”, de Steven Spielberg. El filme, además de presentar una plausible tecnología que podría permitir la recreación de un mundo extinguido en el pasado, transformó a los arcaicos seres, hasta entonces sólo objeto de estudio e interés por parte de los paleontólogos, en simpáticos peluches escamados atractivos para el público más joven. Pero antes de la cinta estuvo el libro, del mismo título, de Michael Crichton.

No era la primera vez que las letras mentaban a los dinosaurios. En el cuento de ciencia ficción “El ruido del trueno”, de Ray Bradbury, unos cazadores que viajan en el tiempo se enfrentan a un tiranosaurio rex sin mayores consecuencias; pero al retornar al futuro no pueden escapar de las consecuencias del “efecto mariposa”. El cuento escrito en 1952 fue reeditado, junto con otros relatos y dos poemas de similar tema, en su volumen “Dinosaurios” de 1983.

Aun antes, en “El mundo perdido” de Arthur Conan Doyle, una de las novelas de la serie del victoriano profesor Challenger, los aventureros que se internan en las selvas de los Andes Septentrionales encuentran un fabuloso territorio donde, en anacrónica superposición, moran estos terribles lagartos y una tribu troglodita. La novela termina cuando el profesor libera en un salón de conferencias de Londres, por accidente, un pterodáctilo; que luego de provocar el espanto entre los asistentes, se escapa volando por el cielo nocturno con rumbo desconocido. También Julio Verne hace que los osados navegantes del mar subterráneo de su “Viaje al centro de la Tierra”, asistan al enfrentamiento entre un ictiosaurio y un plesiosaurio.

En la Patagonia, la rememoración de los antediluvianos saurios se remonta a la carta que dirige Martín Sheffield en 1922 a Clemente Onelli; a partir de la cual se origina la conocida expedición al mando del Ingeniero Emilio Frey. Pese al fracaso de los exploradores, la atractiva idea despertó el estro de los escritores; quienes volcaron en imaginativas obras la posibilidad de la supervivencia de algún ejemplar de la estirpe. Tenemos así, entre otras creaciones, los cuentos “El palo” de Liborio Justo, “El manuscrito de Sheffield” de Fernando Nelson, la novela “El Lago” de Paola Kaufmann; y la excelente “nouvelle” “Gondwana” de Jorge Honik, cuyo protagonista despierta del letargo para contar su desdichada historia a los seres humanos:

“Amigos radioescuchas. Les habla Bedebel, saurio gigantesco del cretácico. (...) Como mis hermanos fui condenado a la extinción. Pero sobreviví. Yo sólo, aislado en un mundo que ya pertenece a otros, a ustedes radioescuchas. Sobreviví porque fui señalado por la mano de Quién... (...) ...de Quién necesitaba un archivo viviente de su raza para que diera testimonio de aquella época de esplendor y de la decadencia que la continuó”.

Finalizado su testimonio, retorna al lecho de cieno que lo cobija, para continuar su sopor:

“Bedebel volvió a hundirse en las frías aguas, mientras en la superficie un gran remolino sellaba su regreso a las profundidades. Cuando llegó al final y fue cubierto por los removidos barros que lo habían acunado por millones de años, ya dormía.”

Los científicos nunca encontraron en la región un dinosaurio vivo. Sin embargo, hallaron una ingente cantidad de sus restos petrificados; hasta constituir una reserva paleontológica de significado mundial. Tanto en Neuquén y Río Negro, como en Chubut y Santa Cruz, se fueron descubriendo nuevos vestigios de los soberbios reptiles del Mesozoico, con características muchas veces únicas; a quienes se pusieron nombres muy patagónicos: Patagosaurus Fariasi, Titanosaurus Australis, Volkheimeria Chubutensis, Argentinosaurus Huinculensi... Junto con los ratros, aparecen algunas obras que popularizaron los conocimientos científicos en torno a sus peculiaridades; con títulos como “Dinosaurios en la Patagonia” de Rodolfo A. Coria, y “Con un pie en la Patagonia”, por Luis M. Chiappe y Lowell Dingus.

Los ensayos no se detienen en la mera enunciación técnica de los descubrimientos y sus implicancias, sino que transforman la búsqueda en una novela de detectives. Al mismo tiempo, amplían detalles sobre el paisaje natural y humano donde los hallazgos tienen lugar; y se constituyen en una nueva muestra de cómo la Patagonia influye sobre quienes tienen la vocación de transmitir sus vivencias por medio de la palabra escrita.

Pensar en esos seres de variada fisonomía que poblaron la tierra despierta el asombro y la curiosidad, ante la variopinta exuberancia de las formas que la evolución los llevó a adoptar. Pero también mueve a reflexionar sobre como una especie que dominaba el mundo, desapareció de la faz de la Tierra dejando sólo sus huesos hechos piedra. Hoy, a 65 millones de años de la extinción de los últimos dinosaurios, otra raza se enseñorea en el globo terráqueo.

Dicen que la historia se repite.









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