Siempre es excitante escuchar Hablar de Borges desde la voz de quienes compartieron su vida. También él se ha referido a sus afectos, tanto que hasta el hablar de las "simples" cosas (si es que Borges podía hablar desde la simpleza) evocaría a Francisco Borges.
Cosas El volumen caído que los otros ocultan en la hondura del estante y que los días y las noches cubren de lento polvo silencioso. El ancla de Sidón que los mares de Inglaterra oprimen en su abismo ciego y blando El espejo que no repite a nadie cuando la casa se ha quedado sola. La limadura de uña que dejamoa a lo largo del tiempo y del espacio. El polvo indescifrable que fue Shakespeare. Las modificaciones de la nube. La simétrica rosa momentánea que el azar dio una vez a los ocultos cristales del pueril calidoscopio. Los remos de Argos, la primera nave. Las pisadas de arena que la ola soñolienta y fatal borra en la playa. Los colores de Turner cuando apagan las luces en la recta galería y no resuena un paso en la alta noche. El revés del prolijo mapamundi. La tenue telaraña en la pirámide. La piedra ciega y la curiosa mano. El sueño que he tenido antes del alba y que olvidé cuando clareaba el día. El principio y el fin de la epopeya de Finnsburh, hoy unos contados versos de hierro, no gastado por los siglos. La letra inversa en el papel secante. La tortuga en el fondo del aljibe. Lo que no puede ser. El otro cuerno del unicornio. El Ser que es Tres y es Uno El disco triangular: El inasible instante en que la flecha del eleata, inmóvil en el aire, da en el blanco. La flor entre las páginas de Bécquer. El péndulo que el tiempo ha detenido. El acero que Odín clavó en el árbol. El texto de las no cortadas hojas. El eco de los cascos de la carga de Junín, que de algún eterno modo no ha cesado y es parte de la trama. La sombra de Sarmiento en las aceras. La voz que oyó el pastor en la montaña. La osamenta blanqueando en el desierto. La bala que mató a Francisco Borges. El otro lado del tápiz. Las cosas que nadie mira, salvo el Dios de Berkeley.
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Siempre es excitante escuchar Hablar de Borges desde la voz de quienes compartieron su vida. También él se ha referido a sus afectos, tanto que hasta el hablar de las "simples" cosas (si es que Borges podía hablar desde la simpleza) evocaría a Francisco Borges.
Cosas
El volumen caído que los otros
ocultan en la hondura del estante
y que los días y las noches cubren
de lento polvo silencioso. El ancla
de Sidón que los mares de Inglaterra
oprimen en su abismo ciego y blando
El espejo que no repite a nadie
cuando la casa se ha quedado sola.
La limadura de uña que dejamoa
a lo largo del tiempo y del espacio.
El polvo indescifrable que fue Shakespeare.
Las modificaciones de la nube.
La simétrica rosa momentánea
que el azar dio una vez a los ocultos
cristales del pueril calidoscopio.
Los remos de Argos, la primera nave.
Las pisadas de arena que la ola
soñolienta y fatal borra en la playa.
Los colores de Turner cuando apagan
las luces en la recta galería
y no resuena un paso en la alta noche.
El revés del prolijo mapamundi.
La tenue telaraña en la pirámide.
La piedra ciega y la curiosa mano.
El sueño que he tenido antes del alba
y que olvidé cuando clareaba el día.
El principio y el fin de la epopeya
de Finnsburh, hoy unos contados versos
de hierro, no gastado por los siglos.
La letra inversa en el papel secante.
La tortuga en el fondo del aljibe.
Lo que no puede ser. El otro cuerno
del unicornio. El Ser que es Tres y es Uno
El disco triangular: El inasible
instante en que la flecha del eleata,
inmóvil en el aire, da en el blanco.
La flor entre las páginas de Bécquer.
El péndulo que el tiempo ha detenido.
El acero que Odín clavó en el árbol.
El texto de las no cortadas hojas.
El eco de los cascos de la carga
de Junín, que de algún eterno modo
no ha cesado y es parte de la trama.
La sombra de Sarmiento en las aceras.
La voz que oyó el pastor en la montaña.
La osamenta blanqueando en el desierto.
La bala que mató a Francisco Borges.
El otro lado del tápiz. Las cosas
que nadie mira, salvo el Dios de Berkeley.
Jorge Luis Borges
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