Entre el Desierto y el
Jardín, de
Fernando Williams
Prometeo Libros, Bs. As., 2011
El autor de este libro, Fernando Williams,
graduado originalmente como arquitecto, se ha adentrado desde algunos años a
esta parte en el campo de las ciencias sociales. No lo ha hecho de manera
improvisada sino que ha completado su formación de posgrado en dichas ciencias.
Justamente, la obra que reseñamos es
una versión con ligeras variantes de la tesis que le permitiera obtener el título
de Magíster en Sociología de la Cultura e Historia Cultural.
Entre
el Desierto y el Jardín se nos representa como un
viaje en el que Fernando Williams, cual viajero decimonónico, provisto de una
tremenda curiosidad y muñido en sus alforjas de las herramientas teóricas y los
instrumentos metodológicos adecuados, se lanza a los caminos de nuestro pasado en busca de su objeto de
estudio: las representaciones que se forjaron los colonos galeses en el marco
del proceso de colonización del territorio patagónico. Si bien el libro fue
catalogado como de “historia regional”, el marbete resulta un tanto mezquino,
dado que el tema ha sido abordado desde distintas perspectivas, atendiendo a
miradas y enfoques provenientes de disciplinas diversas, como la crítica literaria,
los estudios culturales y del paisaje, la historia del arte y de la
arquitectura, la teoría estética y las artes visuales, componiendo un enfoque
realmente multidisciplinario.
Frente a la visión de la Patagonia como un
espacio “vacío” que hubo de ser configurado desde el poder central con sede en
Buenos Aires, el autor enuncia su principal hipótesis: la existencia de miradas
y proyectos alternativos que ponen en duda las concepciones historiográficas de
una historia patagónica moldeada íntegramente por el Estado nacional. Para
demostrar su hipótesis el autor propone el estudio de una de estas posibles miradas
alternativas sobre la Patagonia, la surgida a partir de la “colonia galesa” del
Chubut.
Para identificar dicha mirada Williams se
vale del análisis de los textos reunidos en el corpus conformado por una serie de textos escritos originalmente en
galés por autores que además fueron actores de la Colonia Galesa de la
Patagonia: Hugh Hughes, Edwyn Roberts, Abraham Matthews, Lewis Jones, Eluned
Morgan, Llwyd ap Iwan, Richard Jones, Thomas Jones, William Meloch Hughes y
William Casnodyn Rhys. Si bien algunas de estas obras fueron concebidos en
Gales como textos promocionales de la proyectada aventura y otras, aún
comenzando con la narrativa del viaje desde Gales al Chubut, se transforman
luego en crónicas o memorias, y técnicamente sólo la obra de Eluned Morgan, Hacia los Andes, puede inscribe
cabalmente dentro del género, el corpus
conformado es inscripto por Williams en lo que denomina una red textual de
“literatura de viajes”. Dicha red, conformada por los principales
autores-viajeros decimonónicos y sus obras, brinda un contexto de
representaciones paisajísticas, con en el que se pueden establecer analogías y diferencias,
por lo que los textos del corpus participan
de un constante contrapunto con textos provenientes de otros “viajeros”. El
trabajo comparativo se establece principalmente con las representaciones
territoriales formuladas por autores vinculados con el proyecto impulsado por
la élite dirigente argentina en el marco del proceso de apropiación y
reconfiguración del espacio pampeano-patagónico, como Sarmiento, Zeballos y
Francisco Moreno.
En definitiva el libro de Williams nos
propone indagar qué otros universos, qué otras miradas, qué otras
representaciones distintas a las dominantes se articularon desde aquella
pequeña colonia patagónica, aún en el marco del proceso de apropiación y
control territorial llevado a cabo por el Estado argentino que culminaría con
la denominada “Conquista del Desierto” o, como la preferimos denominarla para
escapar justamente de las formulaciones historiográficas predominantes, la
“Guerra por el dominio de Pampa y Patagonia”.
Luego del capítulo introductorio, en el
que además se analizan y discuten conceptos como cultura, frontera y paisaje, Williams
presenta tres capítulos centrales en los que se analizan y comparan las
diferentes miradas forjadas en torno a las dos figuras paisajísticas
principales que dan título a la obra: el “desierto” y el “jardín”, y una variación
de este último: el “edén”.
Frente a la concepción del “desierto”
proyectada desde Buenos Aires como un lugar vacío a conquistar y civilizar, erradicando
del mismo a los indígenas, asimilados a la naturaleza como bárbaros y salvajes,
Williams detecta en los autores galeses la percepción alternativa de ese mismo
“desierto” como una prueba, un desafío a afrontar por el pueblo galés, con constantes
referencias bíblicas y analogías tanto de los galeses como de los indígenas patagónico
con los pueblos del Antiguo Testamento.
Si la élite dirigente
argentina, especialmente Sarmiento, diseñaron un “jardín” artificial compuesto
por una serie de las colonias agrícolas, como una proyección de lo urbano sobre
lo rural, cuyo destino era erradicar la barbarie para sepultar de esta forma al
“desierto”, el autor percibe la concepción del “jardín” por parte de los
colonos como un oasis construido con tenacidad y laboriosidad puritana que
convive con el “desierto”. Esta concepción —agregamos nosotros— estaría
reflejando el sistema de complementariedad
configurado entre galeses, pampas y tehuelches, que dio lugar a fructuosos
intercambios económicos, políticos y culturales.
Cimentadas en una
sólida fundamentación teórica, las argumentaciones de Williams no se limitan a
meras formulaciones abstractas sino que son sometidas por el autor a una
constante “bajada a tierra”, estableciendo permanentes lazos con el contexto social,
político, cultural y religioso imperante tanto en el ámbito de la colonia
galesa de la Patagonia —Wladfa— y en
el viejo país de Gales —Wlad—. Así la
figura que cierra el ciclo paisajístico, el “edén” —jardín natural— tiene lugar
en el contexto del franco retroceso sufrido en diversos órdenes: en lo demográfico,
ante la creciente presencia de migrantes de otros nacionalidades; en el uso del
idioma galés —Cymraeg—, tanto en
Gales como en Patagonia; y —en
definitiva— en la pérdida de vista de la utopía motivadora de su aventura
patagónica: la creación de una “Nueva Gales” en Sudamérica. El “edén”, el jardín natural ubicado en los valles
cordilleranos, es avizorado como una última morada idealizada de los sueños no
realizados, donde poder refugiarse en los valores religiosos.
Ya en las conclusiones el autor subraya la
importancia que tuvieron los periódicos, fundamentalmente Y Drafod, en la producción,
circulación y recepción de los textos que integran el corpus analizado, es
decir en la conformación una verdadera red textual o comunidad de lectura de la
que también participaban las capillas y los eisteddfodau.
La identificación de estas redes de lectura permite aproximarnos a los
sustratos de significación de los que se nutrió el proyecto colonizador galés,
dentro de los que los valores religiosos jugaron un rol central. Para Williams,
el peso de estos valores religiosos en el proceso de colonización y de
percepción del territorio ubica a la Colonia Galesa de la Patagonia, la sitúan
en un lugar bastante atípico dentro del proceso de colonización agrícola de
Argentina.
Como toda obra trascendente, Entre el Desierto y el Jardín motiva
inquietudes y plantea cuestiones al lector. Así a partir de la idea de
comunidad de lectura e interpretación apoyada en un horizonte cultural
compartido que inducen a pensar en una fuerte identificación comunitaria, un
“nosotros” común a los galeses patagónicos, incitan a indagar sobre el grado de
extensión y homogeneidad de dicha comunidad interpretativa. En este punto
debemos tener presente que los autores del corpus
de textos seleccionados fueron en su mayoría conspicuos promotores y dirigentes
destacados de la Colonia. ¿Habrá sido compartida su visión del territorio
patagónico por parte del colono común? Tal vez el intercambio epistolar,
identificado por Williams entre los registros escritos útiles a la hora de
indagar sobre dichas representaciones, puedan abrir otra pequeña ventana al
pasado por la cual asomarnos. Como el autor señala, la trabajosa reconstrucción
de este tipo de corpus ha
representado un obstáculo hasta el presente. Tal vez los fructíferos resultados
y aportes efectuados por Williams en Entre
el Desierto y el Jardín, una obra altamente recomendable para la
comprensión e interpretación del pasado patagónico por medio de textos de
autores galeses, aliente a otros viajeros a que se animen, como él, a incursionar con éxito por dichas sendas.
Marcelo Gavirati
desierto
jardín
galeses
Chubut
Patagonia
corpus
viaje
pasado
No hay comentarios:
Publicar un comentario