Entre las
bardas
Por Margarita
Borsella
Cuando el sol
de primavera
besa las
cumbres del oeste
se desprenden
de los picos
gemas de
cristal,
sobre la
cresta de olas blancas
saltan entre
el vapor de la montaña,
para luego
bañar
remansos
maitenenses.
Y allí cerca
nace.
Se hace delgado,
claro,
con la
intensidad de un amor secreto.
Desde su
naciente
danza por
precordillera, mesetas y valles.
Fue en otros
tiempos
testigo mudo
de cantos de muerte,
de la lucha de
pieles claras y oscuras,
y se tiñó de
sangre y viento.
Pero en ojos del
galés descubrió su sueño,
lo llevó hasta
donde los sauces
dejan sus
lágrimas en la orilla.
…Y en el valle
fueron naciendo
Rawson,
Gaiman, Dolavon
y como punta
de rieles, Trelew.
Entre
vendaval, greda y coirones
ve sacudir al
desierto en translúcidas ondas.
Por bardas,
altares y embalse,
tremola hacia
el valle con sus nubes insulares.
Se viste de
sol y de estrellas
y con un coro
de gaviotas
se entrega a
las olas
en un beso
enamorado.
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