Epílogo
Graciela Fernández de
Jones
Estiró su vientre la mañana
en la batea del horizonte
y ensillé la vida galopando en la garganta
del aire pardo
con espuelas de sol
orillando el sueño.
Mustias las tapias amordazaron las voces
y éramos un mismo instinto ululando
en el encordado del viento.
…sólo un verde
esquivo
en el
aliento seco…
Un escarceo luminoso desprendió la memoria
y el recuerdo me selló la piel
en la boca oscura de los ojos
de aquellos que partieron.
Angosté la mirada en la espera
cuando la hoguera del ocaso destiló cenizas
y se adelgazó el silbido en las
espaldas del coirón
cerrando la tarde en postigotes de silencio.
…sólo un aliento
esquivo
en el
verde seco…
Un frío estilete de luna
socavó los torpes rostros del
hombre
y cinceló la escarcha la señal del aullido
en la clausura de un tiempo incierto.
viento…
viento
verde aliento…
esquivo y seco…
- De
“Patagonia palabra y silencio” – Antología – Vinciguerra – Buenos Aires - 2006
mañana
horizonte
sol
viento
verde
esquivo
partida
hoguera
ocaso
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