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martes, 20 de diciembre de 2011

LOS POEMAS DE HOY


DOS SONETOS, DOS POETAS MEMORABLES





ÁLAMO DESNUDO (*)

                                                                   Al Dr. Julio César Giordano


Por Gonzalo Delfino


Ya el pampero con su mano ruda
lo despojó de hojas y brotes tiernos;
y se ha quedado desnudo y solo
con su ramaje dardeando el cielo.


En recogido éxtasis, ya no escucha
cantar de pájaros en su verde fronda;
no descifra ya el mensaje de la brisa
ni la voz del agua que al pasar lo nombra.


Desnudo, sin halagos, recoleto,
ahora espera con pasión segura
el ímpetu creador de brotes nuevos.


Prieto en su médula y en su hueso, 
es cordaje que sólo el viento pulsa.
¡Ahora, es el árbol verdadero!


(*) De "Voces de la Tierra" - Ed. "El Regional" , Gaiman - Chubut - 1980.














RÍO CHUBUT (*)

por Antonio Vicente Ugo


Y allá vas en un viaje retorcido,
desde cuándo, quizás y desde dónde,
como un agua que sabe que se esconde
para que no le duela tanto olvido.


Te encanta que el cauce se te ahonde
como la mano que conserva un nido,
porque das de beber y ser bebido
es el destino que te corresponde.


Si habrás visto la historia que te cuento
de españoles guerreros, de galeses
y de indios subidos en el viento.


Y estás en tu corriente de tan quieta
como un sembrador que va a sus mieses
desde tu corazón de la meseta.



(*) De "Vigencia del Sur" - Ed. Áncora - Trelew - Chubut - 1986.













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2 comentarios:

MARINA JONES dijo...

Impecables! Las maravillas de la naturaleza conmueven el alma del poeta y dan a luz un racimo de palabras con forma de soneto en honor al sentimiento provocado! Me gustaron mucho!
Saludos!
MARINA N. JONES Trelew-Chubut

Jorge Vives dijo...

El río y los álamos del Valle son temas siempre presentes en la Literatura regional. No podría ser de otra manera: el brusco contraste de esa fuente de vida con la meseta yerta donde se abre paso y el súbito estallido casi milagroso del verdor de la vegetación en los lugares que riega, no puede dejar de llamar la atención del escritor. Invariablemente, la visión de cada autor es única, diferente. En este caso, el álamo de Gonzalo Delfino es el árbol en esencia, recogido en sí mismo, que aguarda el reverdecer como un adorno casi vano; en tanto el Chubut del doctor Ugo es el río testigo que encierra en su sino de “dar de beber y ser bebido” su razón de ser.