VEINTE MIRADAS AL CHENQUE
Por Mario Cabezas*
1.
Chenque,
busto de mujer iluminada
tendida en la Patagonia inacabable,
sobre espumas del petróleo mesetario,
y por almohada,
Comodoro Rivadavia.
2.
Chenque,
la conquista pasada de la pólvora inhumana
inflamó tu vientre eterno de congoja planetaria
y al tehuelche le ofreciste un hogar tierno y sagrado
empolvado de arcillas
y de flores pasionarias.
3.
Chenque,
gris tortuga mesetaria de nariz breve, indiscreta,
te adormeces olisqueando a las olas espumantes
de brillantes aleteos de sus lobos barnizados
en la costa sideral
del atlántico impetuoso.
4.
Chenque,
tus crespones arcillosos fueron guías marineros,
tus alturas de alboradas saludaron al viajero,
fueron faros anhelados por el Darwin anhelante,
alumbraron la cultura
de un pasado respetuoso.
5.
Chenque,
reposado cachalote de la era diluviana,
en tu Golfo de San Jorge, por los dioses retenido
te varaste por la noche de los siglos planetarios
en mi tierra patagónica,
en mi campo mesetario.
6.
Chenque,
Arrasaron con fragor tus calafates virginales,
dispersaron sin piedad el nido azul de martinetas.
Ojalá que los torrentes de tu arcilla recelosa
no despierten impregnados de su furia vengadora,
contra el pueblo adormecido
en tus faldas soñadoras.
7.
Chenque,
inocente degollaron tu pescuezo salitroso
y con tajo fragoroso dispersaron tu arenal.
Callejón de suerte ciega, cual camino sin salida;
¿descubriste del tehuelche su sagrado cementerio?,
¿o encontraste alborozado un arcón del Faraón?.
8.
Chenque,
afilado combatiente de ciclones,
alzas sobrio tu mirada rasguñada,
tus desgarros cicatrizan en tu cumbre;
pero eterno cobijante de tu pueblo,
robusteces la defensa contra el viento.
9.
Chenque,
oh cascada de diamantes arcillosos
estallados por el golpe quebradizo
de un verano resecante y despeñado;
se desgranan por balcones
torrentosos.
10.
Chenque,
dinosaurio mesetario derrotado,
derrumbaste en la estepa milenaria
y estrujaste el calafate viñatero
hasta el último vestigio de petróleo.
11.
Chenque,
Eres proa marinera esperando que el diluvio
estremezca tus cuadernas de casillas navegantes.
Cada noche van subiendo pasajeros alertados,
expectantes marineros que a Noé piden audiencia;
más en vano lo despiertan
de su sueño milenario.
12.
Chenque,
abanicas tu verano sofocante
con las alas de miríadas de gaviotas
y refrescas tus faldeos en mi costa
salpicado de balnearios sonrientes
y bañado
por sus aguas
cristalinas.
13.
Chenque,
atesoran tus entrañas de paredes arcillosas
muchas almas errabundas de moluscos primitivos
que caminan sin cesar por pasadizos salitrosos
ascendiendo agazapados las pirámides eternas
de tus ostras celestiales
y sus valvas calcinadas.
14.
Chenque,
como un toro polvoriento de tormenta huracanada
empujando a Comodoro a las olas de su mar;
pataleas polvoroso entre nubes fantasmales
de pezuñas arenosas
y bufidos de animal.
15.
Chenque,
espinazo de algún saurio dormitando por el sur,
arrullado por el viento del desierto sideral
acunado por los sones de su mítico aleteo
de las valvas milenarias
de sus ostras subterráneas.
16.
Chenque,
Cuando herirte intentaron en tu rostro soberano,
levantaste tus faldeos descubriendo precipicios.
Tus terrones derrumbados y tus ríos de areniscas,
detuvieron por tu frente
los puñales herrumbrosos.
17.
Chenque,
cuando asaltan tus faldeos proletarios
se encaraman mil trincheras de hojalata,
y entre truenos de maderas embreadas
vas cruzando eternamente
tu guerrilla polvorienta.
18.
Chenque,
tus estratos arcillosos de cadencia selenita,
ondulando con el viento de la vasta Patagonia;
van meciendo suavemente tu febril laja terciaria
bajo el son de los galopes
de mi vieja tierra indiana.
19.
Chenque,
fiel reducto de brillantes alboradas,
fiel refugio del crepúsculo aborigen,
hospedaje de los ángeles celestes;
cobijaste con acierto señalado
a las tribus galopantes de la pampa.
20.
Chenque,
oh padrino del nocturno sin estrellas,
escondrijo de la luna del tehuelche,
el lucero escarchado te ilumina
y tu viento desvelado te acaricia,
y arrullando tu soberbia faz sureña,
tu profunda alma de greda
se adormece...
*Escritor y poeta chubutense
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