EL BOSQUE
Por Gladis Naranjo (*)
Hoy
es el bosque un gigante herido.
Fantasmal. Melancólico. Sombrío.
Que vive como
puede. Pero vive.
Es naufragio
de plumas sin destino.
Es revuelo de soles y cenizas
En torbellinos grises. Pero vive.
El fuego puso
angustia y remolinos
En la mañana ardiente de ese enero.
Dolida la corteza. Pero vive.
La noche se
hizo larga. Fue un gemido
el ruego por la lluvia sobre el tuero.
Pero está de pie el árbol. Sigue vivo.
Rebuscará en
la tierra y en el frío
hasta encontrar la savia renovada
y las semillas negras. Porque viven.
Y van a
amarillearse los caminos
con perfume de aromos y de acacias
cuando llegue noviembre. Porque viven.
Atrapará la
luz y habrá más nidos
en la larga
cortina de eucaliptos
urgente de retoños. Porque viven.
Y la silente
majestad del pino
se hermanará con el silencio mismo
en la quietud del pueblo. Porque vive.
El corazón del
bosque está conmigo.
Juntos restañaremos las heridas.
Porque, a pesar de todo…estamos vivos.
1 comentario:
Precioso, siempre se sobrevive a un desastre, como nosotros mismos, nos pueden herir, rompernos el corazon mortalmente de amor, pero seguimos vivos, me ha encantado, un beso de arcoiris.
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